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Consulte al médico antes de consumir medicamentos. La autoprescripción no prevé reacciones medicamentosas, alergias y contraindicaciones. | Foto: Foto: Fotolia

Conozca cómo consumir con seguridad sus medicamentos

Los efectos adversos de la medicación se pueden prevenir. No ocultarlos y reportarlos ante entidades competentes es el primer paso.

20 de agosto de 2017 Por:  Wendi López, especial para El País

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, solo en Estados Unidos los errores de medicación causan la muerte de una persona al día y dañan a 1,3 millones de personas al año. En países menos desarrollados se estima que el impacto es dos veces mayor en términos de años de vida saludable.

Actualmente, el Invima y la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia invita a que los pacientes y el sector médico registran los efectos adversos asociados a la medicación. Sin embargo, para el químico farmacéutico del Centro Médico Imbanaco, Jhon Fernando Trejos, es también fundamental que haya retroalimentación de dicha inspección. “Sería ideal tener acceso a las cifras, de acuerdo con cada ciudad, región, medicamentos con más riesgo, otras causas, etc. El país debe fortalecer su sistema de reportes”, explicó.

Errores frecuentes de la medicación 
1. Fórmula ilegible

La prescripción de un medicamento tiene un protocolo: la fórmula debe ser totalmente clara y contener información precisa, ya sea impresa o manual, que aún se hace mucho. Además, no debe tener tachones ni enmendaduras.

Las fórmulas médicas deben contener nombre claro del paciente, nombre claro del medicamento y su presentación, la unidad de medida correspondiente (miligramos, microgramos o mililitros), la vía de administración (oral, endovenosa, intramuscular, uso tópico, etc), el horario y un ejemplo de este (cada 8 horas: 7:00 a.m., 3:00 p.m. y 11:00 p.m.), la duración del tratamientos y el nombre del médico (preferiblemente su sello). Además, no deben tener abreviaturas o uso de decimales que puedan dar lugar a confusiones.

Los doctores deben asegurarse de que el paciente entienda la fórmula. Algunos, por falta de tiempo no lo hacen, pero lo ideal es que el paciente pueda leerla con él.

Además, las fórmulas médicas tienen que contemplar que los medicamentos estén en circulación, no sean muy costosos y sean de fácil acceso. “En algunas ocasiones ni en las droguerías interpretan lo recetado y esto se deriva en una reconsulta, lo cual tarda, implica un costo y compromete la salud del paciente”, explica el doctor Henry Parra, médico del grupo Emi, especialista en seguridad y salud en el trabajo.

2. Reacciones a medicamentos

Las fórmulas tienen que tener en cuenta los antecedentes de cada paciente, es decir, qué patologías de base o alergias tiene, qué medicamentos consume y en qué dosis.

Es muy importante que los médicos indaguen en las historias clínicas y que los pacientes contesten con honestidad. Prever y evitar interacciones entre medicamentos salva vidas. Muchas veces el consumo de un medicamento con otro puede ocasionar repotenciación o corte de un efecto, polimedicación (uso simultáneo de varios fármacos), sobredosis, intoxicación, etc.

“Hay enfermedades a las que no se les puede poner todo tipo de medicamento. Por ejemplo, a los pacientes con enfermedad renal, dependiendo el estadio, hay que restringirles el uso de antiinflamatorios y analgésicos. A los pacientes hipertensos hay que evitarles los antigripales. Antes de suministrar un medicamento se debe conocer la historia del paciente”, comentó el especialista Parra.

Para Carlos Enrique Maldonado, médico farmacólogo de la Universidad Nacional y miembro de la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia, es importante que los pacientes mencionen si consumen medicinas alternativas o naturales, ya que estas pueden ser incompatibles con otros medicamentos. “Además, no son totalmente inocuas como se cree. Por ejemplo, el agua de árnica puede ser hepatotóxica y muchas veces las personas creen que no deben mencionar estos remedios caseros que se toman”, explicó.

3. No cumplir los ‘Cinco Correctos’

Los ‘Cinco Correctos’, consiste en tener en cuenta aspectos claves durante la aplicación de un medicamento:
1. Paciente correcto.
2. Hora correcta.
3. Medicamento correcto
4. Dosis correcta.
5. Vía de administración correcta.

El doctor Henry Parra enfatiza en la relectura de las fórmulas y en la vigilancia permanente de estos cinco pasos dentro de las instituciones hospitalarias. Otro aspecto importante es que los pacientes o sus cuidadores muestren interés por saber qué se les está aplicando.

4. Preparación de dilusiones y soluciones

El equipo médico debe estar entrenado en la preparación de medicamentos, de no ser así, una mala dilusión o solución puede dar lugar a reacciones desfavorables. Los pacientes que deban hacerlas en casa tienen que seguir al pie de la letra las recomendaciones.

Jaime Paredes Gómez, médico internista del grupo Coomeva, menciona que la administración de medicamentos demanda una permanente comunicación entre el personal hospitalario. Los enfermeros y enfermeras, indicó, deben procurar recibir las fórmulas escritas, la única excepción a esta regla es cuando el doctor da órdenes verbales en medio de una urgencia.

Los médicos, farmacias
y pacientes pueden reportar los casos de medicamentos adulterados y reacciones adversas al fabricante y al Invima, vía telefónica
o por la página web del laboratorio. 

5. Entrega de los medicamentos incorrectos

Muchas veces se dispensa un medicamento equivocado de manera involuntaria, por eso se recomienda leer la caja al ser recibida. Además, cuando una fórmula no es clara, también puede haber una entrega tergiversada.

Solo un 3 % o 5 % de pacientes sufrirán efectos adversos o contraindica-
ciones por un medicamento. Sin embargo, si suceden deben ser denunciados al Invima. Incluso pueden reportar si sienten que el medicamento no les está funcionando.

6. Inherencia al tratamiento

Algunos pacientes al sentirse mejor dejan de consumir el medicamento o lo olvidan. Otros, al sentir que la fórmula no les hace bien, consultan en una farmacia, internet o algún amigo y se automedican. Cualquiera que sea la situación, se trata de un error.

Los pacientes polimedicados también suelen dejar de consumir algunos de los fármacos, es bueno buscar que un experto pueda conciliar la receta y disminuir la lista. Los pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes y la presión no pueden dejar de asistir a sus controles y de consumir las cantidades y las dosis que se les recomienda.

7. Creencias erróneas

Muchos de los pacientes se resisten a ciertos medicamentos o prefieren algunos. Dejan de consumir al pie de la letra la prescripción médica para tomarse aquello que escucharon es más efectivo o ciertos remedios naturales.

El doctor Henry Parra mencionó que muchos pacientes sufren de ‘opiofobia’, es decir, que no aceptan ante dolores severos la aplicación de morfina o alguno de los derivados del opio, ya que los asocian a enfermedades terminales como el cáncer.

Otras recomendaciones:

* La formulación de los niños y niñas debe ser muy exacta, siempre debe hacerse teniendo en cuenta su peso.

*Revisar siempre la fecha de vencimiento de los medicamentos.
Evitar las formulaciones vía telefónica.

*Conocer el medicamento, leer la caja y el inserto y ante cualquier anomalía contactar al fabricante.

*Tener cuidado con los medicamentos adulterados. Revisar que las ampollas no tengan partículas, las cajas no estén destapadas y las tabletas no presenten rupturas.

* Si se usan pastilleros tener claramente diferenciados los medicamentos y las dosis.

*Guardar las fórmulas médicas y ante efectos adversos, mostrarla al doctor con el que se tenga consulta.

*No regalar medicamentos ya usados, mucho menos si no se sabe para qué son.

*No mantener los medicamentos al alcance de los niños, ni pedirles a ellos que se los suministren a otras personas.

* Almacenar los medicamentos en un sitio a temperatura ambiente.
Cuando se esté consumiendo más de cinco medicamentos, buscar la ayuda de un experto que pueda conciliar la formulación y reducir el número.

* Pedir a las EPS o comprar los medicamentos con tiempo. Un periodo en que se deje de consumir la medicina altera o invalida el tratamiento.

*No deje de consumir el tratamiento si siente mejoría o falla en el horario. Termine con la prescripción.

*Tener cuidado con los medicamentos homeopáticos, revisar su registro Invima e informarle al médico general de su consumo.

*Ubicar el punto azul más cercano (depósito autorizado y seguro para desechar los fármacos y reducir la contaminación ambiental y accidentes con medicamentos) Ahí pueden desecharse fármacos vencidos o deteriorados

En Colombia hay 1604 puntos azules.
Para encontrar el más cercano a usted visite la página www.punto
azul.com.co y conozca cómo usarlo.

Estrategias adelantadas de prevención

Actualmente, existen acciones encaminadas
a mejorar el panorama de los errores en la medicación.
La formulación, por ejemplo, se realiza de manera electrónica, en la mayoría de los centros médicos. Y a través de un sistema informático se advierten errores cuando los médicos digitan una dosis mínima o máxima o cuando se combinan ciertos medicamentos que pueden generar reacciones adversas.

Hay también medidas a la hora de almacenar los medicamentos, a los que suenan igual o se parecen en su presentación (conocidos como Lasa) se les diferencia con alguna marcación diferencial. A los que pueden generar efectos adversos se les ubica en un sitio distinto.
Algunas unidades de emergencia y cuidados intensivos cuentan, también, con bombas de infusión, las cuales permiten suministrar de manera precisa las dosis de un medicamento. Así las enfermeras y enfermeros que antes debían contar cuántas gotas caían por minuto, lo hacen de manera más segura.

El diseño de las insulinas también ha cambiado para reducir errores en la medicación. Actualmente, se venden en distintos colores de acuerdo a su tipo y dosis. Para los pacientes con dificultad visual los ‘lápiceros’ con insulina ahora producen un sonido que les permite saber que ya se han inyectado la dosis.

El laboratorio Vitalis acaba de lanzar una estrategia, que también sirve como ejemplo de acciones que pueden sumarse. Ha decidido cambiar drásticamente las etiquetas y la presentación de sus productos con el objetivo de evitar confusiones y que “las ampollas de un principio activo no se vean iguales a la de otro. En los frascos transparentes los colores se ven parecidos, por eso se cambió el tamaño de la etiqueta y su color. Ahora es blanca para poder jugar con toda la gama de colores y tipografías. Se busca diferenciar el nombre de la dosis con colores y tamaños diferentes”, explicó la médica Luz Adriana Aristizábal, representante del laboratorio.

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