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Inversión social y desarticulación de milicias, nueva estrategia de guerra

Ejército propone una visión más social y humanitaria para combatir los grupos ilegales en el suroccidente. Piden fiscales e investigadores para capturar los milicianos.

20 de enero de 2011 Por: elpais.com.co

Ejército propone una visión más social y humanitaria para combatir los grupos ilegales en el suroccidente. Piden fiscales e investigadores para capturar los milicianos.

El mayor general Leonardo Alfonso Barrero, comandante de la Tercera División del Ejército, propuso un enfoque más social para combatir a las Farc y a las bandas criminales en el suroccidente de Colombia. Hizo énfasis en la sustitución de cultivos ilícitos por siembras de cacao y café y en el fomento de empresas productivas, pero sin descuidarse las operaciones militares. La iniciativa fue lanzada ante el gobernador del Valle, Francisco Lourido, alcaldes y funcionarios del Valle y el Cauca, fiscales, empresarios y mandos militares y policiales de la región. Igualmente, el mayor general Barrero propuso la creación de un grupo especial de investigadores y de fiscales para desarticular las milicias de las Farc y el ELN. "Las operaciones militares se van a mantener con más fuerza cada día, pero queremos orientarnos en un enfoque donde participe el Sena, el Ministerio de Agricultura y las organizaciones de campesinos, entre otros". En ese sentido, destacó que grupos indígenas de Cauca han ayudado en la desmovilización de más de 48 subversivos de las Farc, al igual que hay organizaciones de labriegos que están dejando la plantación de coca para dedicarse al cacao e incluso hay colegios que se están convirtiendo en planteles agrícolas. Para el general Barrero, el caso del desaparecido Frente Octavo de las Farc en el norte del Cauca es un ejemplo de los resultados tanto de los programas de desmovilización como de unidades productivas. "Algunos de los guerrilleros desmovilizados de este frente hoy son líderes de proyectos productivos. La propuesta es a cambiar los cultivos ilícitos en las cordilleras central y occidental para que la gente vea otras opciones de vida y así evitar el reclutamiento de niños. Que los campesinos aprovechen la presencia de las tropas y los batallones para sembrar nuevos productos". Por su parte, el alcalde de Corinto, Gilberto Muñoz manifestó que "sólo con balas y con armas no vamos a solucionar el problema, sino con inversión social, pero que sea real y bien dirigida. No veo otra salida, la gente nos ha dicho eso, que necesitan apoyo, por ahí es el camino, pero hay que comprometer los gobiernos departamental y local". El gobernador del Valle, Francisco Lourido, celebró la invitación del general Barrero. "Nos invitó a generar empleo, a sustituir los cultivos ilícitos por café y cacao, a sembrar árboles para reforestar y a participar de los procesos productivos. La sustitución no sólo hacerla en sembrados ilícitos sino en zonas de pasto para volverlas productivas". Entre tanto, el defensor Regional del Pueblo, Andrés Santamaría, señaló que la propuesta del Ejército es fundamental porque "de nada sirve que se hagan acciones militares en una zona donde el conflicto está marcado por cultivos ilícitos y se tengan resultados positivos y cuando las tropas se van, el Estado no permanezca con proyectos productivos. Es importante invertir y generar estabilidad económica en zonas afectadas por la ilegalidad". Acabar las miliciasEl Comandante de la Tercera División del Ejército urgió sobre la necesidad de crear un comité de tarea especial para la judicialización de los milicianos y el nombramiento de fiscales especializados en el tema. En el Cauca ya existe uno, pero falta en el Valle. "Estamos trabajando en la identificación de los milicianos. Queremos que las familias entiendan que no hay espacio para delinquir, ese civil escondido detrás de su familia es el que hace inteligencia, coloca bombas y hostiga la población. Esos milicianos sostienen las estructuras ilegales y son los que generan la pérdida de la percepción de seguridad". Según el oficial, durante el 2010 unos 475 guerrilleros se desmovilizaron de las Farc y el ELN en el suroccidente colombiano. Este año la cifra llega a 14 insurgentes que abandonaron las filas.

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