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Ciudades nuevo foco del conflicto armado

Cali, Medellín, Pereira, Palmira, Cúcuta, Barranquilla, Cartagena y Bogotá son las ciudades que más homicidios presentan. La capital del Valle hoy tiene una tasa aproximada de 76 homicidios por cada 100 mil habitantes.

26 de junio de 2010 Por: Colprensa

Cali, Medellín, Pereira, Palmira, Cúcuta, Barranquilla, Cartagena y Bogotá son las ciudades que más homicidios presentan. La capital del Valle hoy tiene una tasa aproximada de 76 homicidios por cada 100 mil habitantes.

La última vez que se supo de Lisney Antonio Mosquera fue el jueves pasado cuando su cabeza estaba a un costado de la Troncal de Occidente, entre Cartagena y Turbaco. El resto de su cuerpo había sido hallado un día antes en un lote cercano a la zona industrial de Mamonal, Cartagena, completamente desmembrado.Hechos tan escalofriantes como este causan terror en la ciudadanía y preocupación en las autoridades. De hecho, en algunas ciudades se optó por implementar los toques de queda por la guerra en los centros urbanos.Para la muestra Bucaramanga. Allí se prohibió la presencia de menores en bares y discotecas desde la media noche y hasta las 5 de la mañana, pues es en estos sitios donde los jóvenes terminan siendo víctimas y victimarios.“Lo propio sucede en ciudades como Cali donde se habla de 76 homicidios al año por cada 100 mil habitantes. La sigue Medellín con 65, Pereira con 68, Palmira con 67, Cúcuta con 53, Barranquilla con 31, Cartagena con 25 y Bogotá con 22” , señala Jairo Libreros, catedrático y experto en seguridad, y para quien el panorama se hace más crítico por las pandillas o ‘combos’.A nivel nacional estamos hablando de 39 casos por cada 100 mil habitantes, una radiografía que sigue ubicando a Colombia por fuera de los estándares internacionales trazados por las Naciones Unidas, según los cuales para calificar una ciudad como segura se debe estar máximo en 5 homicidios por cada 100 mil.No es descabellado decir que hoy la violencia llegó a los centros urbanos o grandes capitales y, al parecer, va en franco crecimiento.Razones de la barbarie“Hace un año empezaron a sonar las alarmas en cuanto al traslado de la violencia y crimen organizado a las ciudades” . Este punto de referencia es propuesto por Libreros, para quien a pesar de las acciones adoptadas por las autoridades locales como nacionales, no se ha visto un giro significativo.“Cuando hablamos de 10 o más muertes violentas u homicidios en una ciudad o departamento; nos encontramos en una crisis de seguridad pública” , afirma este analista.El general Orlando Páez Barón, comandante de Seguridad Ciudadana, manifiesta al respecto una preocupación similar al ver lo que sucede en otros países. “Estados Unidos tiene un estándar de 6 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, Europa 7, Chile 5, Canadá 2 y Japón no tiene ninguno” , afirma el oficial.América Latina se ubica en un promedio de 25 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, lo que la hace la parte más violencia del mundo. La conclusión que salta a la vista en cuanto a países suramericanos es que Colombia es el país más violento del continente. “Una situación preocupante” , según Páez Barón.“Con el fin de proteger la vida de los colombianos fueron identificadas 8 mil personas quienes tendrán que responderle a las autoridades como presuntos responsables en delitos contra la vida y la seguridad” , dijo en días pasados el comandante de Seguridad Ciudadana de la Policía, general Orlando Páez Barón.En las últimas tres semanas la Policía capturó 293 personas presuntamente responsables de homicidio y 270 de lesiones personales. Muchas de ellas han tenido que ver con los 7.003 ciudadanos que han muerto en lo corrido del año. A pesar de la reducción del 4 por ciento frente al mismo periodo de 2009 “sigue siendo excesivamente alta (…) hay preocupación en la Policía por diseñar estrategias orientadas a disminuir este hecho” , añadió el oficial.Una de las estrategias para combatir estos hechos está relacionada con el pago hasta de 20 millones de pesos por los responsables de crímenes contra la vida.Balance por ciudadesPero el panorama se oscurece más al mirarlo con lupa. Según la Policía Nacional los lugares del país en donde los asesinatos se atribuyen al narcotráfico son Guaviare y su capital; Caquetá, Putumayo, Valle y Antioquia. Bogotá ha tenido una disminución “muy aceptable” , señaló Páez Barón pero reconoció que sigue comparándose a Riohacha, Medellín, Cali, Villavicencio, San José del Guaviare, Florencia y Tumaco.Para Jairo Libreros Antioquia presenta índices de 65 homicidios por cada 100 mil habitantes. “Allí el problema está relacionado con el secuestro y el sicariato, en su mayoría adoptado por herederos de extraditados narcotraficantes o paramilitares. Acá es clave hablar de los Urabeños quienes hacen presencia en Antioquia, Córdoba y Bogotᔠ.“Estos grupos dejaron de cuidar cultivos ilícitos. Están entrando a las ciudades, pues allí encuentran los recursos económicos para consolidar su estructura militar” , añade el especialista.En el caso de Barranquilla, y en especial en Soledad, confluyen aspectos que resultan un “cóctel” para el crimen. Libreros hace mención a la “falta de recursos económicos, de trabajo, a la presencia de desmovilizados y desplazados quienes no ven salida a su dura realidad” .Cartagena también ha disminuido sus niveles de inseguridad, pero los índices siguen altos. Allí se habla de 25 homicidios por cada 100 mil habitantes, hecho que se ha visto alimentado por las “rutas del sexo” creadas por las mismas que contribuyen a la trata de personas o la prostitución de menores.En Nariño y Cauca se da la influencia del narcotráfico, bandas emergentes y los corredores de la guerrilla que han desatado carteles de extorsión contra quienes no comulgan con el tráfico de drogas. “Si bien al Cauca han llegado tropas militares, el control territorial no se ha consolidado” , señala Libreros.En el Valle del Cauca el panorama no es diferente. Cali hoy tiene una tasa aproximada de 76 homicidios por cada 100 mil habitantes, y aunque ha disminuido, “se ha consolidado el fleteo, la extorsión, el asalto a bancos” , dice Libreros.Bucaramanga es la ciudad que más disminución ha reportado con 24 homicidios por cada 100 mil habitantes. En este caso se destaca Floridablanca con 12 homicidios en dicho estándar, aunque su problema son las pandillas.Pereira, por su parte, tiene líos por jóvenes que se han “capacitado” en la manera de asesinar o extorsionar.El dolor de cabeza¿Cómo determinar cuáles son las razones de este fenómeno? En el caso de Bogotá el centro del problema es la llegada de bandas criminales que “además de matar por encargo se han dedicado al sicariato, la extorsión y a la contrainteligencia” .Esta última afirmación fue reprochada por Páez Barón, para quien las bandas emergentes “están en desbandada” y añade que “esos son vulgares delincuentes que viven pendientes de algunas acciones institucionales, pero jamás tendrán la capacidad tecnológica o formación del Estado” .Si de razones se trata, la sicóloga Sandra Parra, miembro del Instituto de Estudios de la Procuraduría General de la Nación, considera que aunque las causas de esta problemática son diversas, el foco está en la crisis familiar.“La familia ha dejado su rol socializador dominante y se ha convertido en una factor de riesgo para lo jóvenes por la ausencia de los padres y la falta de reglas claras” , afirma esta investigadora.Pereira es una ciudad donde se dan muchas migraciones y donde se dejan atrás las familias y los pequeños terminan siendo educados por abuelos o personas que no tienen la capacidad suficiente para disciplinar.La suma de estos hechos ha otorgado libertades con cero controles, lo que ha repercutido en que los jóvenes terminen en el crimen organizado.El primer paso para sumergirse en el crimen suele ser el hurto de pequeñas cosas en supermercados. “Esta es una de las razones que hoy están siendo socializadas” .En este punto se comprueba que el remedio puede ser peor que la enfermedad, pues los nexos que los “pequeños delincuentes” tienen con verdaderos criminales hace que los primeros se vean como “profesionales del delito” . De ahí la profundización de la brecha delincuencial.La sociedad cree que alejar o desescolarizar a los muchachos y enviarlos al espacio público es la solución. “Nada más equivocado” , considera Parra, para quien dice que “con esto el joven es entregado a las bandas de mayores infractores” .“El crimen termina por entregarles recursos económicos que acaban justificando actividades delictivas” , afirma al ratificar que panoramas como estos se presentan en ciudades como Manizales y Armenia y en el Eje Cafetero.“Nosotros ubicamos en la misma parte a los consumidores de sustancias con los no consumidores o con los homicidas o abusadores. Esto evidencia que no se tienen planes para re-socializar”, añade la especialista.Estos hechos son el caldo de cultivo de las pandillas y los llamados ‘Combos’ como los identifica la Policía y en los que según el general Páez Barón están trabajando los alcaldes y gobernadores.“Desde hace 6 ó 7 años Bogotá ha visto crecer las pandillas”, advierte Libreros quien las describe como grupos de personas muy jóvenes con propósitos particulares cuyas manifestaciones de violencia inicialmente son simbólicas para pasar a hechos materiales que se ven agravados con los expendios de droga que nacen en el centro de las pandillas.En esa escala se pasa por el porte de armas en centros educativos, en algunas oportunidades por la necesidad de prevenir ataques, de fijar estatus o liderazgos.¿Cómo prevenir? En este punto es claro que hay que retornar a aspectos proteccionistas familiares. Al respecto Sandra Parra recomienda el mayor contacto con los hijos, al igual que el interés por las cosas, los gustos y las preferencias de los jóvenes.“Hay que ser coherentes en la formación de los hijos, saber qué se negocia y qué no, así como saber cómo y en qué proporción castigar” , señala Parra.

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