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Ronald Mayorga incentiva el amor por el Valle a través de varios medios

El chismoso de La Red dice que le gusta destapar “ollas podridas”

17 de junio de 2013 Por: Meryt Montiel Lugo | El País.

El chismoso de La Red dice que le gusta destapar “ollas podridas”

Aunque nació en los Llanos se siente tan vallecaucano como el pandebono. Cómo no. Si desde los 2 años fue criado entre Yumbo y Cali. Hoy, convertido en figura pública por ser uno de los presentadores del muy sintonizado programa de chismes La Red, del Canal Caracol, el periodista Ronald Mayorga no desaprovecha este medio ni las redes sociales o su vida fuera de cámaras, para incentivar a los colombianos el amor por el Valle, por conocer sus municipios, sus tradiciones, sus fiestas, defender a capa y espada su gente, e incluso, su acento. En la actualidad organiza la campaña ‘Cien sueños durante un día’ para resaltar en una fecha, que pronto definirá, cien cosas positivas de Yumbo.¿Quiénes lo acompañarían en esta campaña por Yumbo?Claudia Castro, la Chica Águila, que es de Yumbo; Vanessa Mendoza, ex señorita Colombia que ahora vive en Rozo; Tatiana de los Ríos que vive hoy en Cali; en fin, intento reunir muchas figuras que se han sentido enamoradas del Valle del Cauca. Y estoy convocando a todas las organizaciones.¿En qué consiste este proyecto?Vamos a hacer un video para promocionar la campaña en los medios y en las redes sociales. El jingle lo harán cantantes populares de Yumbo y finalistas de La Voz Colombia. Y el proyecto consiste en que durante 24 horas vamos a hacer cien intervenciones positivas en Yumbo, como por ejemplo, tenerles cestas de basura a los parques; una exposición fotográfica o que Herencia de Timbiquí y cantantes de La Voz Colombia nos regalen un concierto. La idea es contar con muchas figuras vallecaucanas y tener la intención de incentivar ese amor por el Valle del Cauca. Cada vez que hacen algo en Tuluá, en Buga, generalmente hay un combito de vallecaucanos que estamos apoyando esta nueva onda, esta nueva generación está pendiente de ayudar en lo que podamos. ¿A quiénes hace referencia cuando habla de una nueva generación de vallecaucanos? Es sorprendente, porque a veces me encuentro con gente que me dice ‘yo soy de Buga’, ‘de Palmira’ y digo, ‘¿cómo así?’. En los medios de comunicación son solo ciertas figuras las que han estado en el imaginario como vallecaucanos: Margarita Rosa de Francisco y su hermano; los Buenaventura, figuras muy respetadas, que han hecho cosas, pero detrás de ellos hay otra generación que ya se está abriendo campo, que ya la gente conoce. Hablo por ejemplo de Maleja Restrepo, que la gente la identifica como caleñísima; de Alejandra Azcárate que sus papás son de Buga. Hay una nueva ola y coincidimos mucho en que cada vez que nos hablan o atacan al Valle, a Cali o a algún municipio del departamento salimos a defenderlo. Y eso es súper chévere, eso lo he sentido mucho acá en el tema de medios de comunicación: hay amor por el Valle del Cauca. Por ejemplo, José Fernando Patiño, que es presentador de Noticias Caracol es caleño, egresado de la Autónoma y mucha gente no lo identifica como vallecaucano. Hay una nueva onda detrás que viene abriendo espacios y que ya está en grandes ligas. ¿Hablar siempre bien del Valle obedece a una estrategia muy particular?No es estrategia, es que me encanta, soy feliz al poner a la gente a hablar del Valle del Cauca. Por ejemplo, me levanto con antojo de pandebono y como tengo más de 153.000 personas que me siguen en Twitter empezamos a hablar del asunto. O a veces le digo a alguien ‘dejá de ser tan guabaloso’ y enseguida empiezan a preguntarme qué es ser guabaloso. O a veces digo ‘hey, voy a armar un agualulo’ y me preguntan, ‘¿qué es lo que vas a armar?’. Y termino explicando cosas muy vallecaucanas: la chuleta de El Bochinche, el desayuno en la galería de Alameda, las empanadas de tres puntas. Es una cosa que a la gente le parece muy atractiva. ¿Siente mucha nostalgia del Valle?A mí a veces me dan ataques. Llega el jueves y les digo a mis amigos de Bogotá, lo siento, acabo de comprar pasajes, nos vemos el lunes o el martes y me voy pa’ Cali. Los lugares me recuerdan muchas cosas: Univalle, donde estudié y fui feliz y entonces, a veces, vuelvo a visitarla; San Antonio, Granada, espacios específicos de la Sexta donde tuve mis primeras rumbas. Ese tipo de cosas me generan nostalgia y yo soy súper nostálgico. La ventaja es que uno puede coger un avión y en 20 minutos está allá (risas).¿Lo molestan en Bogotá por su acento vallecaucano?No es que me molesten, pero sí les parece una cosa picaresca, graciosa, cada vez que yo digo ‘¿Q’hubo vé, qué más, qué contás? ‘Vení, haceme un favorrr’. O se me sale la j del acento vallecaucano. Yo soy feliz, y les digo: ‘a mí no me van a quitar este acentico’ y cada vez que voy a Cali, Yumbo, a la tierra de mi mamá, de mi abuelo, de mi familia, vengo con el acento más marcado. Pero tan vallecaucano y no sabe bailar salsa. Es una paradoja...(Risas). Después de la segunda copita de Aguardiente Blanco del Valle ya voy cogiendo el ritmito, después de la tercera ya tengo el swing. A mí me dicen que nací con dos pies izquierdos y es probable (risas). Me gusta mucho escuchar salsa, a veces estamos en fiesta y yo soy el que pone la salsa, pero sí, me cuesta bailarla, debo reconocerlo. Yo creo que soy un poquito más electrónico que salsero, más bien.El chismoso de La Red ¿Le huyen por esa imagen de chismoso que ha ganado?No, mucha gente piensa eso, que como participamos en un programa donde manejamos un humor negro, a veces pasadito de tono, la gente nos huye o nos tiene miedo, pero hay mucha gente que nos agradece que digamos las cosas con franqueza y antes que rehuirnos, nos halagan: qué bueno que hayan dicho eso de ese actor porque es inmamable, qué bueno que le hayan cantado la tabla a esa presentadora, ya era hora de que alguien le dijera la verdad en la cara. Y hasta los actores, la misma gente del medio nos llama a contarnos información.¿Los chismes que cada uno cuenta son los que cada quien ha conseguido?Sí, claro, aquí hay una especie de competencia, entre comillas, entre los cuatro, porque los cuatro somos especialista en temas de televisión y de medios de comunicación y tenemos varios años haciendo noticias de entretenimiento, entonces entre los cuatro nos encargamos de armar el paquete de información, pero detrás hay un grupo de periodistas, de investigadores buscando muchos más datos e información. Pero sí, hay una especie de competencia implícita a ver quién trae el escándalo más grande, las declaraciones más picantes y eso le da un plus al programa y nos permite además tomar partido. Porque en La Red, a diferencia de otros programas, nosotros sí opinamos. Si alguien quiere defender a algún personaje a capa y espada o quiere irse en contra, lo hace sin ningún reparo.¿De todos, cuál cree usted es el más chismoso?¡Uy¡, Frank Solano, es malo, malo, de ceja levantada como de malo de telenovela mexicana (risas). La verdad es que los cuatro hemos logrado una empatía muy chévere, cada uno con una historia de vida, una personalidad diferente, cada uno con una especialización en medios diferentes, porque Frank viene de la radio, Diva (Jesurum) hacía Tv., Carlitos (Vargas) hacía Sweet y yo escribía en la revista Elenco, son contrastes chéveres y hemos logrado poco a poco una gran afinidad. Más que decir que uno es más chismoso que otro somos un complemento, si se tiene una información, alguien dice ‘yo te tengo este dato adicional’ o ‘llamate a esta persona para que te puede ayudar’ y termina siendo un equipo muy chévere.¿Cuál es su rol dentro del programa? Porque no es tan zafado como Carlitos ni tan irónico como Frank. Soy un poco el investigador, el que trae el documento que estaba en el juzgado guardado, el que trae el detalle que va a cambiar el rumbo de la historia, el acucioso que va y sabe en qué juzgado está el proceso contra tal personaje, que sabe qué dice el abogado. Y soy el llamado a jalarle las orejas a Carlitos y a Frank.¿Ese rol lo asumió por sugerencia de los productores del programa?No, no, nada en La Red es libreteado, se da por pura espontaneidad. Nos pasó al principio del programa que Carlitos y yo éramos los más zafados y Frank era el que nos jalaba las orejas. Poco a poco se ha invertido el papel: Frank se ha vuelto más zafado y yo soy el llamado a jalarles las orejas a los tres, como para pedirles un poquito de mesura, de calma, de compostura.¿Y es el investigador por iniciativa propia?Sí, cada uno ha ido descubriendo su perfil, ahí, en el terreno. No ha sido buscado ni nada, pero como yo siempre he dicho, si yo no hubiera sido periodista hubiera sido abogado, por ejemplo, cada vez que en el consejo de redacción se toca un tema que tiene que ver con ilegalidad, con denuncia o tema judicial, con narcotráfico y farándula allí yo voy a estar de cabeza porque a mí esos temas me fascinan. A mí me gusta un poquito estar destapando ollitas podridas. Eso sí debo reconocerlo (risas).¿Algún problema por la divulgación de un chisme?No, de vez en cuando hay gente que se queja, pero ahí hay un pool de abogados del canal listicos para defendernos. Además, somos muy cuidadosos, sabemos hasta dónde llegar, sabemos que cuando hay información que hiere la susceptibilidad, la dignidad de alguien como ser humano, nos abstenemos de sacarla. Seguramente no faltan las demandas, no faltan las quejas, el cliente que no le gustó que dijera algo de alguien porque él opina otra cosa, pero bueno, son gajes del oficio y ya uno aprendió a manejar eso.Si nos atenemos al caso de La Negra Candela con Luly Bossa, ¿cree que la justicia le puso ‘tatequieto’ a los periodista del entretenimiento?Ese es un tema muy particular. No se puede generalizar el tema o enmarcarlo como tema de libertad de expresión, de periodismo de entretenimiento. Creo que opinar es válido, lo que no creo que sea válido es meterse con la dignidad de un ser humano, ese es un tema más complejo. Y las reglas del periodismo funcionan para farándula, deportes, política: consultar las fuentes, contrastarlas, buscar al personaje para que hable, son las reglas que todo periodista debe seguir. Creo que nosotros las cumplimos a cabalidad, siempre somos muy juiciosos con ese tema para evitarnos esos dolores de cabeza.¿Qué se ha autocriticado como periodista de entretenimiento?Muchas veces hay temas que no quisiera tocar. Hay temas divertidos en el mundo del entretenimiento, los romances, las peleas, los noviazgos, esos pueden ser asuntos light, pero cuando hay conflictos que involucran menores de edad, familias, esos a mí me cuestan un poquito. Pero a veces hay gente que devela la intimidad ajena sin ningún problema. Ya cuando la gente es quien se decide hacerlo, creo que estamos plenamente autorizados. Hay personajes de la farándula de este país que son felices saliendo en revistas, en las portadas, en los noticieros contando su vida íntima y su vida privada. Ya cuando hacen eso permiten que todo el mundo hable. Se les critica que ustedes en La Red hablan todos al tiempo y se pierde parte del chisme. ¿Qué van a hacer para mejorar este asunto?(Risas). No sabemos, no sabemos porque cada día se van a poner peor las garroteras. Hemos intentado que el profesor Salomón nos haga un rezo, hemos intentado por todos los medios y no ha sido posible. Es que cuatro mundos completamente diferentes, cada uno tratando de imponer su opinión, de defenderla... Pero creo que poco a poco nos hemos ido corrigiendo, al principio era peor. Pero, no, ahí sí no puedo prometer absolutamente nada. Ese es el estilo de La Red, el conflicto, el choque de opiniones.Que tiene más puestos que un bus...Tenemos el rating número 1 en las tardes (del fin de semana), le llevamos casi 10 puntos de share a la competencia y eso merece concentración, trabajo respetuoso con el televidente. En el momento que quiera hacer otra cosa le diré chao a La Red para dedicarme a ese otro proyecto. Yo soy un poquito así. Me gusta concentrarme en una sola cosa. En Vea estaba haciendo una columna de manera temporal; hay un proyecto para hacer radio también que estamos tratando de darle forma. Quiero que no se interrumpa una cosa con la otra, que no se me convierta a mí en una esclavitud absoluta, porque yo soy un buena vida, a mí me gusta tener tiempo para hacer ejercicio, que si me quiero meter de repente a una clase lo pueda hacer, siempre trato de reservar espacio para mis cosas y cuidarlo mucho. ¿Quién lo asesora en cuestión de imagen?Yo soy cuidadoso cuando me visto, pero no soy obsesivo con el tema de la moda ni mi especialidad es la moda, ni quiero decirle al país que me lo sé todo en materia de moda. Pero todo el mundo me pregunta eso, me dicen que me visto muy bien, ¿quién te asesora? Terminé clasificado entre los mejores vestidos del año en la Revista Cromos por Kika Rocha. Ha sido una cosa muy extraña. Tiene 153.321 en Twitter...Sí, han ido creciendo, a mí me asusta porque yo soy súper zafado y soy un opinadero permanente, me encanta la política y opino de política, meto la ficha y peleo y también hablo de farándula, de los programas del día, de los temas del día. Me toca ser más prevenido porque soy muy suelto con lo que pongo en Twitter y ¡me arman unas chichoneras! (risas). Pero he aprendido a ser más disciplinadito y juicioso con los comentarios. ¿Con quién anda, está enamorado, qué relación tiene actualmente?Yo ando cusumbo solo ahora, por eso, me concentro mucho en el trabajo. Yo le dije a una amiga, tengo que pararle bolas a ese tema porque me voy a quedar beato (risas). Por ahí salgo con gentecita y todo, pero por ahora estoy solo, conociendo gente y recibiendo hojas de vida (risas).

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