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El nuevo buque con el que se luchará contra el narcotráfico en el Pacífico

El ARC 20, de 80 metros de largo y 1.800 toneladas de peso, será el pionero de la estrategia de las Fuerzas Armadas para combatir el tráfico de estupefacientes. Será llevado a aguas de Tumaco.

7 de febrero de 2012 Por: Laura Marcela Hincapié, reportera de El País

El ARC 20, de 80 metros de largo y 1.800 toneladas de peso, será el pionero de la estrategia de las Fuerzas Armadas para combatir el tráfico de estupefacientes. Será llevado a aguas de Tumaco.

El ARC 20 de Julio es el pionero de la nueva estrategia de las Fuerzas Armadas para luchar contra el delito que navega en el Pacífico colombiano. Se trata de un buque de 80 metros de largo y 1.800 toneladas de peso, construido por la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval (Cotecmar). Su misión principal: combatir el tráfico de drogas.Un patrullero con alma de destructor. Así lo llaman sus 64 tripulantes, quienes afirman que éste es el primero de los seis buques de guerra que se construirán en el país en los próximos 20 años. Esos buques solo se fabricaban en Suecia, Alemania y Francia. Hasta ese momento, en Colombia se construían los patrulleros de apoyo fluvial, cinco veces más pequeños que el ARC 20 de julio.Trío mortalEl capitán de navío, Germán Locarno, comandante de esta embarcación, explica que es la primera vez que la Armada combina sus elementos más fuertes en un solo aparato de guerra. Además de la plataforma de mando y control, el buque tiene como pasajeros permanentes un helicóptero y un bote interceptor de alta velocidad. Un trío ‘mortal’, dice el capitán Locarno.“Antes debíamos traer las lanchas rápidas de la estación de guardacostas más cercana y el helicóptero de otro lugar. Ahora, con este trinomio de interdicción, en un solo espacio contamos con todo”, declara con orgullo el hombre que guiará la ruta del patrullero.En caso de detectar una embarcación con droga, este trinomio actuará con más eficacia: se acerca a una distancia prudente del blanco, luego libera el bote rápido y el helicóptero para perseguir y tomar el control de la unidad sospechosa. Un trabajo en equipo.Por eso el teniente Villamil, otro de sus tripulantes, augura golpes duros contra el tráfico de drogas. A finales de este mes zarparán hacia las aguas del Pacífico para hacer parte de la Fuerza de Tarea contra el Narcotráfico en Tumaco , uno de los puertos más impactados por este delito.“Sé que vamos a lograr mejores resultados porque antes nos tocaba salir en los botes y permanecer horas en el agua para poder interceptar a los delincuentes. Pero ya no estamos solos. El buque tiene también un cañón 2.50 y seis ametralladoras”.Una obra maestraEl sueño de construir este patrullero destructor inició en marzo del 2009, cuando Cotecmar, considerado el astillero (empresa que repara y fabrica barcos) más grande del país, tomó como diseño original la clase alemana Fassmer 80 y la modificó para crear una versión colombiana con una inversión de $133.000 millones.A partir de ese momento, 900 empleados directos de la empresa trabajaron 24 horas al día en la planta de la zona industrial de Cartagena, además de otros 1.500 colaboradores indirectos que contrató el astillero.El proceso para crear el barco tardó 30 meses. Los equipos y algunos materiales como el acero naval, la tubería, las láminas de división de los compartimientos y el cable marino fueron importados de Europa. Una vez en Colombia, ingenieros navales, civiles, metalúrgicos y soldadores de Cotecmar empezaron a trabajar cada una de las partes para adecuarlas al diseño nacional.John Ballesteros, supervisor de soldadura, cuenta que el reto parecía inalcanzable. Debían crear un buque perfecto y con una tecnología nunca antes vista en el país. Tenía a cargo unas 50 personas que día y noche trabajaron en los cortes de unas 800 toneladas de acero.¿Cómo se arma un aparato de 80 metros de largo y 13 de ancho? El capitán Henry Osorio, jefe de producción y construcciones, explica que el ARC 20 de Julio estaba divido en seis zonas, cada una compuesta por bloques que debieron unir. El primer paso consistió en instalar el cajón o casco de acero, es decir, la maqueta de la embarcación. Luego se incrustaron las tuberías, las láminas de división, el cableado para evitar incendios y los motores de alineación. De allí en adelante, se adecuó el equipamiento del buque que tiene tres pisos subterráneos y otros cuatro de altura. El viernes pasado, mientras el presidente Santos inauguraba el ARC 20 de julio, John recordaba que sus hijos no creían que él había sido uno de sus constructores. “Se reían, me decían mentiroso”. Pero ya es una realidad. Ahora, los marinos sólo esperan: “Buena mar y buen viento contra el delito”.

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