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Alias Porrón, el capo que le rezaba a la Virgen de Guadalupe

Este hombre se convirtió en el objetivo número 1 de la Policía, tras las amenazas al ‘Tino’ Asprilla. Empezó como ‘campanero’ y se convirtió en jefe de los ‘Rastrojos’. Perfil.

8 de febrero de 2015 Por: Redacción de El País

Este hombre se convirtió en el objetivo número 1 de la Policía, tras las amenazas al ‘Tino’ Asprilla. Empezó como ‘campanero’ y se convirtió en jefe de los ‘Rastrojos’. Perfil.

El hombre más buscado y temido en el Valle no mide más de 1,60 metros y es un católico devoto de la Virgen. Óscar Darío Restrepo Rosero, alias Porrón, tenía en la finca donde lo capturaron un altar con imágenes y figuras de la Virgen de Guadalupe, una biblia, un rosario de madera y velones del Señor de los Milagros. Lea también: Un informante reveló el sitio en el que se escondía alias Porrón En esa finca, ubicada en la vereda Gato de monte, en Potrerito, Jamundí, se escondía este hombre, señalado como el heredero de los ‘Rastrojos’ en Tuluá y considerado el objetivo número uno de la Policía, desde que en diciembre pasado el futbolista tulueño Faustino ‘el Tino’ Asprilla denunció ser víctima de una extorsión. El 9 de diciembre, Asprilla recibió un papel con un número de Pin, firmado por ‘Porrón’. Y a través de Twitter, anunció que salía de Tuluá junto a su familia debido a las intimidaciones. En ese momento, el Director de la Policía ordenó la captura de alias Porrón. Óscar Darío Restrepo, de 31 años de edad, tenía vigente dos órdenes de captura: una de ellas emitida en el 2011 por concierto para delinquir y otra del año pasado por homicidio agravado, secuestro, extorsión y desaparición forzada. Las autoridades lo buscaban desde hacía casi cuatro años. Su historia en el mundo de la delincuencia, según las investigaciones de la Policía, se inició en el barrio La Inmaculada, en Tuluá. Allí vivía su familia. “Son gente muy sana, sus tíos tienen talleres, su hermano es peluquero, son personas que no tienen nada que ver con las actividades delincuenciales de ‘Porrón’. Incluso, él casi no se veía con sus padres”, dice uno de los investigadores. Hace aproximadamente doce años ‘Porrón’ empezó de ‘campanero’ de la banda delincuencial de ese barrio y luego pasó a ser vendedor de droga. Los investigadores aseguran que luego se hizo sicario al servicio de Jhon Estiven Idrobo Pérez, alias Jerry. En el 2008, debido a una disputa, le realizaron un atentado y lo hirieron en una pierna. Por meses tuvo que andar con muletas. En ese momento, la Policía lo reseñó, pero lo dejó libre al no tener ninguna orden de detención. La foto que le tomaron fue la que años después circuló en el Cartel de los Más Buscados. Los uniformados le encontraron una pistola calibre 9 milímetros con salvoconducto, el cual solo fue suspendido en el 2011. Y tras la captura de ‘Jerry’, ocurrida en marzo del 2012 en Santa Marta, el joven se convirtió en el jefe de una facción de ‘los Rastrojos’ en Tuluá. Empezó, aseguran las autoridades, a controlar el microtráfico y las extorsiones. Entonces, se inició una disputa con alias Picante, otro temido jefe de esa agrupación. Esa guerra hizo que Tuluá viviera una de las épocas más violentas en muchos años, en la que aparecieron cinco cuerpos desmembrados y los homicidios se dispararon. ‘Picante’ fue capturado en el 2013 y desde ese momento ‘Porrón’ se volvió el amo y señor de Tuluá. Su nombre se transformó en una especie de franquicia usada por sus lugartenientes o por delincuentes comunes que extorsionaban en la ciudad. Desde tenderos, vendedores de minutos, ‘motoratones’ hasta comerciantes tenían que pagar una ‘vacuna’. Y esas extorsiones se hacían a nombre de ‘Porrón’.Las autoridades investigan si la agrupación de Restrepo está detrás de los atentados con granadas a varios comerciantes que se negaron a pagar y el asesinato del hijo del dueño de un supermercado. Los procesos en su contraTras su captura, el viernes pasado, ‘Porrón’ fue llevado ante el Juez 18 de Control de Garantías, donde la Fiscalía de la Unidad contra el Crimen Organizado le imputó los delitos ya mencionados.Según la Fiscalía, en el 2011 Porrón participó en el secuestro de un hombre, quien fue trasladado a una finca de Tuluá para presionar el pago de un dinero a un familiar.Pero la víctima escapó y acudió ante el Gaula de la Policía. El secuestrado reveló que en el sitio en el que lo retuvieron vio cómo asesinaron y quemaron a un hombre. Cuando los uniformados acudieron al lugar encontraron los restos enterrados. Al realizar los exámenes de ADN descubrieron que se trataba de Julián Andrés García, un policía, que estaba desaparecido. Por ese caso también fue procesado Jhon Estiven Idrobo.

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