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¿Cuánto cuestan los ataques de la guerrilla contra la infraestructura?

Buenaventura estuvo tres días sin energía por el derribamiento de una torre. Farc y el ELN desatan una guerra contra el sector eléctrico.

3 de agosto de 2014 Por: Colprensa

Buenaventura estuvo tres días sin energía por el derribamiento de una torre. Farc y el ELN desatan una guerra contra el sector eléctrico.

Buenaventura permaneció esta semana sin energía. Durante tres días los porteños sufrieron las consecuencias de la voladura de una torre. Una realidad que se ha repetido año tras año en la última década. La voladura de la torre, ubicada en zona rural de Dagua, hizo que el presidente Juan Manuel Santos asegurara que “la guerra entre combatientes, no contra la población civil” durante un consejo de seguridad en Buenaventura.Según las autoridades, el hecho fue cometido por guerrilleros del frente 30 de las Farc, adscritos al Comando Conjunto Occidente. Otro frente de ese grupo, el 29, derribó quince torres de energía en Tumaco, en octubre del año pasado. Ese puerto nariñense permaneció tres semanas sin energía por las voladuras.Y es que según reportes de ISA, ese octubre del 2013 se presentó el mayor número de voladuras de torres de energía en todo el país. Según las cifras conocidas por Colprensa en ese periodo se presentaron 60 voladuras, y agrega ISA que “el 70% de los atentados a torres de energía se concentran en los departamentos de Antioquia, Nariño y Cauca”. En 2013 se derribaron 108 torres en el país, 61 más que en 2012 cuando se dinamitaron 42 torres. 73 acciones de este tipo se presentaron en 2011, y 39 en 2010. Este último año es el que menos atentados efectivos se dieron desde 2004. Por el contrario, 2005 y 2006 fueron los años que más derribamientos perpetró la guerrilla con 227 y 241, respectivamente. Este tipo de acciones, lo mismo que las que tienen que ver con los oleoductos son atribuidas por Inteligencia Militar, entre otros, a los frentes 32 y 48 de las Farc cuyo principal foco es el oleoducto TrasAndino, por lo menos en el sur del país. En Arauca y Norte de Santander se habla del frente 10 de esa misma guerrilla, lo mismo que la Columna Móvil Alfonso Castellanos de las Farc. Y en esa zonas el frente de Guerra Héroes y Mártires del ELN es señalado de cometer los ataques contra las infraestructura petrolera y energética.Un informe de Fundación Paz y Reconciliación reveló que el ELN este año -justo en el aniversario 50 y con el inicio de acercamientos para un diálogo con el Gobierno- aumentó sus atentados. “Mientras que en el 2013, durante los primeros seis meses del año realizó 17 ataques contra infraestructura petrolera, para el año en curso se han registrado 52, casi la tercera parte de la totalidad de las acciones de esta guerrilla en 2014”. Los ataques al polioductoEn los últimos 15 días, la Fuerza Pública frenó, sólo en el Putumayo, 15 intentos de la guerrilla que pretendía dinamitar el oleoducto TrasAndino; y en lo que va corrido del año la Inteligencia Militar ha impedido que se concreten 81 acciones similares en ese mismo departamento del sur del país.Son cifras que son opacadas por acciones como las ocurridas en las semanas recientes. En la retina de los colombianos han quedado grabadas imágenes como las del río de petróleo que descendía por un costado de una vía en el Putumayo y que poco a poco contaminaba los ríos El Tigre y Guamuez; esto, luego de que el 1 de junio miembros de las Farc, obligaran a los conductores de 23 carrotanques a verter el crudo que transportaban.Hoy los habitantes del municipio de Orito tienen en sus cuentas 86 ataques a la infraestructura petrolera en 2013, y 39 en 2012. Mientras que los residentes de San Miguel, frontera con el Ecuador, hablan de 17 acciones ilegales en 2013, y 18 en 2012 en su territorio, cifras respaldas por Ecopetrol.Pero esa no es la única zona del país en las que hechos de terror se han ensañado contra los tubos por los que circula uno de los recursos que más riquezas lleva a las regiones por cuenta de las regalías. Los municipios de Teorama, Tibú y Convención (Norte de Santander) han sido blanco de las Farc y el ELN. Entre 2012 y 2013 se tienen cifras de 42, 26 y 25 acciones terroristas en esas poblaciones, respectivamente, según la estatal petrolera.“La guerrilla se concentra alrededor de los oleoductos para afectar la economía del país, eso además repercute gravemente en el medio ambiente”, dice el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), general Gillermo León León, quien tiene claro que los sitios a los que le está apuntando la guerrilla para mostrar un poder “que no tiene” son en el Putumayo por donde atraviesa el oleoducto TrasAndino.También se ubican en los departamentos de Arauca, Casanare, Norte de Santander donde está el oleoducto Cañolimón Coveñas. “Buscan lugares donde están más a cubierta para poner sus cargas. En esto tienen que ver mucho las redes de apoyo al terrorismo; es decir, gente de civil que está entre la población y que apoya las actividades de estos grupos ilegales. Eso les da una facilidad a los terroristas, pues les permite mimetizarse”, añade el oficial. Millonarias pérdidasCon el derribamiento de torres o la voladura de oleoductos, además de afectar la economía nacional, se produce un fuerte impacto mediático. Según cálculos de expertos, armar un artefacto para volar una torre o dinamitar un oleoducto no cuesta más de $250 mil, lo que contrasta con los 38 mil millones de pesos por cada mil barriles que se dejan de producir. “En este semestre en promedio se dejaron de producir 60 mil barriles diarios por parte de Ecopetrol”, señala el ministro de Minas y Energía, Amilkar Acosta, en referencia a los ataques contra la infraestructura petrolera.En ese mismo sentido el saliente presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), Alejandro Martínez, hizo referencia a 500 millones de dólares que según él han costado los atentados a esa industria y que han impedido la extracción de, al menos, 5 millones de barriles de petróleo. Y hay que sumar el incalculable costo ambiental. “Estas acciones terroristas están generando un daño de unas proporciones que los delincuentes no miden, todo por tratar de generar miedo en la población civil y por detener el transporte del crudo. No piensan en los efectos que están causando sobre los campesinos que son”, dijo el general León.Los dronesTres sistemas de aviones no tripulados (drones) de la Fuerza Aérea recopilan información para evitar atentados contra las infraestructura petrolera. La vigilancia con estos aparatos permite tener en la mira al oleoducto Cañolimón Coveñas; el TrasAndino, en el sur del país y el Bicentenario que va desde Tame y se une al Caño Limón. “Estos equipos nos han permitido trabajar de la mano con el Ejército y la Policía Nacional y sumar en esta estadística de neutralizaciones de acciones terroristas”, dice León quien no duda en agregar que gracias a esa nueva tecnología “se han neutralizado 141 acciones terroristas”, en lo que va del año. Lo propio ha ocurrido con 324 artefactos explosivos improvisados. William Prieto, responsable por los sistemas de seguridad para la compañía alemana Bosch en 17 países, dice que “desde hace más de 20 años en Colombia, cuando se explotaban en ese entonces Cusiana y Cupiagua, se empezó a implementar tecnología de punta para poder controlar la operación de la seguridad, lo mismo que el transporte del crudo”. Según este experto, las compañías están invirtiendo entre el 8 y el 12 % de sus presupuestos del proyecto para estar al día en temas de tecnología pues se miran temas de alarmas, seguridad, información, control, monitoreo y aspectos de operación de todos los componentes.

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