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Pilar Castaño, una maestra de la moda y el estilo

Nos dio consejos claves a la hora de mirarnos al espejo. “Cuidado con el fashionismo”, advierte.

2 de julio de 2012 Por: Por Verónica Gómez e Isabel Peláez, reporteras de El País

Nos dio consejos claves a la hora de mirarnos al espejo. “Cuidado con el fashionismo”, advierte.

Es la mujer que más conoce del tema de la moda en Colombia. En sus columnas en la revista Cromos y en sus libros siempre destaca la importancia de la imagen en la vida diaria. Como gestora, asesora y conferencista, ha recorrido América Latina y el mundo transmitiendo siempre su estilo, elegancia y experiencia. Estuvo en Cali, invitada por la firma Bellatela, para dictar un taller de moda. ¿Cómo ha sido la acogida del libro ‘Profesión mujer’? Ha sido impresionante. Escogí 14 mujeres íconos, emblemáticas, atemporales, que siempre dan qué hablar, que han hecho país. Hablé de Gloria Valencia de Castaño, pensando en la gente que no creció con Naturalia, para que sepa que las familias se reunían para ver ‘Los animales en la historia y la historia de los animales’. De Margarita Vidal, una caleña espectacular, mi maestra del periodismo, que ha hecho grandes reportajes desde Fidel Castro para abajo. De Ángela Becerra, que ha tenido todos los premios, una publicista que se encontró con ella misma en la India y resolvió que lo suyo era escribir. Y Adriana Arboleda, una modelo que hace que la moda la hagan mujeres cabeza de familia; hay cuatro caleñas, pero paso por Shakira, Sofía Vergara, Taliana Vargas, Margarita Rosa de Francisco, Martha Senn.¿Cuál de las historias le impactó más?Recordar a mamá como la recordé, toda la gente que lee el libro dice que está ahí viva. Reproduje conversaciones que tuvimos muchas veces. Tal vez por eso se ha vendido tanto este libro, que toda mujer debería tener en su mesa de noche, porque habla sobre el éxito, el compromiso, la entrega, la ternura, la compasión, lo que somos con nuestros hijos, con nuestros nietos. Es un manual de feminidad y de capacidad femenina. Hablando de feminidad. ¿Qué estamos perdiendo las mujeres en este siglo?Todo, estamos perdidas. Estamos sacrificando todo porque resolvimos que teníamos que rendir, competir, llegar a una meta equivalente a la masculina y no podemos. Este libro es un homenaje a no dejar a los hijos de lado, ni las horas importantes, a no olvidar los consejos de la abuela, a ser más naturales, a no vivir detrás del bisturí, a no clonarnos. Es un homenaje a las abuelas, a su belleza, a sus arrugas, ya las hijas de las mamás jóvenes no se identifican con ellas porque son unos pescados inflados. Dicen: “¿Dónde está la mamá a la que yo me parecía?”. No podemos estar con la narcocola, con la narcoteta, no hay que seguir la narcotización en la moda. ¿Qué tendencias muestran esa narcotización de la moda?El jean sin bolsillo es un símbolo de la mujer que quiere levantarse la cola a todo costo, a pesar de que se va a ver vulgar. Estoy en contra de todo eso. La mujer tiene que entender que todo tiene edad, el pelo, la moda, los colores, las tendencias. Tenemos que ir de acuerdo con nuestra fisonomía, a nuestro oficio. ¿Qué otro estilo está influenciado por el narcotráfico?Más que todo es un tema físico, de ‘Sin tetas no hay paraíso’ y eso es absurdo. Lo vemos en la literatura, reproducido en la televisión y no hay tal. Haider Ackerman, el gran diseñador franco colombiano que acabo de traer a Colombia va a volver, va a ser la figura de Colombiamoda en los 25 años del evento el año entrante y él necesita 25 mujeres planas, porque su moda muestra mucha piel. ¿Cuáles son las claves para proyectar la imagen?Conocerse. Lo primero que le pregunto a la gente es de qué tamaño es su espejo y la mayoría me contesta que pequeño. Yo les digo, el mundo no las ve con espejo de botiquín, el mundo entero lo primero que nos mira es la espalda, a ti la única que no te mira por detrás eres tú y si no tienes espejo peor, tienes que mirarte la cola, las pantorrillas, los muslos, los hombros, la espalda, cómo te estás cerrando el brasier, todo. Si te observas en un espejo de cuerpo entero te conoces.¿Hay que darse duro frente al espejo?No. Siempre les digo que no se den tan duro, que se acepten como son y que se quieran. Ahí empieza la aventura de proyectarse, pensando qué me queda bien, qué tan largo o tan corto es mi cuello, qué tan redonda es mi cara, cuál es mi tono de pelo. Y empieza una asesoría personal, para la cual hay personas especializadas, como en el caso mío, igual que un styling, un coaching, un fashion emergency, un personal shopper. ¿No vale el consejo del esposo?No, te va a mirar con los ojos del amor: ‘Gorda estás divina’ o te sale un terrorista de miedo: ‘Eso te lo has puesto muchas veces’, ‘Estás horrorosa’ y te destruye. Necesitas que te vean con los ojos de la practicidad. ¿Y dónde quedan las revistas de moda?Ayudan, pero a veces demasiada información confunde cuando la gente no tiene un conocimiento claro. El fashionismo, seguir las tendencias al pie de la letra es malísimo. No puedes verte como un árbol de Navidad, hay cosas que funcionan.¿Hoy se vale todo?Casi todo, están las rayas con las flores, los lunares con los cuadros, y por primera vez, los ácidos con los fuertes. Cuando hay tanta crisis económica, la moda enloquece y trata de suplir y de llenar, para que haya consumo.

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