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Marina Granziera, la nueva cara de las noticias deportivas en Colombia

La presentadora brasilera Marina Granziera es la nueva cara de los deportes en Colombia. Samba y goles.

10 de abril de 2014 Por: Claudia Liliana Bedoya | Reportera de El País

La presentadora brasilera Marina Granziera es la nueva cara de los deportes en Colombia. Samba y goles.

La llaman "la Sara Carbonero latinoamericana", pero eso no la desvela. Quiere ser feliz hablando del mundo deportivo y abrir el camino para que cada vez más mujeres miren este campo como una opción para hacer periodismo serio.Pero, ¿quién es esta mujer con acento brasilero que habla con tanta propiedad sobre fútbol, Fórmula Uno y otras disciplinas deportivas? Es Marina Granziera, la primera mujer presentadora de deportes en Noticias Caracol al mediodía y en la última edición.Ella, además, participa en el espacio ‘Deportes 360’ de Caracol Internacional. También es periodista de Blu Radio, hace parte del grupo de trabajo de Blog Deportivo y a lo largo del día presenta las píldoras mundialistas.“No soy la Sara Carbonero latina. La verdad, no me interesa la fama, ni estoy deslumbrada por la plata; me estoy divirtiendo con lo que hago, si estoy feliz me seguiré dedicando a esto”, dijo en diálogo con El País. Fuera de los micrófonos y de las pantallas es una mujer de 25 años, casada hace dos años con un colombiano, graduada como sicóloga y periodista de la Universidad de Miami y con la capacidad de dominar cinco idiomas: portugués, inglés, español, italiano y francés; aunque este último, confiesa “lo entiendo y puedo traducir, pero no hablarlo maravillosamente, en ese me defiendo”.Oriunda de Sao Paulo, por supuesto irá al Mundial de Brasil, en calidad de periodista. Lejos de ser una garota con curvas de ataque, Marina Granziera es de figura menuda, estatura promedio (1,65 mts.) y, como buena latina, algo vanidosa “pero no tanto como las colombianas, que saben cuántas peluquerías hay en cada esquina. Pero debo confesar que me da un poco de pereza maquillarme en la mañanas para ir a trabajar, mejor aprovecho que me maquillen en el canal. La verdad, siento que si me hago demasiadas cosas pierdo mi esencia”.Tuvo la fortuna de vivir su adolescencia en Colombia, de los 12 a los 18 años, y fue imagen de Quipitos. “En el colegio casi nadie me conocía, llevaba tres meses de haber llegado a Colombia por cuenta del trabajo de mi papá, quien trabajaba para una multinacional. Empecé a hacer teatro musical con Misi y allí tuve la oportunidad de ser imagen de Quipitos. Por eso en el colegio yo no era Marina, era ‘La chica Quipitos’”, revela.En el set del comercial se conoció con Iván Bonett, quien no tiene nada que ver con el periodista Javier Hernández Bonett. Iván, su esposo, es ejecutivo de ventas y por cuenta de él ha echado raíces aquí en Colombia. “Él es mi fan número 1”, dice.Su llegada a los medios fue gracias a otro Bonett, Javier Hernández Bonett, con quien coincidió en un matrimonio en Bogotá. “Javier es como mi papá colombiano, él me ofreció trabajo siete meses después de habernos conocido y no dudé un solo momento en hacer maletas y venir a Colombia”.La titular de los deportesPara Marina, el mundo deportivo es su vida. “Cuando viví en Brasil estábamos en el momento de oro para el país porque fuimos campeones del mundo, éramos noticia en el tenis, en la Fórmula Uno, crecí con esa pasión por el deporte, por eso siempre quise ser periodista deportiva. Para mí no es raro hacer periodismo deportivo porque en Brasil quienes hacen los temas de deporte son mujeres”, comenta. Asegura que este mundo “no es un medio machista, creo que uno debe demostrar que sabe, que no está aquí por casualidad”. Eso sí, reconoce que no es un trabajo fácil. “Aquí la pasión es fundamental porque se necesita dejar la casa el sábado y el domingo para ir a trabajar, dejar a un lado paseos y puentes con los amigos, decir chao al domingo familiar con el esposo, es duro. Otra cosa que se requiere es ser, como dicen aquí en Colombia, ‘berraca’ y nunca dejarse bajar el ánimo si alguien te dice 'No' la primera vez. También hay que ser muy abierta para demostrar, de a poquito, que sí se es capaz de hacer las cosas”.Y todo eso le ha permitido a ella capotear las bromas de las que suele ser objeto, especialmente en el programa radial ‘Blog Deportivo’, donde ella es la única mujer. “El que no habla y no se defiende está jodido. Al comienzo como no me conocían, no sabían cómo iba a tomar las bromas, pero yo me divierto más que todos, me muero de la risa. Y cuando me molestan a mí, yo también los molesto y quedamos a mano”, dice.Eso sí, Marina tiene la ventaja de llevar al programa los apuntes más curiosos y los análisis que sólo ella como periodista y sicóloga sabe hacer. “A veces me piden concepto sobre el estado de ánimo de los deportistas”, cuenta esta amante de disciplinas como el fútbol, el baloncesto, la fórmula uno y el béisbol.Directa y sin rodeos, como sus comentarios, Marina confiesa que como periodista no se le mediría a hablar de boxeo “porque no lo conozco muy bien y me da física angustia verlo. Tampoco hablaría de ajedrez porque no sabría cómo comentarlo”.Se define como una deportista “medio tronca” que trató de jugar fútbol y tenis sin éxito y cuya pasión actual es correr maratones. “En Bogotá es complicado, porque la altura me da duro”.Ella quiere ser mamá pero no por ahora, porque en su lista de prioridades están el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos en Brasil, además de la Copa América. “Quiero que Colombia me recuerde como la persona que sabía lo que estaba haciendo, que conocía los deportes, pero también como una mujer relajada, fresca, divertida”.En sus propias palabras"Vivo mi vida al millón como en la Fórmula Uno, tanto que cuando aprendí a manejar me tocó mentalizarme de que no era Felipe Massa, ni Ayrton Senna ni Schumacher. En Estados Unidos, por ejemplo, me multaron varias veces"."Vine a Colombia por amor pero también porque tenía una buena propuesta de trabajo, en la que soy feliz. Pero yo sería capaz de ir hasta el fin del mundo solo para ser feliz, no tendría reparos en hacer cosas solo por pasarla rico".Nunca se desnudaría en una revista. "No porque me parezca algo feo o terrible, me parece bonito, pero yo no lo puedo hacer, trabajo con hombres, mi trabajo es serio y ahora que se abren las puertas para las mujeres en el periodismo deportivo eso sería cerrarlas y perder seriedad".

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