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Conozca cómo operan las mafias de drogas sintéticas en Cali

Las últimas incautaciones en Cali de droga sintética han dejado en evidencia cómo opera el tráfico de estos narcóticos en la ciudad, en especial de dos de sus versiones: éxtasis y 2cb

24 de abril de 2013 Por: Redacción de El País

Las últimas incautaciones en Cali de droga sintética han dejado en evidencia cómo opera el tráfico de estos narcóticos en la ciudad, en especial de dos de sus versiones: éxtasis y 2cb

La incautación, el sábado pasado en el sector de Menga en el norte de Cali, de 10.010 pastillas de éxtasis y 3.207 gramos de 2cb o tucibi, es el mayor decomiso de drogas sintéticas que las autoridades han realizado en la capital del Valle en lo corrido del año. La operación denominada ‘Patria 136’ y liderada por la Dijín de la Policía, fue desplegada sobre una de las vías de acceso al municipio de Yumbo, donde la droga era transportada por un hombre en una maleta negra, dentro de la cual había cuatro bolsas plásticas que dieron positivo para anfetamina con la prueba de PIPH (Prueba Inicial Preliminar Homologada), especial para identificar este tipo de narcóticos. En una de las bolsas, la droga estaba camuflada en varios tubos de una empresa de televisión por cable adaptados para guardar éxtasis. Según un investigador de la Dijín, la droga sintética se iba a comercializar en una fiesta electrónica de una discoteca de Menga, a la cual estaba invitado un disc-jockey de Holanda. La mercancía incautada estaba avaluada en más de mil millones de pesos.En Cali, un pastilla de éxtasis en una noche de rumba se puede conseguir desde $40.000 hasta $100.000. En cuanto al 2cb tiene un costo base de $130.000, pero puede subir más de precio.Este tipo de anfetaminas, como el éxtasis y 2cb, empezaron a circular en Cali desde hace ocho años.De acuerdo al agente, después de la captura a principio de año de Héctor Mario Urdinola, alias Chicho, quien supuestamente era el productor de la droga en Colombia, varias bandas delincuenciales -diferentes a los grupos de microtráfico de la ciudad- se apoderaron del negocio.Los últimos golpes en la capital del Valle, como el del sábado y el del mes pasado (donde se le incautó a una persona en Menga dos kilos de droga), han dejado pruebas de como estaría funcionando el tráfico de estos estimulantes en Cali: bandas pequeñas importan la anfetamina de Alemania, Holanda o México, entra por Buenaventura y en varias casas o sectores de Cali -que aún se están identificando y están siendo investigados- una persona con conocimientos en química se encarga de diseñar las presentaciones en pastas, cápsulas o bolsitas pequeñas de 0,5 gramos en adelante. A la anfetamina, en ocasiones, les mezclan sustancias como cafeína, viagra e incluso anestésicos de uso veterinario. Los grupos tienen distribuidores que consiguen jíbaros en las discotecas y en especial en las fiestas electrónicas, explicó el investigador. Incluso, las autoridades aseguran que hay pruebas de que bandas pequeñas, de cuatro o seis personas, estarían transportando la droga a Palmira y Pereira.De la misma manera, los jefes de los grupos buscan promotores de rumbas para que alquilen grandes fincas en sitios como el Lago Calima o mansiones desocupadas de Ciudad Jardín, al sur de Cali, para vender la droga al por mayor. Ante esta situación, el toxicólogo jorge Quiñónez explicó que los jóvenes ignoran el daño que este tipo de droga hace. “El consumo de una pastilla de éxtasis puede afectar el sistema nervioso central. Lo que hace es que estimula los sentidos, generando desinhibición y empatía con el entorno y alentando el deseo de moverse y bailar (alto grado de excitación), es por eso que comúnmente es utilizada en fiestas hasta altas horas de la madrugada, donde no se puede consumir licor, porque es una mezcla mortal”, explica Quiñónez.

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