Habitantes de Sabaletas rescatan memoria histórica, tras época de violencia

Con una serie de fotografías y dos libros, los habitantes de este corregimiento de Buenaventura contaron sus vivencias durante la época del paramilitarismo, que dejó alrededor de 58 muertos en esta pequeña población.

Los 600 habitantes del corregimiento de Sabaletas comenzaron a recuperar la memoria histórica de lo que fue su pasado, ensangrentado por la acción de los paramilitares.Por sus calles destapadas, donde todavía se pasean los fantasmas de los casi 58 muertos que ha dejado la violencia desde 1995, está comenzando a revelarse un nuevo futuro. Guiados por la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, Mapp-OEA, y otras entidades como la Universidad San Buenaventura y la Embajada Suiza en Colombia, desde hace 18 meses comenzaron un proceso para recuperar la memoria y rescatar sus valores, retadores de su destino para construir la nueva Sabaletas, no de la violencia, sino de la paz y la sana convivencia.Lo primero que hicieron fue aprender a tomar fotografías. Más de 8.000 instantáneas aparecieron y luego escogidas alrededor de 200, en las que los propios nativos, víctimas de la violencia, retrataron sus vivencias de lo que significa la vida para ellos.Allí aparecieron los muertos que velaron, el dolor de las abuelas y la tristeza de sus hombres, pero también capturaron sus hermosos paisajes, el río, los camarones, los chontaduros, la canoa construyendose para hacer el potrillo, o las cosas simples como la cocina y sus rostros. Además de las imágenes, dos libros recogen las vivencias de esta población durante su época violenta. "Sabaletas ha sido una comunidad maltratada por la violencia, con estas experiencias comenzaron a cambiar el rencor por la esperanza, ha sido una experiencia muy enriquecedora la de compartir el saber popular", dijo Edelma Gómez, nicaragüense que hace hace parte de la Mapp-OEA.El libro 'Identidad e imagenes. Sabaletas, un pueblo con memoria', recoge en sus más de 120 páginas todo ese trabajo donde los sabaleteños comenzaron a olvidar la pesadilla de tres masacres y decenas de muertes selectivas, pero a la vez recordaron que tienen una identidad y un orgullo que quieren mostrar a propios y visitantes."Queremos que nos identifiquen como un pueblo destino turístico de los colombianos, la estigmatización de la violencia debe quedar atrás", destacó una de sus líderes, Olga Lucia Mosquera.Cuando el libro llegó a sus manos, todos se quedaron extasiados de verse retratados ahí. Cada habitante lo revisó de la primera a la última página y lo convirtió en su tesoro más preciado.