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El ELN llegaría a una mesa de negociación débil, pero no derrotado

Aunque su capacidad militar es muy limitada, esta guerrilla sí causa daño en algunas regiones del país. Radiografía.

2 de marzo de 2014 Por: Redacción de El País.

Aunque su capacidad militar es muy limitada, esta guerrilla sí causa daño en algunas regiones del país. Radiografía.

El experto en conflicto armado hace una predicción: en los próximos meses el Gobierno Nacional anunciaría una mesa de negociación con el ELN, esa guerrilla que, aunque muchos creen desahuciada, aún sobrevive en varias regiones del país. Camilo González Posso, director de la Fundación Indepaz, añade, incluso, que hay varias especulaciones que apuntan a que ya se habría iniciado una fase de exploración secreta con el grupo subversivo en países como Cuba y Venezuela. “No hay nada concreto, pero cuando el río suena...”, dice el analista. Sean ciertas o no aquellas informaciones, lo claro es que desde que el presidente Juan Manuel Santos inició el diálogo con las Farc, el ELN ha insistido en su voluntad de ser incluido en un futuro acuerdo de paz. Pero, mientras ambas partes se encuentran en un mismo punto, muchos se preguntan en qué estado llegaría hoy la segunda guerrilla del país a una mesa de negociación. Débil pero no derrotada. Los estudios demuestran que militarmente el ELN está muy reducido, sin que eso signifique que no tenga capacidad de hacer daño en algunas regiones. Aunque en el 2000 este grupo contaba con unos 4700 guerrilleros, hoy -según un informe de la Fundación Ideas para la Paz- solo tendría 1330 hombres, distribuidos en seis frentes rurales, un frente urbano y varios subfrentes y compañías móviles (ver mapa). Otros sectores, sin embargo, se atreven a afirmar que la cifra de integrantes llegaría a los dos mil. Mientras el número de efectivos tiende a la disminución, el Comando Central del ELN sí está intacto: sus cabezas principales siguen siendo alias Gabino (jefe político), ‘Antonio García’ (jefe militar), ‘Pablo Beltrán’ y ‘Ramiro Vargas’. Esto se debe, según lo explica Camilo Echandía, investigador de Ideas para la Paz, a que estos cuatro jefes guerrilleros desde hace diez años decidieron refugiarse en el exterior -dicen que en Venezuela-, “para evitar golpes contundentes como los que sí han sufrido las Farc”. Pero esa distancia que han tomado sus líderes habría permitido que los frentes de esta guerrilla operen de manera autónoma y casi descentralizada, pues tienen libertad de actuar según su conveniencia. Una situación que también se explicaría en la dificultad que enfrentan los jefes a la hora de comunicarse con los mandos medios que están en la selva.De todas formas, el grupo sí tendría una convergencia en los aspectos generales de su ideología. Así lo revela un miembro de inteligencia militar, quien, a través de testimonios de desmovilizados e infiltraciones, ha comprobado que no hay una desobediencia al Comando Central. “Cada estructura tiene sus propias actividades, pero ningún frente está totalmente suelto. De hecho, aquel que no siga las órdenes del Estado Mayor es sometido a un consejo de guerra, tal como en las Farc, que muchas veces puede terminar en asesinatos”, sostiene la fuente militar.El ABC Pese a que en los últimos años desaparecieron diez de sus frentes rurales, 25 compañías móviles y casi la totalidad de sus estructuras urbanas -según cifras de Ideas para la Paz-, el ELN se mantiene vigente en algunos sectores del país. Uno de ellos es el denominado ABC (Arauca, Boyacá y Casanare), donde su presencia ha sido histórica. Además de la zona del Catatumbo (Norte de Santander) y otros departamentos como Nariño, Antioquia, Cauca, Bolívar y Chocó. De acuerdo con un estudio de la Fundación Paz y Reconciliación, en estas regiones el año pasado (entre enero y noviembre) el grupo ilegal ejecutó 304 acciones armadas, 24 más que las realizadas en el 2012, que terminó con 280. Lo que confirmaría que el ELN, en los últimos dos años, ha reactivado sus actividades para mostrar fortaleza y así presionar al Gobierno a iniciar un dialogo.Entonces, a pesar de que diferentes sectores sostienen que esta guerrilla no representa una amenaza para la seguridad nacional, también reconocen que su poca capacidad armada es suficiente para afectar la tranquilidad de las regiones donde sobrevive. Eso se ve reflejado en Arauca, por ejemplo, que sigue siendo un ‘botín’ para esta guerrilla. “El ELN, con el Frente Domingo Laín Saenz, tiene una fortaleza en municipios como Tame, Fortul, Saravena, porque cuenta con cierto apoyo de la comunidad, ya que muchas familias tienen a papás e hijos milicianos”, explica el analista de seguridad John Marulanda. Y es que en este departamento el ELN ejecuta hechos de impacto, como el atentado contra la caravana en la que se desplazaba la candidata presidencial Aída Abella, ocurrido el pasado domingo cerca a Tame.Pero, teniendo en cuenta sus limitaciones militares, hoy esta guerrilla no participa en combates con las Fuerzas Armadas ni en atentados indiscriminados a los pueblos, sino que prevalece los paros armados y hostigamientos. De hecho, estos últimos aumentaron el año pasado un 50 % con respecto al 2012 -según Paz y Reconciliación-, pues los ejecutan dos o tres guerrilleros a través del accionar de francotiradores o el lanzamiento de explosivos. Los ataques a la infraestructura minera y petrolera es otra de las principales actividades del ELN, ya que desde sus inicios ha rechazado la política minero-energética del Gobierno y ha sacado provecho de la resistencia de las comunidades a la explotación de los recursos naturales. Esto, además de un discurso político, se ha convertido en una forma de financiación de su guerra, pues la guerrilla cobra extorsiones a multinacionales y empresas nacionales que adelantan proyectos extractivos. Al tiempo que realiza constantes secuestros de funcionarios para obligar a las empresas a devolver títulos mineros. En enero del 2013, por ejemplo, retuvo en el sur de Bolívar a seis funcionarios de la multinacional Geo Explorer, entre ellos un canadiense a quien liberó solo después de que la empresa anunciara su salida del país.De guerrilla a ‘cartel’El narcotráfico es la gasolina que mueve buena parte de las estructuras del ELN. Aunque desde su creación, la guerrilla se había opuesto a este negocio ilegal, fuentes militares aseguran que hoy se ha convertido en todo un cartel de drogas. Además de la zona fronteriza con Venezuela, Cauca y Nariño son las regiones del país donde se presenta este fenómeno. Según la Tercera División del Ejército, en estos departamentos, donde operan tres estructuras -dos en Cauca y una en Nariño- del Frente de Guerra Suroccidental, el grupo subversivo cuenta con unos 220 hombres que tienen una misión principal: custodiar los cultivos ilícitos.Un militar que trabaja en labores de inteligencia explica que la participación del ELN en el narcotráfico va desde el cobro de ‘vacunas’ a los campesinos que cultivan hasta el procesamiento del producto y la posterior comercialización en los municipios. Para eso, esta guerrilla ha establecido una alianza estratégica con las Farc, que le permite a cada grupo sacar provecho del negocio ilegal. “Hay un pacto de no agresión y un acuerdo para dividirse los ingresos. Eso funciona muy bien en Nariño y Cauca porque para todos hay”, explica el miembro del Ejército. Sin embargo, las ganancias del tráfico de drogas no se ven reflejadas en un fortalecimiento militar del ELN. Y eso ocurre porque el dinero se queda en los mandos superiores, por lo que la situación de los guerrilleros rasos sigue siendo precaria. Un policía de la Regional 4, que cubre Cauca y Nariño, revela que los desmovilizados de esta guerrilla siempre se quejan de las condiciones tan difíciles que deben atravesar. “Esos muchachos llegan desnutridos y sin un peso”.Esta situación estaría motivando el abandono de las armas, como la desmovilización masiva que se presentó en julio del año pasado en El Tambo, Cauca, donde se entregaron 30 integrantes de la columna Lucho Quintero Giraldo. Y en todo el año pasado, según el balance de las Fuerzas Militares, se reportaron 188 desmovilizados del ELN. Pero ni estas bajas ni su debilidad militar serían razones suficientes para excluir al ELN de una negociación. Para expertos, como Rodolfo Escobero, si el Gobierno buscar ponerle fin al conflicto armado también debería iniciar un diálogo con esta guerrilla. “De lo contrario, esos reductos que quedarían de las Farc pasarían al ELN y entonces nos enfrentaríamos a una nueva amenaza”.

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