Ejército frustró ataque de las Farc en Caloto

Miembros de la Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc incursionaron en la madrugada de ayer en inmediaciones del Cabildo Indígena de Huellas, en Caloto, lanzando 180 ‘tatucos’ -granadas no convencionales-, de los que sólo 30 alcanzaron a estallar.

Miembros de la Columna Móvil Jacobo Arenas de las Farc incursionaron en la madrugada de ayer en inmediaciones del Cabildo Indígena de Huellas, en Caloto, lanzando 180 ‘tatucos’ -granadas no convencionales-, de los que sólo 30 alcanzaron a estallar. El ataque, calificado por el coronel Carlos Ernesto Rodríguez, comandante de la Policía Cauca como un “atentado demencial contra la población civil”, no dejó personas heridas, pero sembró el pánico entre los habitantes del municipio, que ayer iniciaba la Fiesta Patronal en honor a la Niña María.En ese momento, se inició un combate entre efectivos del Ejército y la Policía que evitaron que los insurgentes se tomaran el pueblo. “Ellos iban por una toma de Caloto que estaba de fiesta, pretendían secuestrar personas y cometer robos de vehículos, pero les salimos adelante. Por informes de inteligencia sabemos que a uno o dos cabecillas se los llevaron muy mal heridos”, agregó el oficial.Treinta de los ‘tatucos’ cayeron en un potrero, causando la muerte de cinco vacas. Las otras cargas no alcanzaron a explotar, pero quedaron esparcidas varios metros a la redonda. Unidades Antiexplosivos de la Policía destruyeron durante todo el día de ayer los artefactos. Cuando estaban detonando de forma controlada las cargas, hacia las 5:00 p.m., desde las montañas los guerrilleros hostigaron a los uniformados, reiniciandose los combates. Los subversivos llevaban diez lanza-cilindros y pólvora para activar los ‘tatucos’, que, según las autoridades, eran media tonelada de R-1, metralla y amonio. El alcalde de Caloto, Édgar Sydney Guasá, dijo que su territorio ha sido uno de los más golpeados por el conflicto. Indicó que a raíz del atentado contra la planta microcentral de Santa Rita, se han multiplicado las operaciones militares.El único acto de la celebración local que debió ser suspendido fue un partido de fútbol, pues las cargas explosivas lograron llegar al estadio municipal. “Cuando sentimos fue el traqueteo. Se sentía bastante duro. Tuvimos pánico”, Rafael Muñoz, morador de Caloto.Otros hechosEl balance de orden público en el norte del Cauca durante el fin de semana es de un soldado profesional muerto y de suboficial y cuatro soldados heridos.Los combates se iniciaron el sábado en la zona rural del municipio de Corinto, en la cordillera Central. Miembros del Comando Operativo No. 3 se enfrentaron con guerrilleros, vestidos de civil.En el enfrentamiento murió el teniente José Arnel Méndez Prieto y entre los heridos se encuentra el cabo tercero Jorge Alexánder Sánchez Neira. En las instalaciones del Batallón de Ingenieros Agustín Codazzi, de Palmira, las autoridades practicaron el levantamiento del cuerpo sin vida del soldado profesional.La diligencia se realizó hacia las 4:00 p.m. del pasado domingo por parte del Laboratorio Móvil de Criminalistica de Sijín del Valle en la sección de Transporte de la guarnición militar, hasta donde fue trasladado el cadáver del uniformado. Hacia el mediodía se presentaron combates en las afueras de Toribío y hostigamientos en Miranda y Caldono, que no dejaron heridos.Seis muertos en AntioquiaEl Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, sostendrá una reunión extraordinaria con la cúpula militar por situación de orden público en Antioquia.Seis soldados murieron y nueve quedaron heridos en una emboscada de guerrilleros del ELN a una patrulla del Ejército en jurisdicción del Bagre, Antioquia. La emboscada se produjo cuando esa organización delictiva intentaba tomarse el corregimiento de Puerto López.De otro lado, tres mujeres y dos hombres del ELN se entregaron al Ejército en Barbacoas, Nariño. Los jóvenes, quienes tienen edades entre los 18 y los 25 años, pertenecen al Frente Comuneros del Sur.El Ministro de Defensa también anunció que denunciarán internacionalmente a las Farc por lo ocurrido en El Docenllo, Caquetá. “Fue un acto terrorista atroz que viola los estándares mínimos del derecho de la guerra del DIH (...) Rematan a sus víctimas en el piso y luego de rociarlos con gasolina les prenden fuego”.