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Con esperanza reciben familiares de desaparecidos acuerdo entre Farc y Gobierno

El Gobierno destaca que la búsqueda de los desaparecidos es un paso más para lograr la paz en el país. Familiares reclaman saber de sus seres queridos.

19 de octubre de 2015 Por: Redacción de El País | Resumen Agencias

El Gobierno destaca que la búsqueda de los desaparecidos es un paso más para lograr la paz en el país. Familiares reclaman saber de sus seres queridos.

Familiares de desaparecidos por el conflicto armado de más de medio siglo en Colombia recibieron con esperanza el  acuerdo logrado entre el Gobierno Nacional y  la guerrilla de las Farc, que pretende  dar con el paradero de miles de personas desaparecidas, víctimas del conflicto armado. 

“Es la noticia que llevábamos años esperando”, dijo Janeth Bautista, quien luchó durante 16 años para recuperar el cuerpo de su hermana Nydia Erika y sigue sin saber dónde está su novio, a quien vio por última vez en 1987. “Me la entregaron en una bolsa de basura, como si no tuviera dignidad”, recordó conmovida y confiada en que pronto quienes están en su misma situación puedan saber la verdad y cerrar finalmente su duelo.  Según la  Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el número de desaparecidos en Colombia podría llegar a los 100.000, pero el Gobierno habla de unos 22.000. Entre ellos hay víctimas de secuestro, desaparición forzada, masacres, soldados y guerrilleros muertos en combate, según afirmó el jefe de la delegación de paz del gobierno, Humberto de la Calle, quien llamó a las víctimas “la estrella polar” del proceso de paz. El  presidente de la Federación Nacional de Víctimas de las Farc, Sigifredo López, dijo que el acuerdo es un paso importante para la reparación de la víctimas en el país, quienes están a la expectativa de conocer los detalles del acuerdo.   “Sin duda alguna, de cumplirse este acuerdo va a reparar a la víctimas, porque el hecho de que una mamá, pueda tener el cadáver de su hijo o de su esposo, o saber dónde está, puede contribuir a la verdad, eso hace parte de la reparación integral”, argumentó López. [[nid:474135;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/10/desaparicon-forzada.jpg;full;{}]]  Un paso más  Según el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle, el acuerdo, que da origen a la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas Desaparecidas,  tiene como objetivo ante todo aliviar el dolor de los familiares que han perdido a sus seres queridos y es un paso más para la paz. “Lo que nos proponemos en La Habana es poner fin definitivo al sufrimiento de miles de colombianos”.  Agregó de la Calle que la Unidad  de Búsqueda tendrá carácter extra-judicial para generar un ambiente adecuado para compartir la información, pero a la vez no sustituye ni impide las investigaciones de carácter judicial. Por su parte, Naciones Unidas  resaltó  la creación de la Unidad de Búsqueda de personas desaparecidas, pero afirmaron que debe tener todo lo necesario para que sea sostenible.  “Es importante que la Unidad se integre en el proceso de planificación nacional, disponga de suficientes recursos humanos y financieros y sea objeto de devaluación efectiva. Se trata de un proceso complejo que debe perdurar durante varios años”, dijeron en un comunicado. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) apoyará todos estos procesos y el jefe de la Delegación, Christoph Harnisch, dijo  que  “tengo la certeza de que, con el proceso que ahora se abre, podremos hacer mucho más para encontrar las respuestas que tanto se anhelan. Las esperanzas son inmensas aunque el camino será largo”, dijo. “Así sea que nos entreguen los restos para enterrarlos” Su nombre es Margot Valencia. Tiene 60 años. Hace 21 busca a su hermano Oliver Valencia. En 1994 él viajaba desde Pasto a Cali y antes de llegar a la ciudad, ella no sabe dónde, desapareció.  Margot ignora por qué él. Por qué ese día los guerrilleros detuvieron el bus, lo obligaron a bajarse y desaparecieron con él. Lo ha buscado cada día de estos 21 años. Lo sigue buscando, obstinada, triste, confusa. “No sé nada, nunca me ha llegado una prueba de supervivencia. Usted no se imagina lo dura que es esta incertidumbre”.  ***No hay una cifra exacta del número de desaparecidos en el país. El Registro Nacional de Desaparecidos habla de 22.000, y la Unidad de Víctimas registra a 45.000. Tampoco se tiene un datos sobre los casos de las Farc, de los paramilitares o de otros grupos.  De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, los departamentos de Nariño, Putumayo y Santander, han sido los más afectados por la desaparición forzada causada por las Farc.  En otras zonas como Antioquia y el Valle, en donde las cifras de desapariciones son tan altas como en Nariño, los principales responsables del delito, dice Memoria Histórica, son los grupos paramilitares.  En el Valle, hasta el primero de febrero de este año  Memoria Histórica había registrado un total de 6.799 desaparecidos, sin embargo, se calcula que la mayor parte son responsabilidad de grupos paramilitares, por lo que el acuerdo no tendría mucha incidencia en el departamento.  Los municipios más afectados son Buenaventura, con 1655 casos,  y Cali, con 905.  *** Martha Cecilia Herrera lo recuerda con una minucia atroz:  el 12 de noviembre de 1997, guerrilleros de la columna móvil Teófilo Forero llegaron hasta su casa en la vereda Villahermosa de San Vicente, Caquetá, y secuestraron a sus dos hijas gemelas, Luz Marina y Patricia Helena, a sus dos yernos y a su nieta, de seis años. La niña, que padecía de una enfermedad cerebral, requería medicamentos que no tomó durante un mes. Murió y el cuerpo le fue enviado para que pudiera realizar el funeral.  En un mes serán 18 años. Demasiados, dice ella, y sin embargo tan pocos para olvidar, para aliviar el dolor.   “Es que uno no se olvida. Uno como madre espera todo el tiempo que sea necesario y hace todo lo que sea posible hacer, porque uno por sus hijos da la vida”, dice y llora, de nuevo. Tantas lágrimas, tantos años. Margot y Martha Cecilia dicen que ahora les queda esperar lo poco. “Es un alivio que por fin hayan decidido decirnos qué hicieron con nuestros seres queridos. Así sea que nos entreguen sus restos para enterrarlos”, dice Margot. 

 

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