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Naomi Campbell: la mujer pantera

Tan felina en la pasarela como fuera de ella. La polémica modelo Naomi Campbell, a los 40 años, sigue como ícono de la moda mundial, sin esconder sus uñas. Se siente “denigrada” por lo que los medios han dicho de ella, tras testificar ante la Haya en el caso del ex presidente de Liberia.

6 de febrero de 2017 Por: Meryt Montiel Lugo

Tan felina en la pasarela como fuera de ella. La polémica modelo Naomi Campbell, a los 40 años, sigue como ícono de la moda mundial, sin esconder sus uñas. Se siente “denigrada” por lo que los medios han dicho de ella, tras testificar ante la Haya en el caso del ex presidente de Liberia.

1. Reina del escándaloLa Diosa de las Pasarelas se siente “denigrada” por todo lo que los medios han dicho de ella, luego de testificar ante el tribunal de la Haya en el caso del ex presidente de Liberia Charles Taylor, acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, por, entre otros motivos, financiar con diamantes la guerra civil de Sierra Leona. Muchos medios internacionales se han ido lanza en ristre contra la británica Naomi Campbell, porque no creen la versión que dio en este juicio, en el que su testimonio sería una prueba relevante contra Taylor, quien alega que jamás ha poseído los llamados ‘diamantes de sangre’.La ‘barbie negra’ testificó el pasado 5 de agosto, que no sabía con exactitud que “las dos o tres pequeñas y sucias piedras” que le habían entregado dos hombres negros una madrugada de 1997, en la casa de huéspedes de Nelson Mandela, en Sudáfrica, provenían de Charles Taylor.Que ella sólo asumió que eran regalo del entonces presidente liberiano cuando en el desayuno, al día siguiente de la fiesta en honor a Mandela, su ex agente Carol White y la actriz Mia Farrow se lo sugirieron. Que decidió entonces regalar los diamantes a la Fundación Nelson Mandela. Hasta ahora, la controversial modelo no ha quedado muy bien ‘parada’ ante los ojos del mundo. Pues tanto Farrow como White la contradijeron, ya que testificaron que ella, después de coquetear durante la velada con el presidente de Liberia les comentó: “Unos diamantes están cerca”. Y que luego de recibirlos se mostró decepcionada porque “no brillaban”.A favor de la credibilidad de la maniquí está que el ex director de la Fundación Mandela, a quien ella le regaló los diamantes, dijo que sí los poseía y que ya los entregó a la Policía sudafricana. Y que Farrow y White no concuerdan el número de diamantes: mientras la actriz dice que fue uno grande, la ex agente declaró que eran “cinco o seis, según creo”.Pese a esto, la credibilidad de Naomi está por el suelo, ya que muchos medios han recordado cómo en varias entrevistas-- incluida una con Oprah Winfrey-- aseguró no haber recibido diamantes de Charles Taylor.La modelo sólo ha manifestado que lo negó porque le preocupa su seguridad y la de su familia, pues ha visto en Internet que “Taylor ha matado un montón de gente”. Y que ahora sólo quiere acabar con todo esto cuanto antes y seguir con su vida.Tal parece que su deseo no se cumplirá fácilmente, ya que su sola presencia le ha dado más relevancia mediática a este juicio que estaba casi en el olvido.¿Pero cómo no? Si como dice el director de arte y asesor de imagen Felipe Espinosa Álvarez, “Naomi dejó de ser una modelo para ser un personaje mítico, histórico en el mundo de la moda, una diva, una celebridad”. De ahí que los ojos del mundo siempre estén puestos en ella. Y motivos es lo que ha dado la ‘Venus de ébano’ para estar siempre mojando prensa por lo que hace dentro y fuera de las pasarelas.Sus 25 años como maniquí de los más prestigiosos modistos, revistas y campañas publicitarias, se han visto empañados (o más bien resplandecidos) por innumerables escándalos a raíz de su mal carácter y ataques de ira, sus problemas de drogadicción y sus tormentosos amores. De todos, los que más se conservan en la retina son los líos judiciales que ha debido enfrentar por sus agresiones a quienes le sirven: amas de llave, guardaespaldas, asistentes y hasta terapeuta. El teléfono celular, aparato del que es casi adicta, ha sido un arma letal para dar duros golpes, romper cabezas y herir rostros.Paparazzis, novios, ex novios e incluso policías británicos también han sido víctimas de esta pantera a quien le encanta atacar con sus felinas uñas.Prueba de ello son los arañazos cerca a un ojo y los bolsazos que le propinó, en una isla italiana, al fotógrafo que quiso tomarle imágenes al bajarse del yate del multimillonario ruso Mijail Prokhorov.También están los escupitajos, palabras soeces, puntapiés y bofetadas que recibieron los dos policías que trataron de calmarla en el aeropuerto londinense de Heathrow en un acceso de cólera, porque se habían extraviado sus maletas cuando viajaba en un avión de la British Airways, aerolínea que por cierto, la vetó por su reprochable comportamiento.El empresario italiano Matteo Marzzotto, ex novio de la modelo, también puede dar fe de su violenta personalidad. “Me pegaba con palos, me daba golpes de ciego”, manifestó el año pasado. Relató, además, que ella aprovechaba que él era presidente de Valentino para ir a las boutiques de la firma y llevarse los artículos más suntuosos y luego le pegaba porque él le reclamaba. ¿Será que Naomi es aún una pantera que nadie puede domar?2. Icono de la modaAesta mujer de 1,77 metros, ojos café e inigualable caminado, no le interesa mostrarse como la chica buena, perfecta y feliz. No pretende que nadie la ponga en un pedestal, le dijo al diario argentino Clarín hace unos años. “De esa forma no tengo que vivir de acuerdo con las expectativas de nadie que no sea yo misma”.Además, sostuvo, “todos a los que admiro son gente con mala imagen y a la vez son los mejores en lo que hacen: Jack Nicholson, Robert De Niro, Madonna”. Quizá esa forma de pensar ha llevado a esta top models, que ha sido musa y consentida de diseñadores de la talla de Yves Saint Laurent, Gianni Versace, Valentino, Roberto Cavalli y Jean Paul Gaultier a convertir los escándalos en un accesorio más en su productiva carrera, que le ha generado una fortuna calculada en 35 millones de libras (US$54,7: unos $99.000 millones de pesos).Los escándalos en su vida personal no afectan a luminarias como ella, opina la periodista experta en moda, Pilar Castaño, quien trae a colación el caso de la amiga de Campbell, la modelo Kate Moss, que fue fotografiada por un medio inglés consumiendo cocaína. Ese episodio provocó que le dieran más contratos en el mundo de la moda. Y con Naomi ha sido, es y será lo mismo, “no tendrá consecuencias negativas, te acordarás de mí”, reafirma Castaño.Razón tiene Pilar, pues a pesar de todos sus alborotos, Naomi desde que inició su carrera a los 15 años nunca ha estado fuera de circulación en las grandes pasarelas del mundo y siempre ha sido estrella de las más grandes campañas publicitarias: Pirelli, Absolut, Revlon, Victoria’s Secret...Ni siquiera haber usado en varias ocasiones su celular como arma contra sus empleados impidió que fuera la imagen de una operadora de teléfono móvil. Sucedió en Brasil, donde fue llamada a protagonizar las piezas publicitarias de Vivo, una de las operadoras más grandes de Suramérica.“Ella sigue siendo una imagen importante en el mundo de la moda”, resalta el diseñador y asesor de imagen Juan Manuel Plazas, quien comenta que acaba de recibir los últimos catálogos de Ferré y Gucci y Naomi aparece en éstos. “Son colecciones del 2011, lo que quiere decir que ella, a sus 40 años y a pesar de sus líos, sigue totalmente vigente”. Plazas, que ha tenido oportunidad de observarla en vivo y en directo desde hace trece años en pasarelas como el Salón Gaudí, en Barcelona, o en las de Milán, destaca que ella es “un animal de palco escénico”, es decir, que se come viva la pasarela por esa energía, esa fuerza que transmite al moverse. “Ella pisa siempre fuerte, asienta mucho la planta del pie, cuando usa tacones muy altos, de puntillas, camina en los dedos de los pies porque ella tiene muchísima seguridad al caminar. Y muestra un dejo un tanto altivo. El diseñador que cuelga un atuendo en Campbell tiene éxito, porque ella tiene dominio del espacio escénico de una pasarela”. Tanto éxito ha tenido que puede cobrar entre cuatro y ocho mil dólares por 18 o 20 minutos de trabajo, asegura Plaza. “Y ha administrado muy bien su carrera. Naomi en un desfile hace sólo una o dos salidas. Eso le da un cierto estatus, un cierto dominio de este negocio de las pasarelas”.Triunfar no le resultó tan fácil a esta hija de una bailarina británica, de ascendencia jamaiquina, y de un hombre de rasgos asiáticos del que poco se sabe, porque la abandonó antes de que ella naciera. Es ese resentimiento hacia él, ha explicado varias veces Naomi, el que ha alimentado su agresividad.Realmente, fue su abuela materna quien la crió, ya que su mamá-- con quien nunca se ha llevado bien-- se la pasaba viajando. A los 15 años fue descubierta por un cazatalentos en una calle de Londres. Pronto se convirtió en una modelo de la casa Elite, cuyo fundador, John Casablancas, se convirtió en su representante en EE.UU. Con ella tenía contrato de exclusividad, pero él decidió romperlo porque ella mantenía una “actitud loca, irracional e incontrolable”. Un año después se reconciliaron, con la condición de que ella cambiaría. Sin embargo no fue así, pero admitió Casablancas, “su aptitud arrolladora frente a las cámaras la salvó”.Tiempo después fue portada de la revista Vogue Francia. Era la primera negra en lograr semejante hazaña. Pero no fue sólo por su lindo rostro y su espectacular cuerpo. No. La misma Naomi revelaría años después que fue por la influencia del diseñador Yves Saint Laurent, que amenazó a la revista con retirarle toda su pauta publicitaria sino le daban la carátula a ella.Es que, como siempre lo ha pregonado a los cuatro vientos, la industria de la moda y de la belleza, a la que tilda de racista, no le ha abierto tan fácilmente las puertas a las modelos de raza negra. Sus amigas Christy Turtilong y Linda Evangelista la ayudaron en su cruzada contra la discriminación en las pasarelas, en los 90. En esa época, ellas les pusieron como condición a los diseñadores que las reclamaban que también contrataran modelos negras.El año pasado, durante la Semana de la Moda en Londres, volvió a alzar su voz de protesta. “Puede que el presidente de EE.UU. sea negro, pero como mujer negra yo sigo siendo la excepción en este negocio”, dijo la estrella y agregó que el mundo de la moda hoy se muestra más racista que nunca. “Este año perdimos todo lo que habíamos logrado. No veo mujeres negras o de cualquier raza distinta a la blanca en los avisos de las grandes campañas publicitarias”. 3. Toda una celebridadSergio Barbosa, director de Estilo RCN y quien la entrevistó en 2005 cuando la ‘Venus de chocolate’ estuvo en Colombia, la describe como una mujer con ese aire sofisticado que da el dinero, el poder, la fama y la educación. “La combinación de todos esos elementos la hace una mujer muy segura de sí misma, con mucha clase, eso la hace impactante”.Esa capacidad de impactar que la ha encumbrado en las pasarelas internacionales y en las portadas de revistas como Vogue, Time Magazine, Elle, Marie Claire, Scene UK, American Photo, la han convertido en una celebridad que se codea con gobernantes, líderes espirituales y el jet set internacional.Las rumbas por sus cumpleaños son famosas no sólo por el derroche de dinero en los más paradisiacos lugares sino por el número y alto turmequé de sus invitados. Hace cuatro años, para su cumpleaños 36, convidó a sus amigos a pasar tres días en Dubai, para eso alquiló los 18 pisos del hotel Burj Al Arab, donde gastó US$1.7 millones.En sus fiestas bien puede reunir en una misma noche al príncipe Alberto de Mónaco, a la diseñadora Donatella Versace, al ex piloto de F-1 David Coulthard, al príncipe Carlos y a las más famosas topmodels del mundo. Tan amante de las fiestas como de los hombres, Naomi Campbell no ha sido tan exitosa ni tan estable en sus relaciones con ellos como sí lo ha sido en su profesión. Su inquieto corazón ha estado enredado con músicos como el rockero Tomy Lee, el ‘ex’ de Pamela Anderson; con actores como Silvestre Stallone, Gael García, Eddie Murphy, Robert De Niro (que “es y siempre será mi gran amor”, como lo ha confesado. Con él se relacionó cuando ella apenas tenía 17 años). También ha suspirado por deportistas como Myke Tyson, el piloto Pedro Diniz; artistas como el bailarín Joaquín Cortés (por quien luego de una fuerte discusión en un hotel de España, casi se suicida). Y por supuesto, por empresarios millonarios como los italianos Flavio Briatore, Matteo Marzotto y el ruso Vladimir Doronin. Este último es su novio desde hace dos años. El llamado ‘Donal Trump ruso’ le confirmó a la prensa que este año se casarán. Un fino detalle de su parte: en 2008 le regaló a su novia un penthouse en un sitio ‘in’ de Sao Paulo, Brasil, que le costó la módica suma de US$18 millones.Tal parece que Doronin ha cumplido con los requisitos que Naomi le exige a un hombre que la quiera llevar al altar: “debe ser sincero, de carácter fuerte. No busco sexo. Quiero amor. La pasión se consume rápido. El amor dura”.Y como toda celebridad, esta mujer, a la que recientemente se le ha visto con serios signos de calvicie, debe enfrentar críticas por todo lo que dice o hace.En 1998 fue fuertemente criticada por parlamentarias y feministas italianas por haber comparado el sudor de una top-model con el de las obreras. “A veces el sudor de una modelo se puede comparar al de las obreras de una fábrica”, dijo en una entrevista. Indignada, la presidenta de la Comisión para los Asuntos Sociales de la Cámara de Diputados de Italia le ripostó irónicamente: “Si está tan convencida de que pasarela y fábrica son lo mismo puede pedir a una obrera que se cambie con ella. Una operaria no tiene sus ganancias”.Ese mismo año, Gloria Estefan la reprendió por visitar Cuba y criticar el boicot de Estados Unidos a la isla. Antes, la fundación ambientalista Peta, la había despedido como rostro principal de su campaña por lucir un abrigo de piel de la casa Fendi y hasta la ex modelo y ex esposa de Paul McCartney, Heather Mills, la tildó de hipócrita en 2005 por dar la espalda a una campaña contra el uso de animales para fabricar prendas de vestir, cuyo lema era: “Prefiero ir desnuda que vestir pieles”.Ella, que se muestra indiferente ante este tipo de comentarios y prefiere usar parte de su tiempo libre organizando desfiles para liderar causas sociales, como la ayuda a las víctimas del Katrina o a las del terremoto de Haití, sigue pregonando su lema de vida: “No quiero ser perfecta, la chica buena y feliz. No pretendo que nadie me ponga en un pedestal”.

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