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Estudian repatriación de otros 35 condenados en China

El ministro de Justicia, Yesid Reyes, se reunió con funcionarios del Gobierno chino para trabajar sobre un tratado de repatriación humanitaria.

28 de noviembre de 2015 Por: Redacción de El País

El ministro de Justicia, Yesid Reyes, se reunió con funcionarios del Gobierno chino para trabajar sobre un tratado de repatriación humanitaria.

Luego de que el Gobierno  de China aceptara la repatriación del colombiano Harold Carrillo, quien desde 2011 se encontraba preso y condenado a muerte en ese país por tráfico de drogas, el Ministerio de Justicia informó que se están estudiando las  solicitudes de repatriación de otros 35 connacionales. 

Así lo sostuvo el ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, quien se reunió ayer con Zhao Dacheng, viceministro de Justicia de la República Popular China, “con el fin de avanzar en los trámites frente a la posibilidad de firmar un convenio de repatriación por razones humanitarias y cuando el Gobierno así lo decida”.

Durante dicho encuentro, informó Minjusticia, los dos altos funcionarios presentaron sus respectivas propuestas en esta materia y trataron temas relacionados con cooperación judicial, sin embargo, aún no hay un acuerdo sobre el tema.

Carrillo llegó a Bogotá el pasado jueves y fue trasladado por guardas del Inpec a la cárcel La Modelo. Según informó su hijo, Michael Carrillo, quien lo visitó en Bogotá ayer, su padre será trasladado hoy a Cali en donde quedará a manos del Inpec para que determine a qué cárcel irá a pagar la pena acordada con China.  

En Cali, además, se le practicarán los exámenes médicos para determinar el estado del cáncer de garganta que padece. “Aún no se ha dicho nada de la posibilidad de una prisión domiciliaria”, dijo Michael. 

Los otros casos

De acuerdo con Blanca Henríquez, abogada que lleva los casos de 14 colombianos presos en China, la repatriación de Harold Carrillo abre las puertas para otros casos en los cuales las razones humanitarias son aplicables. 

“Actualmente no hay tratado de repatriación con China, lo que quiere decir que todo a voluntad del Gobierno de ese país. Lo que esperamos es que, teniendo  como ejemplo el caso de Harold, se intervenga en otros muchos casos de personas que están en grave estado de salud”, dijo.

Diana Pérez, coordinadora del colectivo ‘Sí a la Repatriación de Colombianos Presos en China’ y cuyo padre está condenado a pena de muerte, explicó que conoce de varios casos de colombianos en difíciles condiciones de salud que, como Carrillo, “deberían ser traídos al país por razones humanitarias”. 

Tal es el caso de Leoncio Pérez, padre de Diana, quien padece una hernia discal, varios quistes en la vejiga y problemas de próstata. 

Pérez tiene 68 años y fue condenado a muerte en 2013 en la prisión de Shangai con una suspensión de pena de dos años, que se cumplieron en junio de este año. Hasta ahora, sin embargo, el Gobierno chino no se ha pronunciado sobre su caso. 

Diana también menciona a Sigifredo Aguirre, quien padece discapacidad motriz debido a su edad, tiene 75 años. Otro preso colombiano que comparte celda con él debe cargarlo para ir a comer, al baño y cualquier actividad que deba realizar. 

“Hay más casos de otros ancianos, como Omar Muriel, que tiene 65 años y Ramiro Alzate, que tiene discapacidad en una pierna”, comentó Diana, quien reúne en su colectivo a familiares de más de 50 presos colombianos en China.

Luz Miriam Medina, una mujer pereirana que viajó a Guangzhou para estar cerca de su hijo y de su esposo, detenidos y condenados a cadena perpetua y a muerte, respectivamente, en esa ciudad de China. 

Luz Miriam explica  que debido a las arduas jornadas de trabajo a las que son sometidos los presos, su hijo está perdiendo la visión y sufre de fuertes y frecuentes migrañas. Su esposo, por otro lado, padece vitiligo y ninguno de los dos recibe atención médica. 

Los familiares de los condenados han denunciado en varias ocasiones las extensas jornadas de trabajo a las que son sometidos los presos en las cárceles chinas y la falta de atención médica. 

Como lo denunció El País en un reportaje publicado en julio de este año, los presos en China son obligados a realizar trabajos para contratistas de grandes multinacionales, en jornadas de más de 10 horas diarias sin descansos durante todos los días de la semana. La abogada Blanca Henríquez sostiene que una de las principales dificultades que ha habido para la repatriación de otros presos por razones humanitarias, es la poca comunicación que se tiene con ellos.

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