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Colombia, en el ojo de la mafia libanesa

Un libanés, con nacionalidad colombiana, sería el encargado de manejar la financiación de Hezbolá en cuatro continentes.

8 de enero de 2012 Por: Daniel Suárez Pérez I Redacción El País

Un libanés, con nacionalidad colombiana, sería el encargado de manejar la financiación de Hezbolá en cuatro continentes.

En el último año el comerciante Ayman Saied Joumaa se ha convertido en uno de los presuntos narcotraficantes y lavadores de dinero más buscados por la justicia estadounidense en todo el mundo. Según la DEA, este hombre nacido en el Líbano y nacionalizado en Colombia, estaría ‘lavando’ más de US$200 millones mensuales en cuatro continentes para ayudar financieramente al grupo guerrillero Hezbolá.Joumaa habría ocupado el lugar que dejó Chekri Mahmoud Harb. Mahmoud, conocido con los alias de 'Tali' o 'Talibán', fue capturado en Bogotá en octubre de 2008 y extraditado a principios de 2009 a Estados Unidos. La Corte del Distrito Sur de la Florida acusó a ‘Talibán’ de ser “gerente” de la Oficina de Envigado, coordinar envíos de droga a Norte América, y “el receptor de las utilidades provenientes de la venta de narcóticos en el Medio Oriente y África”.Según lo revelado por las autoridades estadounidenses, la organización que lidera Joumaa aparece como la segunda generación de un esquema de financiación de Hezbolá más complejo y fortalecido. Además de una pequeña red que vende carros usados desde EE.UU. a África, Aymaan es señalado también de extender sus contactos a los carteles de droga mexicanos y colombianos para enviar toneladas de cocaína a Europa a través de África y Oriente Medio.Rusty Payne, vocero de la DEA, le informó a El País que Joumaa ha aumentado el poder de su organización gracias a que “tiene una gran red de contactos en todo el mundo. Él no está en Colombia, por ahora lo estamos buscando en el Líbano”. A diferencia de Chekri, Ayman podría seguir libre en ese país asiático cuando sea ubicado, ya que la nación árabe no tiene ningún tratado de extradición con Estados Unidos.La aparición de JoumaaDocumentos de la DEA, obtenidos por El País, revelan que Joumaa nació el 21 de junio de 1964 en la provincia de Al Karouan, en el suroeste del Líbano. En los registros está identificado con un pasaporte libanés y una cédula colombiana. El Departamento de Justicia de Estados Unidos se refiere a él con los alias de ‘Aiman Said Jomaa Kharfan’ y ‘Junior’.La búsqueda de Joumaa se inició pocos meses después de la detención de Chekri. Los agentes de la DEA interceptaron una llamada desde París a un teléfono intervenido durante la investigación contra ‘Talibán’. La organización había perdido un pago en la capital francesa, por el tráfico de cocaína, que sería enviado a Colombia. Un agente recreó esa conversación al periódico New York Times el mes pasado. El investigador recordó que el hombre dijo “yo sólo perdí un millón de euros en Francia”, y resaltó con extrañeza que “nadie pierde un millón de euros y es tan indiferente al respecto. Por lo general, hay cuerpos en la calle”.Las autoridades investigaron la línea telefónica en el Líbano y llegaron hasta Joumaa, el propietario del Caesars Park Hotel de Beirut, y a la vez el “mayor lavador de activos de la organización”.El ‘lavador’Las acciones de la justicia estadounidense para frenar las acciones de ‘Junior’ se iniciaron el 26 de enero de 2011. El Departamento del Tesoro divulgó en la 'Lista Clinton' el esquema de la red de empresas y personas de la organización de Joumaa. En el Líbano, y los países africanos de Benín y el Congo aparecen hoteles, almacenes y casas de cambio. En Panamá figuran dos locales comerciales.En Colombia fueron referenciados los almacenes Junior, Junior No. 2 y el Comercial Planeta, ubicados en Maicao, Guajira.La 'Lista Clinton' también se refiere a nueve personas que serían los socios para el lavado de activos en América, Asia y África. Para los movimientos entre Panamá, Líbano y Colombia, la DEA señala como “criminales asociados” a cinco hombres, entre ellos están tres de sus hermanos e I. M. Youseff, el único enlace de ascendencia libanesa nacido en Colombia.El pasado 13 de diciembre, luego de acusar a Joumaa ante una corte de Virginia, la DEA informó que durante ocho años el procesado “ha conspirado para coordinar los envíos de decenas de toneladas de coca desde Colombia a Centro América para venderlas a ‘Los Zetas’”.El organismo de seguridad también reveló la forma en que Ayman ‘lavaba’ cientos de millones de dólares para los proveedores de cocaína en Colombia y Venezuela, producto del tráfico de droga en México, Europa, y África Occidental. “Joumaa supuestamente cobraba una cuota del 8% al 14% por blanquear el producto. Esto tomaba uno o cinco días, antes de que el pago fuera hecho a los proveedores”.Neil H. MacBride, fiscal para el Distrito Este de Virginia, señaló que “el dinero es el combustible del tráfico de drogas, y se supone que el señor Joumaa es el centro de todo esto: trabaja con los que producen la gran mayoría de la cocaína del mundo para llevarla a salvo a los carteles mexicanos y luego mover cientos de millones de ingresos alrededor del mundo para devolverlos a Colombia”.Las autoridades estadounideneses también han detectado cuentas vinculadas con la venta de carros usados desde EE.UU. a África. Allí estarían relacionadas empresas libanesas de Joumaa, que habrían enviado dinero para la compra y envío de los carros desde Norte América. La DEA calcula que “desde el 1 de enero de 2007 hasta principios del 2011, al menos US$329 millones fueron transferidos”, por las empresas de Ayman y otras instituciones financieras libanesas y africanas.El organismo de seguridad estadounidense afirma que el sistema que es utilizado para la venta de carros sería el mismo para lavar el dinero y traficar drogas al Líbano. Miembros de Hezbolá serían los encargados de controlar a los contrabandistas de efectivo, ‘hawaladars’(transportadores informales de dinero) y agentes de cambio.La DEA estima que el costo mensual de esos movimientos es de US$200 millones mensuales. “La organización de Joumma utiliza a Hezbolá para transportar y lavar las ganancias de narcóticos, y paga los honorarios a los agentes del grupo para facilitar el blanqueo del dinero”.

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