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"Con la emergencia carcelaria no pasará nada": Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora

El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, advierte que esta medida no sirve para aliviar el hacinamiento.

21 de septiembre de 2013 Por: Fredy Moreno | Colprensa

El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, advierte que esta medida no sirve para aliviar el hacinamiento.

Jorge Armando Otálora acaba de cumplir su primer año de gestión como Defensor del Pueblo. Y aunque su trabajo tuvo una mayor exposición en los últimos días, debido a las protestas y manifestaciones en diferentes partes del país, no descuida otros temas que ha abanderado y por los cuales sigue reclamando. Entre ellos, está el permanente señalamiento a las bandas criminales que, según él, se han convertido en las principales violadoras de los derechos humanos en el país; y el hacinamiento en las cárceles, para el cual el Inpec decretó la emergencia carcelaria, con la cual -sostiene el Defensor- “no pasa ni pasará nada”. Un año después de estar en la Defensoría, ¿cuál cree que es el principal cambio que ha experimentado la entidad bajo su administración? He tratado de mandarles un mensaje a todos mis compañeros de la Defensoría y a los defensores regionales y es que no debemos funcionar desde la sede. Tenemos que ir a la comunidad, acercarnos a las regiones, a los barrios, a las veredas y las provincias. Y así lo he hecho yo directamente. A partir de ahí, visibilizamos los graves problemas que padecen muchísimos ciudadanos, bien sea por la guerrilla o por los grupos armados ilegales. ¿Cuáles son las regiones que más le preocupan? En la Defensoría lo único que hacemos es emitir alertas tempranas, llamar la atención de organismos del Estado, convocar a la Fuerza Pública para que sean ellos los que evidencien mucha información que está subterránea, que no sale porque hay mucho miedo en las regiones. Hemos encontrado zonas muy complicadas como el Nordeste antioqueño, el Chocó, el Valle, Casanare, Cauca y Nariño, por bandas criminales o grupos guerrilleros.Usted, a diferencia del Procurador, no tiene autoridad civil o administrativa para iniciar procesos disciplinarios. Mejor dicho, no tiene ‘dientes’. ¿Cómo ha experimentado ese único instrumento con el que cuenta para defender a los ciudadanos, que es la magistratura moral? Los pronunciamientos que hacemos son muy importantes en el país. Lo que yo diga hoy, puede tener vigencia en cinco, diez o veinte años. Entonces, un pronunciamiento nuestro nunca pierde vigencia. ¿Esos pronunciamientos de la Defensoría qué impacto han tenido en problemáticas tan graves como el hacinamiento carcelario? En el tema de cárceles, la Corte Constitucional acogió varias solicitudes de la Defensoría en temas del hacinamiento y estamos ad portas de pronunciamientos de ese tribunal porque se están practicando algunas pruebas. En el tema de salud, la Corte Constitucional dispuso que los ministros y el Superintendente ofrezcan informes permanentes, para ver si se han tomado o no medidas contra los problemas de atención.En cuanto al tema carcelario, usted ha solicitado la declaratoria de una emergencia social para enfrentarlo. ¿Sí ha tenido eco? Ese es uno de los capítulos por los cuales tengo una preocupación permanente. Da tristeza que el Gobierno Nacional, que el Estado, no reaccione frente a una permanente violación de los derechos humanos de las personas que están privadas de la libertad, procesadas o condenadas. Por eso hemos planteado la emergencia social, que es ese estado de conmoción que trae la Constitución y que decreta el Presidente de la República con la firma de todos sus ministros. ¿Entonces la emergencia carcelaria no ha sido suficiente? No hemos estado de acuerdo. Con la emergencia carcelaria, que decretaron hace pocos meses, no ha pasado absolutamente nada ni va a pasar porque la emergencia carcelaria no tiene instrumentos para combatir el hacinamiento; solo para temas internos de salud o de traslados. Pero descongestión o deshacinamiento no va a haber.¿Cuál es la diferencia con la emergencia social? La emergencia social le da facultades extraordinarias al Presidente de la República para que emita unos decretos de ley de manera transitoria, y la hemos propuesto para varios escenarios: por factor humanitario, por ejemplo, pues hay más de 400 internos en las cárceles con enfermedades terminales, a los que les quedan semanas o meses de vida en unas condiciones muy difíciles. Esta semana sale un vuelo hacia La Habana con personalidades para hablar con las Farc. ¿Usted pediría un cupo? En ese tema he sido respetuoso y prudente. Primero, porque la facultad constitucional la tiene el Presidente y segundo, porque los funcionarios judiciales flaco favor le hacemos al proceso al estar opinando de lo divino y lo humano. Sin embargo, creo que en el momento oportuno que se toque el tema de víctimas hay un querer generalizado de que algunos temas puntuales se lleven a la mesa de La Habana, y esa sí es mi preocupación como Defensor del Pueblo. No necesariamente para que sea yo el que lleve esa vocería. Mi preocupación es que cuando se llegue a discutir ese punto, todas esas inquietudes, cuestionamientos y preguntas que tienen las víctimas de nuestro país, sean canalizadas y tengan una respuesta.En el reciente paro agrario se presentaron muchas denuncias de un supuesto abuso de autoridad de parte del Esmad de la Policía, ¿qué está haciendo la Defensoría para investigar estos casos?Nosotros hemos puesto denuncias ante la Fiscalía, la Procuraduría e, incluso, ante la Policía, pero no solo de los abusos de la Fuerza Pública, sino también de algunos líderes que violaron los derechos humanos. Estamos hablando de manifestantes que utilizaron este escenario para la violencia. Entonces, esperamos que estos organismos den respuesta tanto a las denuncias contra la Policía, como a las denuncias contra algunos protestantes.Pero hay quienes denuncian que aunque algunos manifestantes fueron violentos, al Esmad se le volvió costumbre abusar de su autoridad... No, yo creo que no podemos generalizar. Claro que sí hay casos aislados, pero cada protesta tiene su propio desarrollo.

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