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Exguerrileros creen que en Colombia las condiciones para la paz están dadas

Los excombatientes Otty Patiño, León Valencia y Élver Dagua hablan de su experiencia en procesos de paz y cómo ven los acercamientos exploratorios entre el Gobierno Nacional y las Farc.

3 de septiembre de 2012 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Los excombatientes Otty Patiño, León Valencia y Élver Dagua hablan de su experiencia en procesos de paz y cómo ven los acercamientos exploratorios entre el Gobierno Nacional y las Farc.

Son muchas las expectativas que se han creado entre los colombianos con el anuncio del presidente de la República, Juan Manuel Santos, de que el Gobierno Nacional está adelantando contactos exploratorios para eventuales diálogos con las Farc.Tres excombatientes contaron su experiencia durante los diálogos en los que participaron en su momento y analizaron las posibilidades que hay para que estos nuevos acercamientos sí puedan dar como resultado el fin del conflicto armado.Otty Patiño fue miembro del M-19 y aunque no hizo parte activa de los grandes golpes que dio ese grupo guerrillero, fue clave en la planificación de actos como la toma de la Embajada de República Dominicana en Bogotá y el robo de armas al Cantón Norte.Patiño también fue pieza importante en el proceso de paz durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) y durante la desmovilización que en 1990 terminó con este grupo inmerso en la política nacional.El excombatiente recuerda que en el proceso de paz en el que participó con el M-19 hubo una declaración que firmaron Rafael Pardo, como consejero de Paz, y Carlos Pizarro, comandante guerrillero, dónde se dijo públicamente la intención de comenzar un proceso de paz y se convidó a todo mundo a participar en él.“El proceso se abrió sin que hubiese una agenda clara, en esa firma inicial se habló de dejar las armas, lo cual fue escandaloso, pero fue lo que le dio confianza a la sociedad para avanzar en un proceso cierto”, explicó.León Valencia, antiguo militante del ELN dijo que cuando tomó la decisión de abandonar las armas, lo hizo por el cambio político que se estaba dando en el país.“El cambio político en la Constitución de 1991. Esa fue la razón principal, porque fue una reforma de inclusión política”, recuerda Valencia, quien ahora es director de la Corporación Nuevo Arco Iris.A su turno, Élver Dagua desmovilizado del Quintín Lame, recuerda que no fue nada fácil reincorporarse a la vida civil tras el acuerdo de paz que firmó con el gobierno en 1991: “No fue tan fácil como uno pensaría. Aunque hubo muchas ayudas del Gobierno, también muchos compañeros quedaron por fuera de esas garantías que ofrecían, principalmente en cuanto al tema de restitución de tierras”.El exmilitante dice que pese a las dificultades no se arrepiente, y asegura que “estamos trabajando dentro de nuestras comunidades y seguimos aportándole a los indígenas”.Lo que vaticinanPara Patiño, este proceso ya ha mostrado avances, a pesar que hubo un periodo muy secreto y discreto, que ya pasó y que ahora tiene al país a la expectativa.“El compromiso inicial es un proyecto interesante que parece realista, a diferencia del Caguán, donde todo era vago y etéreo. El hecho que las Farc hayan hablado de dejación de armas hace creíble el proceso, ese es un elemento muy importante y al haber puntualizado tres elementos importantes que son el agrario, el de narcotráfico y el político, eso circunscribe toda la negociación y la coloca en un plano real”, opina el exguerrillero.Por su parte, León Valencia considera que sería un error garrafal si no se pone como condición fundamental que la mesa de diálogos no se puede detener hasta tanto se firme un acuerdo de paz.“Al iniciar una mesa se debe firmar el compromiso de que va a finalizar una guerra, no hay que meterse en mesas de negociación con finales abiertos, o que no se sabe en dónde van a terminar. Hay que tener un final cerrado que diga que se va a terminar el conflicto”, añadió Valencia. Asimismo, considera que “esta vez sí hay muchas posibilidades de llegar a un acuerdo de paz, porque la guerrilla fracasó en su estrategia de llegar al poder y el Estado fracasó en acabarla militarmente, a ambas partes no les queda más que una solución política, una salida negociada”.Para Élver Dagua es muy importante que en un proceso de paz se tenga en cuenta a la sociedad civil y el rol que ésta juega dentro del proceso de reinserción de quienes abandonan las armas: “Hasta el momento solo ha hablado el Gobierno y los grupos armados y la sociedad civil no se pueden dejar a un lado… Es importante que todo el pueblo colombiano conozca de los procesos de paz para que pueda ayudar a los desmovilizados”.El exmilitante argumenta que “muchas empresas se cierran porque no entienden esto. Todos los que abandonan las armas van a tener que buscar empleo y tener capacitaciones, así como acceso a la educación y a la salud, entonces los colombianos tendrán que abrir sus puertas, si quieren que el proceso de paz tenga éxito, si no pasará lo que ha pasado siempre: terminarán volviendo a las armas, porque no encontraron un apoyo de la sociedad civil”.

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