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Maria Cecilia Botero, “la amiga de los colombianos”, cuenta sus secretos

Los años no hacen mella en la belleza de María Cecilia Botero. Cero bótox pero sí chocolates y un novio más joven son su secreto. Vuelve a la TV con ‘La Hipocondriaca’.

14 de abril de 2013 Por: Claudia Liliana Bedoya | Reportera de El País

Los años no hacen mella en la belleza de María Cecilia Botero. Cero bótox pero sí chocolates y un novio más joven son su secreto. Vuelve a la TV con ‘La Hipocondriaca’.

A los males del cuerpo, ella prefiere ignorarlos, por eso confiesa ser la antítesis de los hipocondriacos. Para la actriz María Cecilia Botero no hay mejor medicina diaria que un chocolate o una carcajada. Ella, quien se define como “la amiga de los colombianos”, vuelve a la pantalla chica gracias a la producción ‘La hiponcondriaca’, donde interpreta a Maruja Maldonado de Pulido, la madre del doctor que debe soportar a una intensa jovencita hipocondriaca. La popular María C. abrió para El País las puertas de su casa y de su vida.Muchos se preguntan cómo hace para verse siempre hermosa, sin que el tiempo juegue jamás en su contra...Creo que la vanidad es importante hasta cierto punto. Uno tiene que cuidarse y yo lo hago, aunque no voy a gimnasio ni hago dietas, pero cuando me veo al espejo y noto que me estoy engordando dejo los chocolates a un lado. Pero lo importante es la salud. Si hay buena salud, eso se nota y hasta tapa arugas... ¡Tapa todo!¿Ha sucumbido a la tentación del bótox?Me lo puse una vez, en el entrecejo, donde ya no tengo una arruga sino una zanja (risas), pero nunca me sentí bien, me veía como espantada en televisión y dije ‘Esa no soy yo’. Quería sentirme libre para hacer mis gestos, para reírme, así se me viera el ojo arrugado.A propósito de la telenovela ‘La hipocondriaca’, ¿qué enferma a María Cecilia Botero?Es difícil ponerme mal, pero ocurre cuando me siento maltratada o injustamente tratada. O cuando uno descubre que hay personas que no son lo que uno pensaba... esas cosas sí me emberracan.¿Y físicamente? Tengo algunos problemas autoinmunes, pero la verdad es que los manejo bien, soy todo lo contrario de los hipocondriacos: Mi secreto es hacer como que no tengo nada (risas).Tal vez usted no sea hipocondriaca, pero sí tiene una compulsión secreta por los zapatos. Confiésenos: ¿Cuántos pares tiene hoy en su clóset?No los he contado porque me da un poco de pudor, pero hace un par de años ya no me cabían, decidí sacar algunos para regalar y saqué 120 pares de zapatos, y quedé con muchos más. Ahí aterricé y me dí cuenta de que era una vergüenza, porque a todos los lugares donde iba compraba zapatos; es más, tengo zapatos de todas las ciudades de Colombia, era mi ‘hobby’. Pero ya estoy más juiciosa de unos años para acá, eso no es consecuente con nada en la vida. Y paré. ¿Alguna otra ‘peligrosa adicción’ que deba advertirnos? Me puedo comer la caja grande de chocolates en una sola sentada. Lo peor es que no me hostigan, ¿qué puedo hacer? No me repugnan, no me dan sed. Lo confieso: ¡Soy adicta al chocolate! Para completar soy exigente, no me como cualquier chocolate que encuentre por ahí, soy buena catadora de ellos, así como de café, esa mezcla me gusta. La verdad es que no puedo pasar un solo día sin comer algo dulce. Yo lo necesito.¿En que se parece María Cecilia a su personaje de Maruja en ‘La Hipocondriaca’?Me identifico en algo que sí fui con David: solidaria y buena compañera. En eso se parecen Maruja y su esposo a María C. y David.¿Ha tenido nuera hipocondriaca?Mucho no he podido ejercer porque Mateo ha tenido pocas novias y anda como en otro cuento. No ha habido oportunidad de ser suegra. Yo creo que voy a ser buena suegra en la medida en que yo vea que se portan bien.¿Es de las que temen ser abuelas?Los nietos me parecen una maravilla, aunque solo tengo sobrinos nietos soy demasiado maternal y me vuelvo mamá de todo el mundo. Pero por otro lado me da temor que este mundo se está volviendo tenaz. Si yo estuviera en este momento en edad de reproducir, creo que lo pensaría. ¿Qué tan conservadora se siente?No, yo soy fresca, tampoco es que sea la permisiva total porque creo que hay tener unos límites, pero soy muy fresca y de conservadora poco. Soy una persona reservada y casera, nada rumbera, no tomo trago pero me la paso tratando de mantener contacto con la naturaleza y la vida, por eso ahora ando engomada con la fotografía. Hay unos atardeceres que le quitan a uno el aliento...Cuando hace el balance de su larga y exitosa vida artística, ¿cuál cree que ha sido su mayor sueño hecho realidad? Cuando de chiquita yo cantaba, me decían 'shhh, cállese', así que crecí pensado que nunca iba a poder cantar o bailar en un escenario, pero David (Stivel, su fallecido esposo) logró infundirme confianza y seguridad. Fue él quien me subió a un escenario para cantar y bailar. Ya sé que no canto y no bailo muy bien, soy solo una actriz a la que le ha tocado cantar y bailar, pero creo que lo he hecho decorosamente. Ese sí que fue un sueño hecho realidad. ¿Y qué pasó con su faceta de productora de musicales?Han sido experiencias profesionalmente enriquecedoras, pero económicamente pobres y duras. No lo he vuelto a retomar por pura y física falta de plata porque el teatro musical es muy costoso, no me faltan las ganas pero tuve muchas pérdidas económicas. Siempre estoy lista a hacer una comedia musical... pero eso sí, con la plata de otros (risas). Qué hacer con los ‘Secretos de familia’: ¿Ignorarlos o enfrentarlos?Se enfrentan. Guardar esas cosas, jamás. ¿Descubrió secretos de David Stivel tras su muerte?No. David duró enfermo un año, murió lentamente. Fue un año de hablar, de reconocernos, de sentir cómo el amor adquiere otro nivel. En medio del dolor y la tristeza nos descubrimos totalmente. Y cuando sabes que una persona se va a ir, qué chévere entregarle el alma entera, así que no hubo sorpresas.¿Qué la enamoró de él?Todo: su alegría, la inteligencia, su rigor y su disciplina en el trabajo; los detalles, porque era muy detallista y amoroso conmigo. Pero la primera imagen de él es su risa, que contagiaba a todo el mundo. A mí me encanta la gente alegre que tiene ganas de vivir y él la tuvo hasta el último momento. Es novia del economista Mauricio Reina. ¿Aún cree que el matrimonio daña el romance?(Risas) Sí. Respeto a las personas que eligen vivir en pareja y hacer familia, pero yo creo que uno debe casarse una vez en la vida; si le va bien y le dura, excelente. Pero si ya se acaba... ¿ese cuentico de casarse otra vez? ¡No! Llevo 18 años de novia y soy feliz.Su primer esposo Juan Carlos Atuesta, cuyo matrimonio duró solo cuatro años; luego David Stivel, de quien es viuda y que le dejó otro amor: su hijo Mateo. Y el economista Mauricio Reina, su novio desde hace 18 años, son los amores de María Cecilia Botero Durante su larga carrera artística María Cecilia Botero ha logrado alternar entre el cine, la televisión y el teatro. La producción el mayor traspiés de su andar por el espectáculo.

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