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Así operaba la red que sacaba armas del almacén de la Tercera Brigada de Cali

Se han contabilizado unas 460 armas perdidas, entre ellas están 50 fusiles. Los cuatro detenidos por el robo no aceptaron los cargos.

20 de diciembre de 2013 Por: Redacción de El País

Se han contabilizado unas 460 armas perdidas, entre ellas están 50 fusiles. Los cuatro detenidos por el robo no aceptaron los cargos.

Unas 460 armas, entre ellas 50 fusiles, desaparecieron del almacén de evidencias de la Tercera Brigada del Ejército en Cali. Así lo estimó el jueves la Fiscalía durante la audiencia de imputación de cargos a los cuatro capturados, entre ellos dos militares activos, por su presunta participación en el robo de estos artefactos. Sin embargo, se cree que la cifra es mayor, ya que el conteo aún no ha terminado.El ente acusador les imputó los delitos de concierto para delinquir, porte, fabricación y tráfico de armas y peculado por apropiación en grado de tentativa a los dos suboficiales del Ejército y peculado por interviniente al militar retirado y al civil. Sin embargo, los cuatro detenidos no aceptaron los cargos.La captura de estas personas se realizó en la madrugada del miércoles por miembros del CTI de la Fiscalía y del propio Ejército. El Fiscal 162 delegado para el CTI aseguró que los cuatro capturados harían parte de una organización dedicada al tráfico de armas. De acuerdo con los hechos presentados por la Fiscalía, las armas eran sacadas de las instalaciones del Cantón Nápoles de la Tercera Brigada, para luego ser comercializadas a bandas delincuenciales de la ciudad. En la investigación, que inició en marzo de este año, se interceptaron unas 20 líneas telefónicas de los detenidos. Algunas de las conversaciones, mediante las cuales -según la Fiscalía- estas personas concretaron el comercio ilegal de las armas, se escucharon en la tarde del jueves durante la audiencia de imputación de cargos.Así empezó la investigaciónEl 12 de febrero de este año un civil denunció ante la Fiscalía lo que para él podría ser un tráfico de armas dentro del Ejército. Y es que el hombre acudió a la Tercera Brigada para comprar una munición, pero en medio de ese trámite le ofrecieron armas que -se supone- eran de uso privativo de la Fuerza Pública. Además de esa denuncia, dentro de la Tercera Brigada también se generaron sospechas a raíz de un derecho de petición de un ciudadano que solicitó la entrega de su arma con la orden judicial, pero esta no apareció en el almacén de evidencia. Debido a estas irregularidades, el 14 de marzo del 2013 la Fiscalía inició la investigación; pero los hechos empezaron a comprobarse el pasado 16 de agosto, cuando una mujer fue sorprendida al intentar salir de la Tercera Brigada con siete revólveres adheridos a la cintura. Al revisar sus documentos de identificación, se descubrió que se trataba de la esposa de un sargento retirado del Ejército, conocido como alias el Profe, quien sería el enlace entre los militares y las bandas delincuenciales de Cali.El jueves, la Fiscalía confirmó que tres de los siete revólveres que intentó robar la mujer estaban relacionados con los delitos de hurto calificado y agravado y porte, fabricación y tráfico de armas. El negocio ilegal, según el ente acusador, funcionaba así: el sargento viceprimero, quien era el custodio del almacén de evidencias, y el cabo primero, su coayudante de custodio, presuntamente sacaban las armas del depósito y se las entregaban a alias el Profe, quien tenía fácil acceso a las instalaciones del Ejército por su condición de retirado. Luego, este hombre se reunía con su esposa (la mujer detenida en agosto) en el casino del batallón y esta camuflaba las armas en su cuerpo, a través de vendas y fajas, para luego sacarlas de las instalaciones. Pero esta no sería la única modalidad con la que se sacaban las armas de la Tercera Brigada, teniendo en cuenta que en las interceptaciones telefónicas se evidenció que presuntamente los detenidos también comercializaban fusiles. Al parecer, estas armas largas eran sacadas a través de vehículos. Ya teniendo las armas en su poder, el ‘Profe’ y su esposa se las entregaban a alias Perdomo, quien era el encargado de ofrecerlas y venderlas a las organizaciones criminales de la ciudad. Sin embargo, este hombre aún no ha sido capturado por las autoridades. Según lo explicó el Fiscal 162 delegado para el CTI, estos hechos también fueron comprobados gracias a la declaración de una mujer el pasado 20 de agosto. Se trata de la esposa de alias el Zarco, un hombre que fue asesinado en noviembre del 2012, quien confesó que su pareja era el encargado de comercializar unas armas que eran sacadas del depósito de la Tercera Brigada.La mujer denunció que, como sabía tanto del negocio, estaba siendo amenazada por alias Perdomo, quien había tomado el lugar de su esposo en el negocio y ahora era el encargado de vender el armamento a los grupos criminales. Según la investigación de la Fiscalía, esta testigo identificó a los cuatro capturados como miembros de la organización de tráfico de armas.Al civil detenido, conocido como alias Hernán, se le interceptaron varias conversaciones con el coayudante de custodia del depósito de la Tercera Brigada, que -según la Fiscalía- evidencia que ambos negociaban las armas del Ejército. Asimismo, a ‘Hernán’ se le interceptó otra conversación con un hombre conocido como ‘Apito’, quien le dice “ya le tengo el cliente para el cosito largo que me ofreció”. Según la Fiscalía, ambos estarían hablando de un fusil Punto 50, que es un arma de uso privativo de la Fuerza Pública. Este viernes, a la 1:00 p.m., continúa la audiencia de medida de aseguramiento contra los dos militares activos, el oficial retirado y el civil. Más detalles de las conversacionesLa Fiscalía también interceptó una conversación del 16 de agosto, justo el día en que fue detenida la mujer que intentaba sacar siete revólveres de las instalaciones de la Tercera Brigada. En el diálogo, el custodio del depósito de armas le informa a alias el Profe de la detención de la mujer y este le dice: “no, no me haga eso, no me diga eso”.

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