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La desaparición de Sandra Viviana Cuéllar, una lucha contra el olvido

La ambientalista Sandra Viviana Cuéllas desapareció hace dos años y medio. Sus padres aún luchan por encontrarla.

30 de agosto de 2013 Por: Redacción de El País

La ambientalista Sandra Viviana Cuéllas desapareció hace dos años y medio. Sus padres aún luchan por encontrarla.

En la tienda de la esquina de la Carrera 13A con Calle 17, en el barrio Sucre de Cali, los afiches de gaseosas y mecato están tapados por carteles con la foto de una joven. Ella aparece con su colorido traje de danzas, sosteniendo a un conejo, desfilando en el Cali Viejo, abrazando a su hermano... Siempre está sonriendo. Es Sandra Viviana Cuellar Gallego, la joven ingeniera ambiental, desaparecida desde hace ya dos años y medio.En esa tienda, donde trabajan sus padres, su recuerdo sigue allí. María Elena, su madre, insiste en que su hija está viva. Se lo dice un pálpito en el corazón, lo siente. “La siento viva, a no ser que los sentimientos lo engañen a uno”, expresa.Es ese amor de madre el que le da fuerzas para contar una y otra vez la historia de la desaparición de su hija, ocurrida el 17 de febrero del 2011 cuando salió a Palmira a dar clases. La última vez que la vieron fue en el sector de El Terminalito, donde iba abordar el bus. Su amor es una fuerza que la empuja para, junto con su esposo, José Dumar Cuellar, organizar marchas y actos culturales en cada aniversario de la pérdida de su hija. En el primer año hicieron una tarde cultural en el parque Jovita. Sus amigos hicieron representaciones y en el segundo realizaron un carnaval por la vida y contra la desaparición forzada. “Fueron eventos muy lindos en los que participaron sus amigos, es que la quieren mucho”.Los esposos Cuellar Gallego libran una batalla contra el olvido. Él de las autoridades, que no les han dado respuesta del paradero de su niña. “Lo más difícil es no saber nada de ella. No sabemos el por qué, quién la tiene. Es lo que quisiéramos saber”, dice María Elena. Su esposo, José Dúmar, cuenta que los primeros días nadie los escuchó, luego, con las marchas y la recompensa que ofreció el Alcalde de entonces las autoridades iniciaron investigaciones, pero con el tiempo los han olvidado. José Dúmar, quien asegura que este dolor lo ha hecho crecer como persona, también siente a su hija viva. Y lo hace porque sabe que ella es su luchadora.“Le diría que conocemos de su fortaleza. Que nos confirme de alguna forma su existencia”, dice al enviarle un mensaje.Lea aquí la primera parte de este informe sobre las desapariciones en el Valle del Cauca.

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