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¿Con la salida de Matamoros, se acaba la división en las FF.MM.?

Mientras analistas esperan que las rencillas se terminen, sectores militares critican la decisión.

26 de abril de 2011 Por: Colprensa

Mientras analistas esperan que las rencillas se terminen, sectores militares critican la decisión.

Tras la salida del general Gustavo Matamoros como Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, algunos analistas esperan que las rencillas internas entre la cúpula militar se dejen de lado, en aras de atender las necesidades en materia de seguridad de los colombianos. No obstante, sectores uniformados siguen criticando la decisión. Para el analista Alfredo Rangel es un mensaje contundente del Gobierno a los militares para que enfrenten sus diferencias ‘en casa’. “El mensaje es que no se va a tolerar en el futuro las insubordinaciones o fracturas que pongan en riesgo la unidad de las Fuerzas Militares. Es un mensaje también en el sentido de que las diferencias internas tienen que tramitarse de manera institucional y de ninguna manera sacrificar el nivel de operatividad y de eficacia de las FF.MM. en la lucha contra los factores de inseguridad que subsisten en el país”, afirmó.En el mismo sentido se pronunció el analista Alejo Vargas para quien lo más importante es mantener la institucionalidad y que la “cúpula actué de manera coordinada, que se comparta la información y que se dividan las tareas sin celos que son rezagos del pasado, que no tienen sentido en el hoy y el ahora”.En pocas palabras, la salida del general Matamoros y la designación como Jefe de Estado Mayor Conjunto del general Luis Felipe Paredes, puede verse como una oportunidad de dejar de lado las diferencias internas por el color del uniforme y ponerse a trabajar.Pero este planteamiento supone que esas divisiones, que la cúpula militar se dedicó a negar, evidentemente existieron y que fueron resueltas con un relevo sin que se aceptara, que al menos en lo que tiene que ver con el trabajo en conjunto, no se llevaban bien.Así que mientras la opinión pública espera un pronunciamiento del general Matamoros, los corrillos militares crecen cada vez más en voz baja. La orden imperante es: ni una palabra.“Todo indicaría que efectivamente había dificultades de trabajo en equipo entre el general Matamoros y resto de la cúpula, y no hay duda de que más allá de si es o no un general brillante, hay que darle prioridad a mantener una cúpula unificada y una línea de mando clara. No se pueden afectar esas fisuras y creo que aquí lo que se terminó imponiendo fue eso”, asegura Vargas.Rangel, por su parte, considera que seguramente había diferencias de apreciación entorno a la estrategia operacional “que pudo haber llevado a esas fracturas que han ocasionado problemas en la coordinación de las fuerzas militares en las operaciones contra los grupos ilegales”.De otra parte, en algunos sectores militares la salida del general Matamoros no cayó nada bien. En varias comunicaciones militares a cuenta propia han reclamado y considerado “injusto” el retiro obligado.Una carta, cuyo proceder aún no se conoce, y que circula entre el personal de la reserva, invita a los uniformados a cerrar filas alrededor de Matamoros tal y como lo hicieron con el comandante del Ejército, general Alejandro Navas, cuando fue citado en el Congreso a rendir cuentas sobre el escándalo de la reclusión militar de Tolemaida.“Iniciemos (sic) a prepáranos para jornadas más duras, demostraciones no de fuerza ni de desobediencia con el general Navas, pero sí con el poder político que, como sabemos, nos aclama en privado pero nos expone al escenario publico”, dice la misiva.

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