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Conozca la historia de los informantes mejor pagados de Estados Unidos

Un ex militar guatemalteco y otro colombiano se hicieron pasar por miembros de las Farc para capturar a Viktor Bout, 'El Mercader de la Muerte'.

10 de noviembre de 2011 Por: Agencia AP

Un ex militar guatemalteco y otro colombiano se hicieron pasar por miembros de las Farc para capturar a Viktor Bout, 'El Mercader de la Muerte'.

Carlos Sagastume, un guatemalteco que se hizo pasar por miembro de las Farc para atrapar a un traficante de armas ruso, resultó ser un ex militar que estuvo preso por tráfico de drogas y que una vez libre, se convirtió en el informante del gobierno estadounidense mejor pagado del que se tenga noticia. Exhibiendo sangre fría y dotes de actor, cobró nueve millones de dólares por su participación en operaciones en las que fueron desenmascarados traficantes de drogas y armas.Su nombre y su historia salieron a la luz en el juicio en el que fue condenado un ex oficial soviético dedicado al tráfico de armas: Viktor Bout, conocido como el ‘Mercader de la Muerte’. Fue Sagastume, justamente, el que facilitó su captura.Le hizo creer que era un miembro de las Farc y lo convenció para que viajase de Rusia a Tailandia para arreglar el envío de armas a Colombia. Todo salió como se tenía previsto: El ‘Mercader de la Muerte’, por fin, cayó. Thomas Pasquarello, ex agente especial de la DEA que dirigió la operación, dijo que Sagastume fue uno de los mejores informantes de esa agencia: “Si buscas un pescado grande, necesitas una carnada grande”, manifestó. “Eso es lo que hacen bien los tipos como Carlos. Son verdaderos profesionales y tienen muchas conexiones”. Fue a mediados de los años 80 que Sagastume se puso en contacto con la DEA en Guatemala, ofreciendo sus servicios. Hacia 1998, se había radicado en Estados Unidos y daba muy buenos resultados en las investigaciones. En enero del 2008 se le pidió que se incorporase a una operación en la que se trataba de capturar a Bout, conocido traficante de armas que fueron usadas en guerras civiles en Sur América, el Medio Oriente y África. Su lista de clientes incluía desde Charles Taylor, en Liberia, hasta Moamar al Gadafi y el gobierno talibán de Afganistán. A Sagastume se le encomendó que se hiciese pasar por un miembro de las Farc interesado en adquirir 100 rifles tierra-aire, 20.000 rifles AK-47, 350 fusiles para francotiradores, cinco toneladas de explosivos C4 y 10 millones de proyectiles, entre otras cosas. Su cómplice fue Ricardo Jardenero, un informante colombiano, de 52 años, que se hizo pasar por un comandante de las Farc. Igual que Sagastume, Jardenero era un ex traficante que se podía hacer pasar por comandante guerrillero tras servir una década en el ejército colombiano y ayudar a hacerle llegar armas a una organización paramilitar. Él era otro de los informantes de la DEA mejor pagados. En cuatro años de colaboración cobró US$500.000. Karen Greenberg, profesora de historia de la Fordham Law School, dijo que esos pagos generosos se justifican cuando el objetivo es atrapar terroristas como Osama bin Laden o Bout, pues el gobierno está usando gente que conoce el bajo mundo y sabe cómo manejarse sin ser detectada. Sin embargo, agregó: “Hay que tener cuidado con el dinero que se paga. No hay certeza en quién se puede confiar”. Anthony S. Barkow, ex fiscal investigador abocado a casos de terrorismo, dijo además que no le sorprenden las sumas que se le pagaron a Sagastume. “Trabajó para el gobierno corriendo muchos riesgos” , sostuvo Barkow.No se puede descartar que Sagastume siga trabajando como informante pese a que salió a la luz su nombre.“Esta gente sabe cómo presentar una nueva imagen”, expresó Pasquarello. “Tal vez no se haga pasar por miembro de la guerrilla de las Farc por un tiempo, pero hay otras situaciones en las que un tipo como Carlos puede ser muy valioso”.

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