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Abuso contra menores de edad se duplicó en el Valle del Cauca en el 2011

La Fiscalía reportó que el hogar es el sitio más peligroso para los menores, pues las personas más cercanas resultan ser los principales abusadores. Este año ya se han registrado 726 casos.

22 de diciembre de 2011 Por: Jazmín López, especial para El País.

La Fiscalía reportó que el hogar es el sitio más peligroso para los menores, pues las personas más cercanas resultan ser los principales abusadores. Este año ya se han registrado 726 casos.

Pese a las campañas contra el maltrato infantil y el abuso sexual, la incidencia de ese flagelo en el Valle del Cauca sigue siendo escandalosa. Mientras durante todo el  2010 se recibieron 295 denuncias, sólo de enero a octubre del 2011 el Instituto de Bienestar Familiar (Icbf) atendió más del doble: 726 casos.La Fiscalía reportó que el hogar es el sitio más peligroso para los menores, pues las personas más cercanas resultan ser los principales abusadores. El organismo registró que esto se evidencia en la mayoría de los 80 reportes diarios que recibe en el departamento. De acuerdo con las autoridades, una de las razones que más ha incrementado esta problemática es que muchos padres tienen que salir a trabajar y dejan a los niños a cargo de familiares o amigos cercanos, quienes, en algunos casos, se aprovechan de los menores. Esa cercanía con el victimario también lleva a que muchas familias no denuncien debido a las amenazas que reciben. El temorLina recuerda que a los 12 años vivía con su familia en un inquilinato, sus vecinos eran una pareja de esposos que tenían dos hijos. Ellos se ganaron la confianza de la madre de Lina y un día aprovecharon la buena relación que tenían para llevarse a la menor a una fiesta fuera de Tuluá. “Nunca salimos del pueblo. Fuimos a una droguería con la pareja y los niños de ellos. El señor compró una droga. Después me dio una gaseosa y cuando me la tomé, sentí mucho, mucho sueño”.La víctima cuenta que la pareja la llevó a un hotel ubicado en el centro de la ciudad. Allí se hospedaron los cinco en un cuarto con dos camas. Mientras el hombre la abusaba en una de ellas, la mujer la agredía.Lina recuerda que logró escapar del hotel y llegar hasta su casa, donde, en medio de lágrimas, le contó a su madre todo lo que había sucedido. El mismo día de la violación pusieron el denuncio y el hombre fue detenido.Pero las continuas amenazas de los familiares del abusador hicieron que la madre de Lina retirara los cargos en su contra. El hombre sólo estuvo en la cárcel durante tres meses.Las víctimasEl Centro de Atención a Víctimas de la Fiscalía reportó 882 denuncias de abuso sexual, de las cuales 599 fueron cometidas contra menores.Ante este preocupante panorama, el defensor del Pueblo en el Valle, Andrés Santamaría, sostuvo que no ha sido posible disminuir las cifras “porque las investigaciones por abuso sexual a niños son muy lentas. El problema no es de aumento de las penas, sino del mejoramiento del sistema judicial”. Santamaría recordó que hay una pérdida de valores en la sociedad, en la que el Estado debe ejercer una acción educativa y de prevención, a través de políticas públicas. Y advirtió que a la capital del Valle ya ha llegado el turismo sexual. “Nuestros menores de edad están siendo utilizados para abuso sexual y también se encuentran niveles muy altos de prostitución. Hemos hallado en algunas esquinas de la ciudad a menores entre 14 y 15 años siendo exhibidos para actividades sexuales”. Por su parte, María del Pilar Gutiérrez, psicóloga del Icbf, recomendó a los padres ser prevenidos e indagar más acerca de los antecedentes de los adultos que quedan a cargo de sus hijos. Gutiérrez explicó que algunos de los síntomas que manifiestan los menores que sufren un abuso es exceso o falta de apetito. “También bajan su rendimiento académico, se muestran irritables y, algunas veces, sufren de pesadillas”.Faltan más denuncias El Instituto de Bienestar Familiar, Icbf, recibió 11.253 denuncias por abuso sexual infantil en todo el país durante este año.Sin embargo, se cree que esta cifra no corresponde ni a la mitad de los casos reales, pues la mayoría de los afectados no interpone una denuncia formal, debido al temor a que la familia sea estigmatizada o porque la víctima es constantemente amenazada para que no dé aviso a las autoridades.Según el estudio Forensis 2010, publicado por el Instituto Nacional de Medicina Legal, los más afectados por este tipo de violencia son menores entre los 10 y 14 años de edad, de zonas urbanas y -en la mayoría de los casos- de sexo femenino.

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