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Cali es el epicentro de la pornografía infantil en Colombia

Los delincuentes se hacen pasar por menores. El CTI investigaba 70 casos de depredadores virtuales.

17 de diciembre de 2011 Por: Redacción de El País

Los delincuentes se hacen pasar por menores. El CTI investigaba 70 casos de depredadores virtuales.

“Mira la foto que te mandé”, dijo Angélica, supuestamente una joven de 13 años, a Javier*, un niño de 12. Él, emocionado, abrió el archivo y encontró una imagen de la niña en ropa interior. Dos semanas antes, Javier había conocido virtualmente a Angélica, luego de que ella le pidiera una solicitud de amistad a través de una red social. Como era ‘amiga’ de catorce de sus contactos, él la aceptó. Los dos menores comenzaron a chatear. Las conversaciones pasaron de sus gustos musicales a sus experiencias amorosas. Javier, con sólo 12 años, se inventó que había tenido tres novias. Ella comenzó a mostrarse interesada por él y poco a poco comenzaron a hablar de sexo. A las dos semanas, Angélica le anunció a Javier que tenía un regalo para él. En el correo, un mensaje: “ahora tú”. Javier, inmediatamente, se tomó una fotografía con su webcam y se la mandó. Ella, insistente, le pidió algo más “sexy”. Él lo hizo. Así, durante tres semanas. Bajo el disfraz de adolescentesLas fotografías intercambiadas por los dos jóvenes fueron cada vez más explícitas hasta que, un día, el contenido del mensaje enviado por Angélica cambió: “Necesito que me mandes $50.000 a esta cuenta, o le muestro las fotos a su papá”. Él no entendía qué había pasado con su novia virtual. “Mire niño, si no quiere que le hagan daño, mándeme la plata. Le doy hasta el lunes”, le escribía. Como el joven no tenía dinero, su ‘amiga’ le dio otra opción: le envió fotos de poses sexuales y le exigió que él se tomara unas parecidas. La supuesta niña de 13 años, que vivía en Medellín, en realidad era un hombre de 37 años en un país de Europa. Cuando los padres de Javier se enteraron de que su hijo era extorsionado, denunciaron el caso. Investigadores del CTI identificaron al hombre y solicitaron su captura a la Interpol. “Crean hasta cuatro perfiles en las redes sociales para ganarse la confianza de la víctima. Las supuestas amigas se mandan fotos entre sí, con el fin de crear competencia para ver quién es más osada”, afirmó un investigador de la Sijín. Agregó que en la ciudad se han reportado casos de menores entre 8 y 17 años.Según David Moreno, líder del proyecto ‘Anti-depredadores’, Cali es la ciudad “con más altos índices de pornografía infantil, tanto en producción como en distribución. Le siguen Barranquilla, Bogotá, Medellín y Pereira”.Juan Carlos Valencia, jefe de Informática Forense del CTI, indicó que las redes sociales han ocasionado que se incrementen los casos. “La situación social, sumada a que en los colegios no se habla sobre tecnología y sexualidad, ha permitido que los delincuentes actúen”. Aunque no hay estadísticas oficiales del número de víctimas en la capital del Valle, Valencia dijo que los casos han aumentado respecto al 2010. Actualmente, esta entidad lleva aproximadamente 70 investigaciones de depredadores virtuales que han buscado sus víctimas en la ciudad. Sin embargo, indicó que una de las principales dificultades para la identificación de los delincuentes es que las víctimas no denuncian. “La gente debe saber que hay un grupo especializado en trabajar este tipo de casos.” Durante el 2011 en la Fiscalía de Cali sólo denunciaron seis casos de pornografía con menores de edad, dos de los cuales continúan en investigación. La población más afectada son las jóvenes entre 13 y 15 años, pero los expertos advirtieron que los hombres también son blanco de los delincuentes. Otra de las modalidades de pornografía infantil detectadas en Cali es la de los ‘vídeo chats virtuales’, que utilizan menores para tener encuentros eróticos con personas de otras nacionalidades. El año pasado, la Sijín realizó dos allanamientos a sitios en los que se practicaba esta actividad y encontró a dos jóvenes: una niña de 16 años y un joven de 15. Los expertos coincidieron en que es difícil detectar a los delincuentes, pues algunos se vuelven expertos en borrar los datos que permiten rastrearlos. “Eso es una mafia, la mayoría están en Estados Unidos, México y España, por lo que, cuando son identificados, toca realizar los procedimientos con autoridades extranjeras”, explicó Moreno. A pesar de que en Colombia no se han detectado redes organizadas para la producción y distribución de pornografía infantil en internet, los investigadores afirmaron que hay varios tipos de delincuentes: el que guarda las fotografías o vídeos para su uso personal, el que las comparte con personas que también están interesadas en este tipo de contenido y el que vende las imágenes en sitios web restringidos para Colombia.Un problema de educaciónPara Valencia, este tipo de delitos se derivan del tiempo que los menores pasan sin supervisión de sus padres en internet, pues así lo hace el 75% de los adolescentes en Colombia. Además, el 93% hace parte de una red social y el 53% la usa a diario. “El problema no es la red social sino la información que comparten a través de estas páginas”, aseguró.Agregó que los niños son ‘nativos digitales’, por lo que manejan la tecnología mejor que los padres. “Los adultos deben tener los conocimientos mínimos de las herramientas tecnológicas para evitar los riesgos de sus hijos en la red”.Recordó que la internet, de por sí, no es dañina. “Depende de cómo la usemos. Hay que explicar la diferencia entre información pública y privada y que los colegios comiencen a trabajar el tema”.*Nombre cambiado.

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