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Conmoción por asesinato frente a un jardín infantil

Un comerciante fue baleado cuando dejaba a su hijo de 3 años en la guardería. El niño y una maestra resultaron heridos.

25 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

Un comerciante fue baleado cuando dejaba a su hijo de 3 años en la guardería. El niño y una maestra resultaron heridos.

“No tienen corazón”, murmuró una mujer mientras observaba el cadáver de Jacobo Vélez y condenaba a sus asesinos. El hombre, de 28 años, había sido asesinado por sicarios cuando llevaba a su hijo al jardín infantil. La mujer esperaba junto a otros cincuenta habitantes del barrio El Refugio, a que los técnicos de la Policía Judicial sacaran el cuerpo de Jacobo del vehículo donde fue asesinado.Algunos murmuraban que era la primera vez que un crimen como ese ocurría en la cuadra. Entre dientes también condenaban el hecho, se referían a la forma en que fue cometido y compartían algunos datos de los sicarios.El hecho se presentó a las 7:30 a.m. en la Carrera 66 con Calle 2A. Vélez llegó en su vehículo Chevrolet Aveo negro de vidrios polarizados. Entregó su hijo, de 3 años, a la profesora Miryam Estella Grajales.Los vecinos señalan que, como sucede de lunes a viernes, a esa hora otros padres llevaban a sus hijos al jardín infantil. Jacobo se bajó del vehículo con el menor. Lo llevó hasta la puerta del plantel educativo. Se despidió del niño y la maestra. Segundos después de haber subido al carro, dos hombres arribaron en una motocicleta Yamaha DT y se detuvieron a unos cinco metros. El parrillero, armado con una pistola, se acercó a la puerta del conductor. Disparó unas diez veces contra Jacobo Vélez.Siete balas impactaron en la cabeza, cuello y hombro izquierdo de Vélez. Otra alcanzó la pierna izquierda de su hijo y otra se alojó en el empeine derecho de la maestra, de 40 años.Personas que estaban en la zona auxiliaron a la profesora y al niño. Ambos fueron trasladados a centros asistenciales cercanos. Las autoridades reportaron que en la tarde de ayer los dieron de alta.Uno de los testigos manifestó que “yo llamé a la Policía y la alarma comunitaria comenzó a sonar. Pero se demoraron en llegar”.El comandante del Distrito 3 de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Leonardo García, informó que algunos testigos habían aportado datos de los asesinos. Señaló que obtuvieron el número de la placa de la motocicleta y algunas características de los autores del crimen. García añadió que se estaba ofreciendo una recompensa por información sobre el paradero de los responsables, pero no estableció cuánto es el monto.Rompió el silencioUna hora y media después del homicidio, la mamá de Jacobo llegó acompañada de otros familiares. En la cuadra sólo se escuchaban los gritos y el llanto de la mujer que decía: “¡Sí, es él, es él!”. La familia le manifestó a la Policía que Jacobo no tenía amenazas en su contra, y se negaron a entregar más información de la víctima a las autoridades y a los medios.Los investigadores manifestaron que Vélez era egresado del programa de ingeniería mecánica de una universidad caleña.El coronel Leonardo Correa informó que Jacobo había laborado en la compra y venta de vehículos y que se está investigando si el crimen tendría alguna relación con este trabajo. Los agentes conocieron que en los últimos meses se dedicaba a comercializar aparatos de aire acondicionado.

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