Francotirador habría asesinado a Policía en el Cauca

Las autoridades informaron que el miembro del Esmad recibió un impacto de bala cuando trataba de impedir la invasión del predio La Emperatriz, en las afueras de Caloto.

El patrullero del Esmad, Hugo Efrén Pacheco, murió luego de intervenir en una revuelta con un grupo de indígenas de Caloto, Cauca. Como primera hipótesis, las autoridades evalúan si fue asesinado por un francotirador. 

“Es un repudiable acto de barbarie que enluta a una familia y a toda una institución. Esa no es la manera de protestar”, manifestó el director de la Policía, general Jorge Nieto. Según el primer reporte de la Policía, a las 6:00 p.m., cuando el patrullero Hugo y sus compañeros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) trataban de impedir la invasión del predio La Emperatriz, en las afueras de Caloto, alguien aprovechando la multitud disparó al uniformado. La bala impactó en el tórax del patrullero Pacheco, quien fue asistido en el centro asistencial más cercano, y luego trasladado a la Clínica Valle de Lili, en Cali, y en horas de la noche de este jueves murió. Según informó la Policía, otros cinco uniformados resultaron heridos, al ser golpeados con objetos contundentes y con esquirlas de artefactos explosivos artesanales lanzados contra ellos. Hugo Efrén Pacheco tenía 32 años, y era oriundo de El Espinal (Tolima), y llevaba once años en la institución. Por el momento, la Dirección General de la Policía Nacional dispuso de un equipo interdisciplinario para iniciar la investigación para identificar y capturar al responsable, para que sea judicializado por los delitos de homicidio agravado, ataque a empleado público, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas y concierto para delinquir. 

La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, rechazó la muerte del policía, así como la de indígenas en otros enfrentamientos similares en el pasado. "Lamentamos y rechazamos la muerte del patrullero Hugo Efrén Pacheco", señaló un comunicado de la ACIN.

Las manifestaciones en varias haciendas de Corinto y Caloto por parte de los indígenas se presentan desde diciembre de 2014, como una forma de presionar al Gobierno para que cumpla con la entrega de tierras pactada años atrás como reparación por la masacre del Nilo.