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Nik Wallenda cruzará el Gran Cañón caminando sobre una cuerda floja

El acróbata Nik Wallenda, quien el domingo cruzará el Gran Cañón caminando sobre una cuerda floja, cuenta detalles de su hazaña.

17 de junio de 2013 Por: Redacción de El País

El acróbata Nik Wallenda, quien el domingo cruzará el Gran Cañón caminando sobre una cuerda floja, cuenta detalles de su hazaña.

Una cuerda floja de dos pulgadas de grosor será la única compañía que tendrá el acróbata Nik Wallenda, cuando este domingo 23 de junio cruce caminando el Gran Cañón sin utilizar redes, arnés o protección alguna. Esta aventura del llamado ‘Rey de la cuerda floja’ - el mismo que cruzó las Cataratas del Niágara en junio de 2012-, se sumará a su lista de retos, algunos considerados récord Guinnes como el obtenido en 2008 al hacer un paseo en bicicleta sobre una cuerda floja a 76 metros de altura en Nueva Jersey.Wallenda también caminó en la cuerda floja a una altura de 610 metros y luego, junto a su madre, caminaron entre las dos torres del hotel Condado Plaza en Puerto Rico. No contento con eso se le midió a estar colgado de un helicóptero a 76 metros de altura, aguantando solo con sus dientes. Ahora cuenta las horas para que llegue el domingo, cuando en directo para todo el mundo, a través del canal de televisión Discovery, desafiará a la muerte y caminará en la cuerda floja a una altura de 1.500 pies por encima del ‘Little Colorado River’, una altura superior a la del edificio Empire State. Un acto que él califica como el más arriesgado de su carrera. “Lo único que habrá entre el fondo del cañón y yo es una cuerda de 2 pulgadas de grosor. Quiero mostrarle a la audiencia una vista inédita del Gran Cañón del Colorado”, explica el acróbata de 34 años y padre de tres hijos, en diálogo con El País desde Sarasota, Florida, su ciudad natal. Detrás de esta aventura hay dos motivaciones muy particulares: una, cumplir un sueño que siempre ha tenido desde niño; y segundo, rendir un tributo a su bisabuelo Karl Wallenda, quien murió después de caer de la cuerda floja en Puerto Rico, en 1978.“No recuerdo muy bien, pero cuando tenía 7 u 8 años y conocí el Gran Cañón pensé: ‘Aquí es donde quiero caminar’. Siempre he sido un visionario y cada vez que veo noticias o conozco un nuevo lugar, siempre me veo caminando ahí”, dice. Respecto a su bisabuelo, Karl Wallenda, fue el precursor de las caminatas más sorprendentes en los años 40, como las realizadas sobre estadios de béisbol o en lugares como el parque estatal Tallulah Gorge, en Georgia, Atlanta. Luego, sus herederos se dieron a conocer entre las décadas del 60 y 70. De hecho, Nik o Nikolas, como es su nombre de pila, se familiarizó desde muy niño con la cuerda floja. “Mi familia está emocionada y a la vez orgullosa de lo que voy a hacer porque no se ha hecho algo tan ambicioso en las últimas generaciones. De modo que tener los ojos del mundo encima, es verdaderamente interesante y excitante”.Para este reto, empezó su preparación desde el 6 de junio y la culminará esta semana, el día jueves. En Sarasota, Florida, ha entrenado teniendo en cuenta aspectos como la tensión de la cuerda, que es igual a la que empleará el día del reto. Y en cuanto al clima, se ha apoyado en meteorólogos que ya le han dado ideas de la dirección de los vientos. Durante el entrenamiento ha empleado máquinas de viento que le ayudan a simular las condiciones del clima e incluso, algo de agua, en caso de que el domingo haya precipitaciones. “La preparación ha sido más mental que física porque empecé a caminar en la cuerda floja desde los 2 años, de modo, que eso es algo muy natural para mí. Sin embargo, es algo extremadamente mental cuando debes hacerlo a 1.500 pies de altura, sobre un río. En este caso, he estado viendo el espacio desde 2008. Lo he caminado y observado muchas veces. He estado sentado frente a él visualizándome caminando y enfrentando los retos que este lugar me propone”.Su padre, Terry Troffer, será el coordinador de seguridad de su hazaña. Solo él estará en capacidad de detener a Nik en caso de que las condiciones climáticas no sean las más favorables. “Si eso sucede, no se cancelará, se aplazará para otro día”. Es más, ya tiene claro qué hará en caso de dar un mal paso: “Si algo llegara a suceder y pierdo el equilibrio, perfectamente puedo agarrarme del cable y no caer. Ese será mi refugio más seguro. Además, hay un equipo de seguridad listo para rescatarme en un minuto”. Un padre de familia sin miedo a morir Para Nik Wallenda, padre de tres chicos, dos varones de 15 y de 12 años y una mujer de 10 años, la palabra miedo no existe. Contrario a lo que muchos creen, Nik es un hombre sencillo y muy espiritual. “Me considero un hombre ordinario, con un trabajo inusual y que la gente quiere ver. No soy un tipo loco, ni salvaje, soy un simple padre de tres hijos, que todos los días los lleva y los recoge en la escuela”. A ellos les tiene el futuro asegurado, pues los tres le han manifestado su deseo de entrar a la universidad: el mayor quiere ser científico, el del medio neurocirujano y su hija veterinaria. Aunque Nik está casado con Erendira, una acróbata de circo, está complacido con la decisión de sus hijos a quienes nunca ha motivado a que le sigan sus pasos en la cuerda floja. Reconoce que el único miedo que tiene “es el miedo a Dios. Es cierto que la cuerda es peligrosa porque puedo perder mi vida. La historia de mi familia está llena de tragedias y accidentes, pero eso no me lleva a tener una actitud arrogante, de creerme invencible y que nunca me va a pasar nada. “Creo que Dios me dio un único talento y ese es caminar sobre la cuerda floja. Y para esta nueva aventura he entrenado más que para cualquier otra. No siento que esté probando o jugando a ser Dios, creo que eso sucedería si saltara de un edificio y dijera ‘Bueno, Dios, si eres real, permíteme sobrevivir.’ Pero lo que yo hago es entrenar muy duro para mantener mi talento”. Nik es consciente de que su vida pende de una cuerda, pero con la seguridad de quien conoce su oficio, no deja de pensar en sus próximos retos: “Uno de mis sueños es caminar de un continente a otro. Ya lo hice de un país a otro (de EE. UU a Canadá) pero ahora quiero caminar de Europa a Asia en una cuerda. Sin embargo, hay más en la lista”.

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