El pais
SUSCRÍBETE

Natalia Reyes, una mujer de armas tomar

Natalia Reyes encarna a Lady Tabares en la serie ‘La vendedora de rosas’.

6 de julio de 2015 Por: Por Lina Álvarez, especial El País

Natalia Reyes encarna a Lady Tabares en la serie ‘La vendedora de rosas’.

Natalia  lo recuerda como si fuera ayer: era su primer papel en la televisión y hacía de María Fernanda, una niña de colegio en la popular serie ‘Pandillas, guerra y paz’.  

El actor Marlon Moreno, que hacía el papel de su padre, le dijo algo que hizo eco en su cabeza: “Mire pelada, usted tiene talento y alas. Ahora tiene que sacarlas y volar”. Y así lo hizo.

Esta actriz de 28 años encarna a Lady Tabares en la nueva producción del Canal RCN ‘La vendedora de rosas’. Lleva más de una década en las pantallas y ha hecho parte de producciones como ‘Las profesionales’, ‘A mano limpia’, ‘Isa Tk+’ y ‘Cumbia Ninja’, esta última, un trabajo para Fox Internacional. 

Dice que lo que realmente la apasiona es poder contar historias. Ponerse los zapatos de otro y mostrar ciertas realidades que muchos quieren desconocer.

Tiene una larga trayectoria para  tener tan corta edad, ¿cuándo empezó a actuar?

Empecé muy chiquita, desde que tenía 9 años. En el colegio siempre estuve en muchas  actividades extracurriculares, era hiperactiva. Cuando salí del colegio ya llevaba varios años en el teatro musical, así que empecé a estudiar. Me formé en Argentina y en Nueva York.

Usted no esperaba el papel, ni siquiera hizo el cásting, ¿qué sucedió con este personaje?

Cuando me llamaron  me pareció un poco extraño porque no se me habría ocurrido nunca. Cuando empecé a investigar sobre el personaje, me conecté mucho con su historia, con la forma en que estaban escritas las escenas, así que decidí  gozar el cásting. Fue muy peleado. Cuando me dijeron la cantidad de personas que estaban detrás del papel, no creí que  lo lograría. Fueron como cinco filtros, y casa vez que me llamaban empezaba a sentir que  tenía una posibilidad. Creo que lo que valoraron en mí fue el respeto hacia  la figura de Lady y la esencia de su personaje.

¿Cómo logró meterse en los zapatos de una vendedora de rosas en una comuna de Medellín?

Hay un léxico muy especifico que maneja la serie y es  el ‘Parlache’, de la época y del contexto donde creció Lady. Existe en internet el diccionario ‘Parlache’ donde explica el significado de las palabras.  La película me ayudó a tener  el acento,  el tono y la velocidad, pero lo que en realidad me sirvió fue haber estado en la comuna, en Manrique. Hay algunas diferencias con esa época, pero muchas cosas siguen iguales.   

¿Cómo fue su preparación para representar a Lady?

Fue un proceso de investigación. La idea no era copiar, la idea era representar e interpretar, más que imitar. Lady es un personaje reconocido y recordado por todos los colombianos y  no quería que fuera una burla. 

Mi idea era entrar desde la esencia y lo más profundo, que es lo que cuenta la historia de Lady, el trasfondo de su verdad. Así que intenté hacer la tarea de ver las entrevistas, los documentales, leer los libros y todo el material que se ha hecho. Tuve muchos recursos para investigar, para sacar información, pero lo que fue fundamental, fue haberla podido conocer, haber compartido y estado con ella  durante todo este tiempo.

Siempre ha estado muy pendiente y  muy ansiosa a veces. Es  muy generosa y abierta a compartirlo todo. Cuando la conocí sabía que la historia no debía  perderse en la  paradoja de la televisión, sino en ella como ser humano.

¿Cómo fue su primer encuentro con Lady Tabares?

Me sorprendió mucho, sobre todo por el parecido. Yo soy bajita y cuando iba a el cásting siempre me decían ‘es que Lady es así, como de tu estatura’. Ese día comprobé lo que siempre había pensado de ella,   Lady es una persona que a pesar de todas las cosas que le han tocado injustamente, tiene una  estrella. Es un personaje apasionante. Es una mujer que atrae la atención y  ahora entiendo por qué Víctor Gaviria la escogió. Tiene fuerza,  ángel,  chispa, luz,  nunca se le borra la sonrisa, y es supremamente honesta. Es un ser humano excepcional.

¿Qué rasgos comparten?

Siempre que voy a hacer un personaje, busco cómo encontrarme en él por diferente que sea. La verdadera Lady es rebelde, es una persona que le gusta luchar por causas colectivas. Ella siempre pelea mucho por las injusticias y termina metida en líos ajenos. Mantiene en una búsqueda del bien común que entiendo y en la cual me siento identificada. 

Ella tiene un gran espíritu social y empuje,  le ha tocado vivir muchas cosas, pero es una mujer admirable  que acaba de salir  de la  cárcel y ya buscó una beca para seguir su bachillerato. Lucha por  sus sueños, tiene esa esperanza y nunca se ha rendido; en eso, somos muy parecidas.

Cuando se estrenó la película, sus papás no la dejaron verla... 

Cuando salió la película era una locura que me la dejaran ver. La primera vez que la vi fue  en la televisión nacional, yo tenía unos 13 años. Después de un tiempo, a los 18 años,  la pude ver y me impactó. Es una película que con el tiempo se valora más. A pesar de estar en Cannes, hubo rechazo del país, por eso  de la doble moral. A  la gente no le gusta ver esas cosas, creen que es mejor evitarlos y desconocer que esa es la cruda realidad. 

Una historia con espinas Lady Tabares  es una niña de 10 años que  roba rosas para venderlas, poder comer y juntar el pago de la pieza que arrienda en un inquilinato junto a su madre Fátima  y su hermano Didier, de 8 años. Ambas roban rosas  del barrio El Poblado, de Medellín, para ofrecerlas en los semáforos. Nunca conoció a su padre. Un día Fátima decide acudir en su ayuda y se da cuenta de que Pacho, el verdadero padre de Lady, está casado con otra mujer y es el dueño de una floristería. Un hombre miedoso, que le teme al temperamento de su esposa y se aprovecha de los que siente inferiores a él.  Tiene una hija un poco mayor que Lady, Liliana, de gran parecido físico a ella. Sofía Soto  es una abogada defensora de menores quien está empeñada en separar a Fátima de su hija por ponerla a trabajar de vendedora ambulante. La mujer cree que ayudando a Lady, rescatará a una niña más en situación de abandono. Con el tiempo,  Lady termina en un orfanato, con el único sueño de reencontrarse con su madre. Intenta fugarse varias veces, pero nunca lo logra. Es rebelde y no le importa recibir fuertes castigos con tal de conseguir lo que quiere: su libertad. Después de la pérdida  de su hija,  Fátima  se sumerge en el alcohol. Guarda la  esperanza de  que, cuando se encuentre con su hija,  ella será una mejor persona. A sus 14 años sale del orfanato. Acepta que  ha aprendido todo sobre valores, pero poco sobre comportamiento.  No le gusta la gente. Espanta, a veces con picardía y a veces violencia, a los padres de familia que desean adoptarla. Marco García  es un director de cine que anda en la búsqueda de actrices para su nueva película. Un complicado proyecto sobre niñas que deambulan por la ciudad vendiendo rosas. Mireya, amiga de Lady, le cuenta a García que esa es la misma historia de su amiga:  “La de allá, la flaquita, la que tiene una trapeadora en la cabeza y está caminando agachada con el bastón”, le indica. El director  centra su atención en Lady. “¿Cine? Eh, mijo, a gozarse a otra, vean a éste”, lo despacha la joven. Lady no va a permitir que nadie la ilusione, sin embargo, García queda hechizado con su energía y explosividad, intuye que es un banco de historias, una biblioteca de la calle. Sabe que esa mezcla de rabia y ternura es lo que necesita.

AHORA EN Entretenimiento