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Así fue la operación de hurto trasnacional de carros desde Ecuador

La primera escena: el robo de camionetas de alta gama en Ecuador, que ya entraron al país y fueron matriculadas en distintos municipios.

24 de noviembre de 2014 Por: Redacción de El País

La primera escena: el robo de camionetas de alta gama en Ecuador, que ya entraron al país y fueron matriculadas en distintos municipios.

El golpe podría servir para otra entrega de Rápidos y Furiosos: 23 camionetas de más de $100 millones fueron robadas en Ecuador (Lago Agrio) y atravesaron la frontera con Colombia, pasando por el puente de San Miguel. A las camionetas, casi todas Mazdas BT50 y Toyotas doble cabina del año, les falsificaron la factura de compra y el manifiesto de importación para poder matricularlas en distintas secretarías de tránsito y así negociarlas en el país. Hace más o menos mes y medio una de las camionetas apareció en Buga. Después de haber sido matriculada en un municipio del nororiente colombiano, fue comprada por un hombre al que le pareció una irresistible ganga de $60 millones. La camioneta parecía estar bien: con matrícula legal el vehículo estaba limpio en los registros; un certificado de tradición lo avalaba. El hurto, cometido en Ecuador y denunciado allá, en Colombia no figuraba. Las placas en regla. ¿Por qué no ahorrarse $40 millones?Desde hace tiempo, tres meses largos, el Grupo de Automotores de la Sijín Valle sabía del robo sucedido en la frontera gracias a una “fuente humana” que también les contó del ingreso de los vehículos al país. Así que los investigadores estaban pendientes de cualquier detalle para un carro de esas características que circulara la región. Era buscar una aguja entre un pajar.Pero en esta película también hay un investigador obsesivo. Hace mes y medio, en un patrullaje de rutina, su suspicacia de sabueso entrenado se fijó en las placas de una camioneta estacionada en Buga, coincidente con las del golpe, pero matriculada en un pueblo del Atlántico. Al hacer el chequeo más profundo que permiten los sistemas de la Sijín, conectados para este caso con la Interpol, los números de chasis y motor aparecieron entonces vinculados a una denuncia por robo a mano armada interpuesta en Ecuador. El nuevo dueño, hasta ese día feliz creyendo que se había ganado $40 millones en el negocio, en realidad perdió $60 millones.El investigador, revisando el caso desde su oficina, cree que detrás hay una banda organizada que puede tener por lo menos veinte miembros: las camionetas no fueron robadas al azar y la prueba está en que todas se las llevaron en atracos, ninguna fue jalada, así que alguien planeó el robo en Ecuador. Luego necesitaron conductores para pasarlas de una en una por la frontera. En Colombia, gente que las escondiera mientras les falsificaban papeles. Gente que las moviera de un lado a otro. Y gente que hiciera el contacto en alejadas secretarías de tránsito. Dos secretarías ya están en la mira del investigador. “Estamos hablando de un hurto trasnacional”.Dos o tres camionetas fueron descubiertas rodando en Putumayo con placas ecuatorianas. Otra apareció en Tuluá. Vendidas en la mitad de su precio en Colombia, las 23 camionetas representaban un botín de más de $1000 millones que deja en evidencia la estatura de los ladrones que lo perseguían. O que lo siguen persiguiendo, porque hasta ahora ningún miembro de la banda ha sido capturado y hay varios vehículos de los que las autoridades no tienen pistas.Por sus características, el investigador teme que algunos ya estén en zonas montañosas o rojas. “O en minas ilegales, por ejemplo”. Otras incluso, podrían estar en el Cauca, que ahora es el destino de la mayoría de motos robadas en Cali. El investigador, sin embargo, sabe de otras cinco camionetas dando vueltas en un área que ya tiene delimitada y a donde se extenderá la siguiente fase de la pesquisa. Si en efecto, esta fuera una película, aquí saldría el letrerito de continuará. ***El sargento Vásquez, jefe del Grupo de Automotores en la Sijín Cali, dice que el caso de vehículos importados, hurtados y rematriculados, en algún momento fue común en la ciudad como un negocio frecuente entre bandidos y aspirantes a mafiosos. Pero ya no. Es muy raro. O eso parecía. Hace año y medio la Policía descubrió una banda que hurtaba carros de gama alta aquí, para llevarlos a Ecuador, Bolivia y Perú. Entre los carros que perseguían, las referencias más buscadas eran Kia Sportage y Revolution, Hyundai Tucson, Chevrolet Hilux y también Mazda BT50, como las camionetas robadas en Lago Agrio. La banda, compuesta por trece personas, fue detenida en Ipiales a través de la ‘Operación sin Fronteras’. Para ilustrar la situación, Vásquez cuenta de un negocio de emprendimiento criminal-familiar que descubrió hace dos años: la banda de Pipe, que estaba conformada por papá, mamá, hijos y las esposas de los hijos. Todos participaban del hurto a través de funciones muy distintas pero todas complementarias. Y les iba tan bien que algunos tenían casa en El Caney y otros en Ciudad 2000.En el 2012, también, en un apartamento de Ciudad Jardín donde pagaba $1.200.0000 de arriendo, fue detenido el miembro de una banda de 11 ladrones de carros. El día de su captura, junto a placas robadas a vehículos de lujo, el ladrón tenía cocaína líquida, dos pistolas y una granada. Fue condenado a 25 años de cárcel. Y la banda, desarticulada.Uno de los investigadores del grupo de Automotores dice que por eso tan importante que todo aquel que vaya a comprar un carro de segunda lo haga revisar en la Sijín. Los casos de gente que él ha visto llorar cuando llegan hasta allí, muy tarde, son incontables: “A veces han pagado la mitad del vehículo como una forma de pisarlo. Es lo que a veces condiciona el supuesto dueño para poder soltar el carro o la moto, para que lo lleven a inspeccionar. Y cuando aparece la inconsistencia y van a llamar, ya el daño está hecho”.El policía cuenta que en la actualidad los alcances de los ladrones de carros son tantos que ya han caído algunos armados con un mecanismo para abrir autos que parece invento del cine: un control remoto con capacidad para desactivar 300 alarmas análogas. “Vale más o menos $4.000.000 y no se consigue aquí. Yo mismo lo ensayé con los carros del parqueadero y pude abrir varios”. En la calle, el mecanismo conocido como ‘bicho’, era una de las armas de ‘Los Invisibles’, banda desarticulada el pasado mes de octubre que se dedicaba a abrir automóviles estacionados por ahí para saquear lo encontraran: radios, billeteras, celulares, bolsos.De acuerdo con un miembro de la Estructura de Apoyo de la Fiscalía, la banda hacía rondas en La Flora, Granada, El Peñón y Valle del Lili, entre otros barrios, buscando carros dejados cerca de algún centro comercial, clínicas o unidades residenciales, para robarlos con el respaldo de al menos cinco miembros del grupo delincuencial. ‘Los Invisibles’ estaba conformada por 19 personas y entre sus víctimas pudo estar el técnico Reynaldo Rueda, a quien a principios de octubre le abrieron el carro en un parqueadero de La Hacienda y se le llevaron un maletín con efectivo, tarjetas de crédito y documentos.El sargento Vásquez dice que justamente por esos alcances de los ladrones de carros, la gente debe darle más importancia a la revisión de la Sijín. Solo vale $41.000 y puede ser determinante para que la película de negociar un vehículo usado en Colombia, tenga final feliz.

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