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Vuelve a Cali Alejandra Borrero con la obra de teatro 'A 2.50 la cuba libre'

No se pierda en Titirifue el show teatral-musical donde además participan actrices como Aída Morales, Natalia Durán y Jenny Osorio.

17 de noviembre de 2011 Por: Isabel Peláez y Verónica Gómez | Reporteras de El País

No se pierda en Titirifue el show teatral-musical donde además participan actrices como Aída Morales, Natalia Durán y Jenny Osorio.

Alejandra Borrero se trajo a Cali su burdel, el más visitado. Ella y sus seductoras chicas llevan más de 250 presentaciones por varias ciudades de Colombia y a partir de hoy ofrecerán tres funciones de su obra ‘A 2.50 la Cuba Libre’, en Títirifue. Entre las actrices que la acompañan esta vez, en este show teatral-musical, están Aída Morales, Natalia Durán y Jenny Osorio, entre otras. Al ritmo de boleros, música vieja y salsa, se vive el drama y la comedia de estas mujeres de la noche, a través de una historia llena de lágrimas, carcajadas y reflexiones.Cuenta Borrero, directora del teatro Casa Ensamble, que esta obra “es una disculpa para hablar sobre la historia de estas mujeres que son unas prostitutas. Este prostíbulo tiene un gran encanto, porque es un espacio sin escenario donde las actrices deambulan en medio de la gente, buscando a sus clientes”, dice. Y explica que, en este contexto, “el público es el sexto personaje de la historia. En una función pasan muchas cosas, ellas los suben a los cuartos, les piden plata, como si fuera un prostíbulo real”.¿Hay gran interacción con el público?Por supuesto. Es un diálogo permanente con el público, que en realidad es el que escribe el texto. Depende de dónde estés sentado verás una obra diferente. Estás en un espacio donde no tienes que mirar a un solo lado, sino que puedes quedarte con el detalle de lo que está haciendo esta mujer que se está pintando las uñas, mientras las otras están hablando. ¿Cómo es la reacción de las mujeres?Ellas se mueren de la risa. Por supuesto el lenguaje de la obra es vulgar, callejero y mis actrices están cada vez más y más ‘vagamundas’. Pero realmente hemos tomado mucha confianza y es muy divertido seducir a los hombres, y ellos quedan como unos bebés, ¡no saben qué hacer! ¿Qué descubrió de usted con la obra?La sensualidad. Ha sido impresionante. Las mujeres de mi generación queríamos que nos vieran como las inteligentes, ninguna se quería casar a los 30 años, queríamos vivir la vida, estudiar y ser independientes. Por supuesto no disfrutamos de la seducción, de ser mamacitas y bonitas, de pintarnos la boca roja y ponernos tacones.¿Su personaje los intimida a ellos?Por supuesto, quedan todos intimidados. Y cuando montamos la obra, de las cosas que les preocupaba a las actrices era estar vulnerables frente a los hombres, en ropa bastante ligera. Pero descubrimos todo lo contrario, entre más entradoras y más seductoras seamos, más miedo les damos. ¿Y sus colegas han ido a ver la obra?Todos. A Ernesto Calzadilla le dije de todo el día que fue, y me dijo: ‘No me diga más cosas, porque no respondo’. A Jairo Camargo le hice de todo y me decía: ‘Tampoco, Alejandra, que no puedo resistir’. El día que fueron mis papás la primera vez, cuando salí no me reconocían.¿Pero hay quienes se sobrepasan?Sí, entre nosotras las actrices hay diversión, pero también nervios, porque entre el público a veces hay quienes se sobrepasan. Está el que nos quiere besar o tocar y tenemos que decirle: “Mi amor, si me besa, me paga”.

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