Cinco consejos de una terapeuta angelical para que perdure el amor

Cuando se habla del amor y de las relaciones interpersonales la mayoría de los seres humanos buscan ‘la respuesta’ al qué y cómo hacer para que ese sentimiento perdure en los demás.

Inclusive, muchas personas prueban diferentes estrategias, desde el verse mejor físicamente hasta el buscar mantener el interés de la otra persona en ellos, pero el resultado muchas veces no es el esperado. +

A continuación, conozca algunas recomendaciones ofrecidas por Ana Mercedes Rueda, una terapeuta angelical que ha dedicado la mayor parte de su vida a canalizar mensajes de Dios a través de sus ángeles.

Ella también ha sido testigo de cómo los consejos entregados a miles de personas han hecho que puedan tomar mejores decisiones en diversos aspectos como los sentimentales, familiares, laborales y económicos.

El auto-amor o lo que conocemos como autoestima es la verdadera raíz para que podamos tener relaciones armoniosas y plenas. Los ángeles explican que el amor no es de afuera hacia adentro sino totalmente lo contrario. Los seres humanos pensamos que debemos ‘encontrar’ el amor y que ese alguien especial está afuera, en algún lugar, cuando en realidad somos nosotros quienes lo atraemos a nuestra vida de acuerdo al amor que irradiemos desde nuestro corazón.

Es por ello que si nos amamos profundamente, eso será lo que los demás sentirán en nuestra energía y se sentirán atraídos.

Pida la asistencia de los ángeles del amor, de la comunicación, de las relaciones, de la alegría, del respeto, de la armonía y del arcángel Chamuel, quien es el arcángel del amor. Debemos tener claro que siempre hay ángeles para todo.

Se recomienda siempre pedir lo que se necesita en primera instancia a Dios, pues él es el jefe y es quien da las órdenes a los ángeles para que nos ayuden.

Posteriormente, es necesario solicitarle a Dios que nos permita entender el mensaje angelical de forma clara. Es importante nunca cuestionar los mensajes y señales que recibamos. Tenemos que aceptarlos.

El corazón es quien nos guía de la mejor forma. Lo que llamamos la voz de la conciencia o la voz interior es en realidad la voz de Dios en nosotros y, por lo tanto, no se equivoca. Por ello, escuchemos a nuestro corazón y no a nuestra mente, pues ésta busca confundirnos y llenarnos de dudas y temores sobre nosotros mismos y sobre los demás.

La intuición es definida según algunas teorías psicológicas como el conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto, no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas.

Es necesario eliminar cualquier recuerdo que tenga de relaciones afectivas pasadas como fotos, osos de peluche, etc.

Todo tiene energía y, aunque no lo crea, ese tipo de objetos guardan las energías del pasado que pueden llegar a tener una influencia sobre nuestro presente.

También es recomendable no acumular objetos ‘por si acaso’, eso significa que tenemos miedo a no estar preparados para el futuro y todo lo que cae en nuestras manos por simple miedo. Si es necesario guardar algo, pero no todo.

Cada noche, por 21 días, lea la lista de sus cualidades antes de dormir. Imagine una luz rosada que baja del cielo y lo cubre completamente de cabeza a pies y sienta cómo esa luz entra en usted y llega a su corazón.
Imagínese totalmente cubierto por esa hermosa luz. Pídale a Dios que le permita entrar en contacto con los ángeles del amor y también a que le ayuden a ir fortaleciendo a nivel consciente esas cualidades e ir viviendo el amor constantemente en su vida.

Es recomendable realizar esta actividad en un ambiente de total calma y soledad para que no sea interrumpido por otra persona.

Es recomendable mantener la lista de las cualidades junto a usted, y si se siente en algún momento con depresión, tristeza o mal genio hacia usted mismo, léela nuevamente y recuerde que todos los días están hechos para mejorar y crecer como persona.
Recuerde que sus cualidades deben estar siempre presentes en el lugar de trabajo y en el hogar.