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Estas son las historias de cuatro condenados que continúan delinquiendo

Especialistas dicen que autores de delitos contra las mujeres y los niños son quienes más reinciden. Son condenados, pero salen libres.

17 de junio de 2012 Por: Redacción de El País

Especialistas dicen que autores de delitos contra las mujeres y los niños son quienes más reinciden. Son condenados, pero salen libres.

Los cuatro protagonistas de estas historias ya habían sido condenados. Pero eso no impidió que lograran evadir la prisión y seguir cometiendo crímenes: Descuartizar abogados, robar la dignidad de niños, asesinar a mujeres indefensas y masacrar por plata.Casos como el de Javier Velasco, presunto violador y asesino de la bogotana Rosa Elvira Cely, no son únicos. En el Valle del Cauca se repiten cada tanto historias similares.El exfiscal Élmer Montaña asegura que hasta junio del 2011, conoció de más de mil menores de edad que reincidían en sus delitos y tenían hasta diez entradas al centro de rehabilitación Valle del Lili. Aunque indica que las reincidencias generalmente se presentan en casos de abuso sexual y violencia contra los niños y las mujeres.Luis Anaya, gerente de la organización Alto Colombia, asegura que los ladrones de pequeñas cuantías también son innumerables. “Hay personas que han sido capturadas hasta cuatro veces, pero siguen en las mismas. Ese delito, que poco es condenado en Colombia, causa pérdidas en los almacenes de cadena de hasta US$150 millones al año”.Homicida con trato privilegiadoSe le acusa de descuartizar a sus víctimas, de guardar en el congelador de su negocio la cabeza de una de ellas, de lanzar al río Cauca los cadáveres, de ser el temido líder de una banda de sicarios del norte del Valle.En su prontuario delictivo se reseñan más de 50 homicidios. Aceptó que le arrancó la vida a fiscales, jueces, abogados. Aún así, Diego Fernando Ríos, alias El Carnicero, no está tras las rejas.En el 2003 fue capturado y condenado por haber matado al abogado Eduardo Valverde, a quien le sacó las entrañas para intercambiarlas por piedras. El crimen habría sido ordenado por el extinto capo Wílber Varela, alias Jabón. Aunque se dice que era el más sanguinario ‘cobrador de cuentas’ de Don Diego.Cinco años más tarde de su detención fue puesto en libertad domiciliaria por una supuesta enfermedad. La jueza especializada Beatriz Libreros y el fiscal Jairo Martínez se opusieron a la decisión. El fiscal fue asesinado. La juez sobrevivió a un atentado.En el 2009 se emitió una orden de captura en contra de El Carnicero por la muerte del fiscal. Lo detuvieron en el 2010 en zona rural del departamento del Cauca.Ahora, paradójicamente, el homicida está otra vez libre. En marzo pasado el Juez Primero de Ejecución de Penas de Tunja ordenó que fuera recluido en un hospital durante tres meses “dado que puede presentar una descompensación que pone en riesgo su vida”. Es que según peritos de Medicina Legal, el temido sicario padece “obesidad, hipertensión arterial y diabetes”.Taxista abusadorAlonso Osorio Galvis ni siquiera pagó la mitad de su condena. Una supuesta enfermedad lo liberó de su castigo tras las rejas y lo puso en libertad condicional. Corría el 2007. El hombre trabajaba como taxista y una noche recogió a una niña que deambulaba por las calles de Cali. La menor había escapado de su casa porque “nunca pertenecí a esa familia y siempre fui un estorbo”. Por lo menos, eso escribió en una carta antes de huir. Tres días después de su desaparición se supo que el taxista la tuvo encerrada en su casa donde aprovechó para abusar de ella en repetidas ocasiones durante esos tres interminables días. Luego del abuso, la arrojó del vehículo frente al colegio donde la menor estudiaba.Osorio Galvis fue capturado a mediados de abril del 2007 por la Sijín. Fue ahí cuando se descubrió que el taxista cargaba en su historial delictivo con el abuso sexual de dos niñas más. Por esos delitos fue condenado a cuatro años y medio de prisión, pero solamente pagó uno y medio porque, al parecer, tenía una enfermedad que le impedía permanecer en la cárcel. Bajo libertad condicional abusó de otra menor, por lo que volvió a ser detenido.Lo hice por la plataMiguel Ángel Cortés. Delito: homicidio, falsedad personal y tráfico y porte de municiones. 26 años de condena. Pagó solamente cinco años y quedó bajo libertad condicional.Habían pasado trece meses de libertad cuando Cortés cayó nuevamente en manos de la justicia colombiana: había disparado indiscriminadamente contra un carro en el que viajaban seis personas incluyendo una menor de 2 años. La niña y otro hombre fueron las víctimas mortales. La madre de la menor quedó gravemente herida y los demás pasajeros resultaron ilesos en el tiroteo. Al parecer, el atentado iba dirigido contra el conductor del carro. Todos los ocupantes del vehículo eran trabajadores de una reconocida empresa de taxis de la ciudad.En el juicio el homicida aseguró que “eso fue un impulso. Fue algo que hice por plata” y pidió perdón a los familiares de las víctimas. La súplica no le bastó y el Juez Trece Penal del Circuito de Cali le impuso una condena de 40 años de prisión. Sin embargo, Cortés en el 2001 ya había matado a otra persona, también por dinero. Aún así y a pesar de la condena de 26 años, quedó en libertad condicional.El agresor de Rosa Elvira CelyJavier Velasco seguramente era conocido en su barrio como un tipo normal hasta el pasado mes de mayo cuando se conoció el caso de Rosa Elvira Cely, la mujer que fue abusada sexualmente, empalada, acuchillada y abandonada en el Parque Nacional de Bogotá.Luego del escándalo por todos los infortunios en la atención médica de la mujer de 31 años, se supo de algo peor: Javier Velasco fue quien arremetió sin compasión contra Rosa Elvira, pero no era la primera vez que actuaba de esa forma contra una mujer.En el 2002 mató, después de violar, a Dismila Ochoa Ibáñez. A ella la había conocido la misma noche del asesinato. El abusador fue condenado, pero quince meses después recobró su libertad por que Medicina Legal aseguró que “tenía problemas mentales” y se recomendó un tratamiento "psiquiátrico intramural con énfasis en terapia de introspección”.Cuatro años más tarde se volvió a tener noticia de Velasco: el supuesto enfermo mental abusó de una de las hijas de su compañera sentimental, quien lo denunció ante la Fiscalía por abuso sexual contra una menor y lesiones personales, pero el caso no prosperó porque, según los expedientes, la mujer jamás amplió su testimonio.

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