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Hablar de sexo. | Foto: El País.com.co

SALUD

Llega a Colombia la 'pareja suplente', la nueva tendencia para aprender de sexo

Revelaciones de dos parejas suplentes, profesionales de la salud que enseñan a pacientes a mejorar su desempeño en la intimidad.

15 de octubre de 2017 Por: Meryt Montiel Lugo / Editora equipo de Domingo

Aunque no es una práctica nueva en el mundo, la tendencia de parejas suplentes o sustitutos para salvar las relaciones amorosas apenas se comienza a conocer en Colombia. 

El País habló con dos maestras de esta nueva tendencia. Conozca de qué se trata: 

Maestra del sexo

Se considera una “sensei”, una maestra del sexo. Martha Mejía es colombiana. Psicóloga egresada de la Universidad Nacional y sexóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona. Allí hizo una especialización en erotología, rama de la salud sexual que estudia todo lo relacionado con el erotismo. Desde hace 21 años, cuando regresó al país, decidió convertirse en terapeuta sexual, es decir, ella implementa terapias sexuales, tratamientos prácticos y directos con los pacientes para que superen disfunciones como la eyaculación precoz, o adquieran habilidades, seguridad en la intimidad y sean creativos en las artes amatorias.

En Bogotá, en el Centro Integral de Terapias Sexuales que lleva su nombre y de la cual es directora, trabaja con cinco profesionales que se desempeñan como parejas suplentes o sustitutos, un rol que es reconocido a escala mundial hace más de 50 años, pero que en Colombia, tan solo, desde hace poco tiempo, comienza a develarse...

¿Qué enseña un terapeuta sexual?

Todo lo relacionado al desempeño sexual: manejo de disfunciones, disminución de la libido, a mujeres que tienen dificultad en sus orgasmos, hombres con problemas de erección o que tienen eyaculación prematura; o parejas que no tienen compatibilidad sexual porque tienen diferentes umbrales del deseo sexual. También ayuda al consultante a que optimice su desempeño, entregándose sin timidez, superando las inseguridades o las taras que por educación o cultura se ha autoimpuesto y lo bloquea en su libre expresión sexual. Enseña el lenguaje no verbal sexual, esa seguridad que una persona pueda proyectar en su sensualidad al caminar, expresarse, hacer un cortejo, modelar su cuerpo, en su mirada o sus expresiones no verbales, que son las armas más contundentes de la seducción.

¿Qué la diferencia de un sexólogo?

Los sexólogos se inclinan por la parte orgánica y funcional como tal y nosotros hacemos acompañamiento directo y físico con el consultante, o sea, nos involucramos directamente con el sentir del paciente, lo guiamos, le enseñamos, lo corregimos. Cuando viene individualmente somos la pareja suplente del o de la consultante. Nos metemos al ruedo, estamos involucrados directamente con él en la sesión, no solo entregando la verbilocuencia, sino que estamos guiándolo, ayudándolo.

¿Cuántas terapeutas trabajan con usted?

Cinco terapeutas sexuales que optan por el rótulo de pareja sustituto o pareja suplente. Como su nombre lo indica, sustituye o suple la pareja del paciente cuando este viene solo. Si vienen en pareja, pues se guía a la pareja.

¿Cuáles son las enseñanzas más comunes para los colombianos?

Básicamente es mejorar el abordaje del desempeño sexual. Puede que tengan conocimiento de las relaciones sexuales, pero no tienen el nivel de habilidades, creatividad, propositividad y, sobre todo, de seguridad para entregarse a las artes amatorias de una forma eficaz. Con nosotros aprenden las metodologías de llegarle a la pareja con un lenguaje que no solo es verbal, con un lenguaje corporal. Los órganos sexuales más poderosos, además del cerebro, son la piel y los cinco sentidos. Que el consultante hombre o mujer aprenda la forma de entregar el contacto visual, verbal, de expresión corporal y de contacto físico a través de las caricias, los besos; cómo estimular cada uno de esos cinco sentidos para que despierte la excitación en la pareja, porque lo hace de una forma segura, decidida. Y ayudamos a que las parejas se comuniquen de forma asertiva sexualmente.

¿Quiénes consultan más?

En los últimos 6 años hay un equilibrio entre el consultante hombre o mujer. También vienen miembros de la Comunidad Lgbti y parejas.

¿Es gente joven o ya madura?

Primero que todo, son personas de un nivel socioeconómico cultural académico alto, no sé si es por la ubicación en que estoy en la ciudad o por el costo de la consulta, vienen personas solventes, porque no es solo una terapia, sino un tratamiento. Son personas que consideran que esta es una herramienta indispensable para mejorar su desempeño sexual y es indistinto la edad. He atendido consultantes de 18 años hasta de 70, pero el grosso, tanto en hombres como mujeres, está entre los 25 y 45 años. La mayoría tiene una relación formal.

¿Cómo llegan remitidos?

Por algunos de los escasos sexólogos que hay en Colombia, pero casi la mayoría, vienen remitidos por psicólogos, médicos de terapias alternativas como homeópatas y bioenergéticos. Y uno que otro por médicos de medicina general. Y como soy sexóloga y directora de este centro aquí se sigue un conducto regular: todo consultante antes de ser atendido por pareja suplente pasa por mi consulta como sexóloga para encontrar en qué momento requiere ese apoyo, si lo requiere individual o en pareja.

¿Cuánto se demora una sesión y cuántas se podrían necesitar?

Son de hora y media o dos horas cada una. ¿Cuántas? Depende del caso del paciente. En caso de un hombre con una disfunción de base como una eyaculación precoz o dificultad en su erección, primero hay que tratarle esta disfunción y luego dedicarnos a lo que son las habilidades y destrezas, entonces bien podría este consultante tomar 30 terapias como mínimo. Pero si solo necesita la ayuda de la pareja sustituta puede tener un tratamiento muy exitoso en cuestión de unas diez o doce terapias, ya que dan un nivel de destrezas y creatividad sexual plena.

¿Las consultantes mujeres cuentan con hombres terapeutas?

Sí. Generalmente son profesionales del área de la salud. Yo les doy el entrenamiento netamente sexual como sexóloga que soy para que ellos tengan todas las herramientas y el conocimiento. Cabe aclarar que tanto hombres como mujeres que tengan su pareja estable los incitamos a que la traiga, o lo traiga, porque es mucho mejor guiar a la pareja que guiar a uno solo de sus miembros, porque los dos juntos ya se conocen y es más garantizado el éxito del tratamiento.

¿Cuántos pacientes pueden atender a la semana? ¿Y siempre tienen relaciones de tipo coital con ellos?

Por terapeuta hay un promedio de 10 o 15 consultantes por semana, puesto que laboramos de lunes a viernes, y sábado hasta el mediodía. No con todos se tiene contacto físico, no. Además, el contacto físico va hasta cierto punto, es decir, el acompañamiento va acorde con una metodología de sexo tántrico, que es mucha piel, sensorialidad y
erotismo.

¿Y cómo se protege usted?

Generalmente accedo a los pacientes que ya conozco directamente. Se cumple el conducto regular: mínimo que haya venido a consulta 5 o 6 veces. Yo no resulto atendiendo a un paciente que vino de repente y dijo necesitar una pareja suplente, no. Necesariamente tuvo que pasar por el conducto regular, donde yo llegue al nivel de confianza de conocerle y si es el caso, de exigirle exámenes de laboratorio. En caso de que, no es la mayoría de las veces, sea un contacto directo, obvio, se hace con protección, no hay ningún tipo de contacto de sexo oral ni sexo anal, porque ese no es el trabajo. Es a través de las manos, del cuerpo, de ahí que la relación coital es algo muy puntual, es con protección, con preservativo, obviamente. Y estos casos, de coitos, son muy excepcionales o sea, en situaciones como que el paciente nunca lo haya hecho, que tenga dolor en la penetración. Y de tener el consultante su pareja estable, se le prepara para que ya este paso lo dé directamente con su cónyuge.

Instructora sexual  

Cinandre Carrillo Díaz tiene 43 años. Es profesora de educación especial en deficiencias auditivas y actualmente se desempeña en su país, Venezuela, como docente especialista en un centro de rehabilitación para el lenguaje en una escuela del distrito capital.

Hizo su maestría en Orientación en Sexología y decidió convertirse en instructora sexual. Ejerce como tal desde hace siete años.

¿Qué la motivó a convertirse en profesora sexual?

Cuando estaba estudiando mi postgrado de Orientación en Sexología, en una de las materias vimos una película que se trataba justo de eso y le comenté a uno de mis profesores de la maestría, el doctor Édison Pazmiño (médico sexólogo que ahora ejerce su profesión en Cali) que yo quería ser instructora sexual y ayudar a las personas con alguna discapacidad en sus problemas sexuales.
Lo enfoqué hacia personas con discapacidad debido a mi profesión.

Entiendo que su trabajo va de la mano con médicos sexólogos que le remiten pacientes...

Pues sí, hasta ahora solo trabajo con los médicos de la Torre Bianco (sede principal de Cippsv: Centro de Investigaciones Psicológicas, Psiquiátricas y Sexológicas de Venezuela) y los pasantes en el postgrado para sexólogos del Cippsv.

Aunque me han llamado otros sexólogos no se ha concretado nada.
No trabajo por mi cuenta en la parte de instructoría sexual porque se requiere del seguimiento de los médicos para eso, por cuestiones de tratamientos médicos que siguen algunos pacientes.

¿Qué recomendaciones puede hacer un sexólogo acerca de un paciente para que usted entre a ayudar?

Los médicos luego de varias sesiones determinan si necesitan de mis servicios y me llaman. Más que todo con algunas disfunciones que necesiten modificaciones de conductas mal aprendidas.

¿Cómo fue su formación para convertirse en instructora sexual? ¿Dónde estudió?

Luego de terminar la maestría en Orientación en Sexología en el Cippsv y de comentarle al Dr. Édison Pazmiño, los médicos de la Torre Bianco me ayudaron en la formación tanto teórica como psicológica.

¿Cómo le gusta que la llamen: ¿terapeuta sexual? ¿Instructora sexual? ¿Sustituta sexual o pareja subrrogada?

De verdad me es indiferente como me llamen, lo importante es lo que yo piense qué soy. Me siento orientadora en sexología, porque enseño cosas a personas que desconocen y les ayudo para que su calidad de vida sea mejor.

¿Dónde atiende a los pacientes?

Depende de cada caso, y depende del nivel económico de cada paciente.
En principio hay una entrevista que se hace en la Torre Bianco y luego se pasa a las sesiones de habitación que son en un hotel capitalino. Hay pacientes que se atienden todas las sesiones en la Torre Bianco. Hay otros donde las sesiones son en algún otro lugar porque solo requieren modificaciones de conductas ansiosas. Depende de cada caso.

¿Cuánto demora una sesión?

Hasta dos horas

¿Cuánto puede costar?

Depende del nivel socioeconómico del paciente. El médico sexólogo le realiza un estudio socio-económico al paciente, en el que se determina el valor que puede pagar.

¿Hace intervenciones a pacientes de manera individual o también con la pareja?

Hasta ahora solo he trabajado de manera individual. Pero estoy abierta a todo.

¿Cuál es el perfil de este tipo de pacientes?

Varios, hay de todo estrato social, desde empresarios con mucho dinero, hasta pacientes con discapacidades mentales. Atiendo a personas que busquen ayuda en el ámbito sexual.

¿Cuáles son los problemas que más presentan?

Eyaculación rápida y problemas de ansiedad.

¿Atiende a hombres y mujeres? Si es así, ¿cuáles son, en términos generales, los más tímidos para aprender?

Hasta ahora solo varones y si hablamos de timidez los varones de más de 50 años son más tímidos que los de menos edad para aprender.

¿Cómo hace para que el paciente se relaje y entre en confianza con usted?

Aplicando las técnicas de relajación, y respiración aprendidas y explicadas por el Dr. Bianco en sus libros y mi personalidad encantadora (risas). Y conversar muuuucho mucho, mucho.

¿Hay alguno que haya confundido su rol y la haya visto o tratado como a una prostituta? ¿Cómo hace en esas situaciones?

Hasta ahora no hay algún paciente que se haya confundido o me haya tratado mal en ningún aspecto. Creo que los médicos se aseguran de saber cómo es cada paciente antes de enviarlos conmigo.

¿Quién determina que el paciente ya no necesita más terapias: el médico sexólogo, usted o el mismo paciente?

El médico tratante, por supuesto. Pero ellos me preguntan y toman en cuenta mi opinión para dar de alta a cualquier paciente.

¿Qué tan cierto es que le enseña al paciente de manera presencial sobre todo: desde cómo desnudarse hasta cómo llegar al coito?

Sí, eso es correcto.

Siempre es de manera presencial. ¿O puede asesorar a través de videos?

No me imagino enseñar todo lo que sé a través de un video, creo que eso sería otra cosa y no una instructoría sexual.

¿Hasta dónde se involucra física e íntimamente con el paciente?

Físicamente... total, ya que las sesiones son presenciales, que estamos hablando de problemas sexuales implica... físicamente todo.
Y eso hace que tenga que haber intimidad, confianza y ningún tabú para que las sesiones y la terapia sean un éxito.

¿Le ha pasado que alguno de sus pacientes se haya enamorado de usted?

Siiii, la verdad no sé si era amor verdadero, pero ha habido un par que llamaron insistentemente y querían que estuviera con ellos sexualmente y me hacían regalos. Pero nada que no se pudiera manejar.

¿Y usted se ha enamorado de alguno?

Me han gustado varias personalidades de los hombres que he conocido, pero enamorarme... no.

¿Su familia sabe de su oficio? ¿Cómo lo han tomado?

Prefiero que no sepan a plenitud, hay muchos tabúes religiosos en mi entorno.

¿No tiene problemas de tipo legal por esta práctica?

No, es parte de un tratamiento médico.

¿Tiene algún inconveniente de tipo ético o moral por su oficio?

No.

¿Esta práctica es aceptada socialmente en Venezuela o se debe ejercer de manera velada por temor a las críticas de la sociedad?

La sociedad siempre va a tener críticas mientras haya mitos o errores de conceptos y en Venezuela cada sexólogo debería tener una instructora sexual.

¿Cómo la situación de su país ha alterado su actividad como instructora sexual?

Uyyy, pues la situación del país ha disminuido mucho, mucho, mucho, mi trabajo tanto en la instructoría sexual como en orientación en sexología.

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