El pais
SUSCRÍBETE

¿A donde van a parar los objetos robados en Cali?

A pesar del alto número de robos que se registran a diario en Cali (50 en promedio en diferentes modalidades) y los 1.174 capturados por este delito en lo que va del año, las autoridades desconocen a ciencia cierta dónde van a dar los objetos hurtados a los caleños.

15 de mayo de 2011 Por: Redacción de El País.

A pesar del alto número de robos que se registran a diario en Cali (50 en promedio en diferentes modalidades) y los 1.174 capturados por este delito en lo que va del año, las autoridades desconocen a ciencia cierta dónde van a dar los objetos hurtados a los caleños.

En este momento, mientras se escribe este reportaje, en Cali llueve a cántaros. Muchos ciudadanos no saben, no tendrían cómo saberlo, claro, pero gracias al aguacero conservarán su vehículo, se salvarán de que sea hurtado.Quién iba a pensarlo: la lluvia que cae es lo único capaz de detener a los delincuentes de esta ciudad, por lo menos a los que se dedican a robar autos. Lo certifica un investigador de la División de Automotores de la Policía Judicial, Sijin: “Cuando llueve, el número de hurtos de vehículos es prácticamente cero”. Pero este aguacero demorará, a lo sumo, un par de horas. Cuando amaine, la ciudad quedará de nuevo expuesta a los ladrones a pesar de los esfuerzos que hacen las autoridades para detenerlos.En lo que va del año, por cierto, la Policía contabiliza 1.174 capturas por hurto. Es algo así como si en sólo cinco meses, se hayan detenido casi el número de presos que podrían recluirse, sin hacinamiento, en una cárcel como Villa Hermosa. Sin embargo, parece que los atracadores de personas, de residencias, de carros, de motos, no les temen a esos resultados ni a los operativos y planes de las autoridades para cazarlos. Pareciera que eso de robar resulta un acto fácil de ejecutar en esta ciudad, por lo masivo que se ha vuelto ese delito.La suposición surge de las estadísticas: son tantos los robos en Cali, que el promedio es de 50 por día. Según lo cuantificado por la Sijin, entre el primero de enero de este año al pasado nueve de mayo, se reportaron en la ciudad 6.452 hurtos sumando la totalidad de robos a residencias, al comercio, a personas, motos, automotores, fleteo.Sólo en la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía ubicada en el barrio El Lido, en el sur de Cali, además, se recibieron, entre el primero de enero y la mañana del pasado viernes 13 de mayo, 2.241 reportes por robos de celulares, documentos, portátiles y hasta contadores de energía. Nadie ni nada se salva. Si es tan masivo el delito, debe ser también porque de esos 2.241 reportes de hurtos, una minoría se investiga. Quien certifica ante la URI de la Fiscalía el robo de un celular, o una cédula, o una visa, lo que pretende es recibir un formato, la constancia del hurto, para tramitar de nuevo su equipo de comunicaciones o sus documentos; y también para tener un respaldo dado el caso de que se le suplante su identidad. La pretensión con el reporte, entonces, no es abrir una investigación para dar con el responsable del hecho. Así el delito se queda, irremediablemente, en la impunidad. Eso confirma lo dicho: robar se volvió un acto fácil, sin consecuencias para quien se dedique a ello. Si es tan masivo el delito, además, es también porque el negocio de lo robado deja grandes utilidades para los delincuentes. Decirlo, por supuesto, es una perogrullada pero hay que insistir: quien compre objetos robados está fomentando el hurto, incrementando la demanda. Además, incurre en un delito: receptación. (Ver dato clave). Hay un ejemplo de las utilidades millonarias que deja el negocio de lo robado: este año, por la modalidad fleteo, los delincuentes se han llevado un botín de $318 millones. Lo dice un informe del Observatorio Social de Cali, con corte a marzo de 2011. Y a mayo 9 las autoridades contabilizaban 135 casos. ¿Pero dónde están los objetos que les roban a los caleños? ¿Cómo funciona ese mercado ilícito? Los ladrones, para evadir a las autoridades, están modificando su accionar. Un sargento de la División de Contra Atracos de la Sijin explica que, en el caso de los celulares, ahora se comercializan en microventas que se montan en barrios populares de la ciudad. “Como saben que estamos haciendo constantes operativos en el centro (como el del pasado 27 de abril en el que se incautaron casi 1.000 celulares), los atracadores están distribuyendo los teléfonos en barrios como Lourdes, Decepaz, El Retiro, Terrón Colorado. En esos sectores los teléfonos se están vendiendo como piezas de repuestos”. Otra de las modalidades de los grupos organizados es enviar estos aparatos al Ecuador; a cambio, reciben teléfonos robados en ese país, que funcionan en Colombia. En un recorrido realizado por El País en algunos locales del centro varios vendedores ofrecieron Iphones “importados” muy por debajo del costo real: $500.000Pero no sólo se envían celulares a Ecuador. También electrodomésticos, carros, autopartes (ver nota anexa). En el caso de los objetos hurtados de residencias y apartamentos, las autoridades han detectado que esa mercancía, en gran parte, está siendo enviada a ciudades como Bogotá para ser comercializadas en prenderías. Ese, por ejemplo, fue el modus operandi de ‘Los Rolos’, una banda de delincuentes venidos de la capital, responsables de hurtos a viviendas de conjuntos residenciales en Pance, Ciudad Jardín, El Ingenio, Cristales, Santa Teresita, Santa Rita y La Flora.Sólo en este año van 497 robos a residencias. Además de dinero, joyas, arte, los asaltantes están yendo tras documentos como visas a Estados Unidos y pasaportes. El papel con el que están fabricados esos documentos tiene un alto valor en el mercado de lo robado, debido a que es casi imposible falsificarlo. A esos documentos, entonces, los delincuentes les borran los datos originales, les cambian la fotografía, para lograr que alguien con antecedentes judiciales salga del país sin sospechas. Y ese mercado de lo robado que se mueve entre Bogotá, Ecuador, los barrios populares de Cali, también continúa funcionando en los sectores ya conocidos: la famosa Calle 16, en el centro, San Nicolás, algunos locales de San Andresito, las galerías. Un computador portátil de última tecnología, por ejemplo, fue ofrecido en una bodega de la 16 en $400.000: ni siquiera la mitad de su precio comercial. ¿Por qué, si se sabe desde hace décadas que allí funciona el mercado de lo hurtado, las autoridades no han podido eliminar el negocio ilícito allí afincado?El sargento de la División Contra Atracos de la Sijin asegura que sí se han hecho operativos. El problema es comprobar que esos radios y esos rines y esos parabrisas y esos motores que allá se venden, son robados. “Cuando vamos nos encontramos con partes de carros a los que les han borrado sus seriales, por lo cual es imposible determinar si son partes robadas o no; y los dueños de esos negocios muchas veces argumentan que su mercancía proviene de remates de carros dados por pérdida por las aseguradoras. ¿Cómo comprobamos que no es así si no tenemos en nuestro poder una denuncia por robo de esas piezas específicas? En muchas ocasiones nos quedamos sin piso jurídico para determinar que un objeto es robado, y eso dificulta nuestra labor ”.Como sucedió con ese lote de casi 1.000 celulares incautados el pasado 27 de abril. Una parte de la mercancía tuvo que ser devuelta porque no fue posible comprobar que los teléfonos eran robados: no existían denuncias. Van décadas de un problema identificado y sin embargo, poco es lo que se hace por parte de las alcaldías de Cali. ¿Por qué? Fortunato García, subsecretario de Gobierno y Convivencia de la Secretaría de Gobierno del Municipio, dice que el asunto no es responsabilidad de las administraciones sino de la Policía y la Fiscalía. “Esta Administración ha hecho controles pertinentes sobre los establecimientos de comercio de esas zonas, y eso es lo que nos corresponde hacer. Es decir: controlamos si el local tiene o no el uso del suelo, si los documentos de Cámara de Comercio son legales, si tiene permiso sanitario, etc. Establecer si lo que venden es robado o no, se nos sale de las manos. Las administraciones no pueden hacer nada al respecto porque no es de su resorte funcional ni de su competencia. Quien debe hacer el control y adelantar las medidas pertinentes son los organismo de Policía y Fiscalía”. La pelota va y viene... Ahora, en Cali, ya no llueve. Antes de terminar este reportaje escampó. La ciudad, otra vez, está expuesta. El mercado de lo robado se mueve de nuevo.Hurto a personasEsta modalidad de hurto es la que se registra con mayor frecuencia en Cali. Hasta el 9 de mayo pasado las autoridades policiales contabilizaban 3.570 casos, 27 por día en promedio. Y eso que, según la Policía, en la ciudad no existen bandas organizadas para realizar este tipo de asaltos. Los robos los cometen raponeros o pequeños grupos que se mueven en barrios como San Pedro, Sucre, San Fernando, San Nicolás, San Vicente, las zonas de la ciudad más afectadas por este tipo de delito. Por lo regular los delincuentes van por celulares, documentos, computadores portátiles, equipos electrónicos como cámaras digitales y dinero en efectivo. Esos objetos, según un investigador de la Policía, son movidos en la ciudad de dos maneras: por un lado, los delincuentes están utilizando sus botines para realizar trueques. Una cámara de video, un computador portátil, un celular de última tecnología se puede entregar, por ejemplo, a cambio de droga o de un arma; también como parte de pago de una motocicleta. Pero la forma más común es comercializar esos objetos robados en algunos locales del centro, la Calle 16, San Nicolás y en microventas establecidas en barrios populares de la ciudad. Para seguirle la pista a esa mercancía robada, las autoridades recomiendan escribir y conservar los datos de los equipos. Datos como seriales y referencias.Hurto a residenciasSe hacen pasar por dueños de un inmueble que está a la venta, cierran el negocio con incautos compradores y desaparecen con el dinero que les entregaron. Otros se mimetizan como posibles arrendadores de una casa o un apartamento y cuando están dentro reducen a todo el mundo y roban todo cuanto consideren de valor. Hay quienes se hacen pasar por empleados de empresas de servicios públicos domiciliarios.Los robos a residencias se han convertido en una especialidad para los cerca de 18 grupos delincuenciales que operan en la ciudad, según fuentes antirrobos de Cali.Lo más apetecido son las joyas, que tienen un mercado de mucha salida en Bogotá, según explica una fuente que pidió reserva de su identidad. Agregó que las más apetecidas son piedras preciosas raras, que poco se conocen en el suroccidente, pero que extranjeros buscan en la capital del país. El oro y electrodomésticos sí son comercializados en Cali. Se cree que en ‘ollas’ de barrios como El Calvario y Sucre, en el centro, hay fachadas para vender esos productos robados. Esa sería la causa de que durante el 2010, se presentaran 1.134 hurtos en residencias.En los últimos meses, los ladrones se han ensañado con los estratos más altos.Sin embargo, hasta marzo de este año, los robos a casas y apartamentos habían bajado en un 7%, al pasar de 343 a 318.El mercado de autos robados Por lo general, los carros que son modelos viejos son hurtados por la modalidad de halado, mientras que los último modelo y de gama alta son hurtados por atraco a mano armada debido a sus sistemas de seguridad de encendido. Una vez hurtado el vehículo, los delincuentes están tomando varios caminos para obtener dinero: existen bandas que piden al propietario “rescate”. Unas horas después de haber cometido el delito, los delincuentes llaman al propietario del carro y le exigen dinero para devolverlo. También, los carros son desvalijados. Los 'picaderos' de autos, por lo general, están ubicados en los asentamientos subnormales de la ciudad (invasiones).Hurto de automotores y motocicletasTulio Zuluaga, presidente de Asopartes, se mostró preocupado por los índices de robos de carros en Cali. Dice que es inconcebible que de la capital del Valle, que tiene 350.000 vehículos, se hayan robado en 2010 5.300 unidades (carros y motos), mientras que en Bogotá, con 1.300.000 automotores, se hayan robado 4.230 en ese mismo lapso. Y este delito aumentó en 2010 en la capital del Valle, mientras en las otras ciudades disminuyó.Según la Policía el año pasado se denunciaron 2.152 hurtos de carros en Cali, mientras en el 2009 fueron 1.760.El mercado de lo robado también incluye el comercio ilegal de partes. Según las autoridades, cerca del 75% de los vehículos que son arrebatados a sus dueños terminan desguazados. Las partes, que usualmente son desmanteladas en talleres o casas con garaje en el centro de la ciudad, son vendidas en sectores como la Calle 16 con carreras 13 y 17. Este negocio ilícito dejó pérdidas de US$800 millones al sector de las autopartes, en el 2010.Otras cifras de interés 769 son los carros que se han hurtado este año en la ciudad. Hay dos modalidades: atraco y ‘jalado’. Los barrios donde más roban: El Limonar, Valle del Lili, El Ingenio y La Hacienda. 362 establecimientos comerciales han sido robados este año. Los barrios más afectados por este tipo de hurtos son San Pedro, Tequendama, Calima, El Cedro, San Fernando Nuevo, San Nicolás y Santa Mónica Residencial.

AHORA EN Judicial