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Richard Gere, galán por siempre

12 de mayo de 2013 Por: Por Alberto Posso Gómez y Alda Mera

Él tuvo el encanto de verse maduro cuando era joven. Y en su madurez, hasta las canas le dan un aura juvenil. Y por ello sigue siendo galán.O actuando como tal. En su más reciente papel, como Robert Miller en ‘Mentiras Mortales’ (‘Arbitrage’, en Estados Unidos o ‘El Fraude’, en otros países), a 111 días de cumplir 64 años, Richard Gere sigue atrayendo fanáticas, como las que enloquecieron al verlo como Edward Lewis, ese apuesto millonario que trajo de cabeza a Julia Roberts en ‘Mujer bonita’.Fanatismo no tan compartido por críticos de cine como Juan Carlos Romero, quien lo ve como uno de los últimos vestigios del ‘star system’ de Hollywood. “La gran tragedia de Richard Gere ha sido quedar encorsetado como eterno galán”, dice. En su opinión, Gere fue el llamado a reemplazar a actores como Paul Newman, Burt Reynolds, Robert Redford, que son exhibidos como estrellas porque permiten mantener la rentabilidad de la industria.“Gere es un actor correcto, hace bien su trabajo, pero nunca se destaca porque obedece a un cliché, tiene un buen registro y es funcional como galán pero no se va a mover de ahí”, dice Romero para explicar por qué el artista ochentero aún está vigente, pero nunca ha sido nominado a los premios Óscar.No es del mismo parecer el actor John Mario Rivera, director de la Academia Estudio de Actores. “Gere es un profesional de amplia experiencia, pero no ha sido afortunado en hallar un personaje exigente que le permita mostrar todo su potencial ni tener muchas nominaciones a premios”, dice John Mario, quien destaca que Gere no es un producto comercial de cine. También es un actor de teatro de los musicales de Broadway, un escenario donde solo van los mejores en su arte.Aún así, Romero insiste en que Gere siempre hace la misma película: un hombre con una vida de apariencia, que se enfrenta a un problema y tiene que salir de ese problema, pero jamás lleva al espectador a las honduras existenciales de un actor verdadero. “Un Al Pacino, un De Niro, te sacuden, te atormentan, te confrontan; con Gere todo es fácil, nunca hará que te atores con las crispetas”, ironiza. Y esa fama de galán eterno Gere la alimentó desde los años de sus primeros éxitos de taquilla en cine. El fallecido crítico de cine Alberto Duque López lo definía como un actor famoso “por sus escenas eróticas”, que en los años 80 protagonizó algunas fuera de cámaras como con Valerie Kaprisky, su coprotagonista de ‘Sin aliento’. “Se olvidaron de los técnicos y actores que los rodeaban y copularon rabiosamente mientras las cámaras seguían rodando. Por supuesto, algunas de esas tomas fueron empleadas en la edición final”, dijo Duque entonces a El País.Sus otras relaciones no fueron tan cinematográficas, pero sí se supo de sus romances con la pintora Sylvia Martins, la empresaria Dawn Steel, la actriz Penélope Milford y con quien parecería obvio, Julia Roberts, fue captado tomado de la mano en una playa, luego de su divorcio con la exmodelo Cindy Crawford, con quien se había casado en 1991 y se separó en 1995.Pero si su debilidad fueron las mujeres, ahora Gere es un hombre felizmente casado con la actriz Carey Lowell, ex chica Bond y madre de su hijo único, Homer James Jigme, un adolescente de 13 años. Con ellos vive en Westchester, suburbio de Nueva York, apartado de los escándalos que rodean a Hollywood. Son 18 años de vida en común con Carey, a quien conoció el año de su divorcio con Crawford, 1995. En el año 2000 nació su único hijo y dos años después, en 2002, contrajo segundas nupcias con ella. Se dice que parte de la estabilidad es que ella comparte sus inclinaciones por la filosofía budista y la causa tibetana.

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