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En su libro ‘Felizmente cuarentona’, la periodista colombiana Lizzette Díaz da claves para vivir a plenitud esta década. Que no les importe el qué dirán, reinventarse, valorar sus cualidades y asumir los errores, entre sus consejos. | Foto: Redacción de El País

Manual para cuarentonas: clave para vivir a plenitud esa década

En su libro ‘Felizmente cuarentona’, la periodista colombiana Lizzette Díaz da claves para vivir a plenitud esta década. Que no les importe el qué dirán, reinventarse, valorar sus cualidades y asumir los errores, entre sus consejos.

23 de octubre de 2017 Por: Meryt Montiel Lugo / El País

La periodista colombiana y hoy escritora Lizzette Díaz está realmente dichosa. Su libro ‘Felizmente cuarentona’, que lanzó en agosto pasado en Houston, Texas, donde vive hace 14 años, ha tenido gran acogida.

“La aceptación ha sido increíble”, comenta desde Estados Unidos. Su manual de vida, como llama al libro con el que debuta como escritora, “permite a quienes no han llegado a los 40 tener algunas instrucciones de cómo navegar sin tantos apegos hacia su madurez; a las de 40 las ayuda a entender las ventajas que trae esta década maravillosa y a las que ya han pasado por el cuarto piso, revisar lo que les hace falta”.

Por el momento el libro de esta comunicadora social magdalenense se puede conseguir en Amazon.com. Sin embargo, tiene planeado viajar a Colombia el próximo mes para presentar su obra.

¿Por qué a algunas mujeres les da tan duro llegar al cuarto piso?


El tema es cultural. Crecimos escuchando ‘esa vieja cuarentona’, o esa ‘mujer ya está vieja... tiene como 40 años’, poniendo una brecha mental muy grande entre las veinteañeras y las cuarentonas. Además, es muy común en nuestros países que laboralmente estemos ‘muertas’ al llegar a los 40, es en esta década cuando se realizan gran parte de los despidos en las compañías y como si fuera poco, se convierte en una experiencia quijotesca tratar de encontrar trabajo a esta edad. De otra parte, vemos que nuestra cultura machista prácticamente le da luz verde a nuestros maridos a buscar mujeres más jóvenes, porque sienten que la que está en casa ya está ‘mayorcita’. Como verás, razones hay de sobra para mirar con terror el aterrizaje al cuarto piso.

¿Considera que “finalmente al llegar a los 40 te desprendes de los miedos y empiezas a ser tú misma”. ¿Por qué lo considera así?


Porque ya has caminado lo suficiente para darte cuenta de lo que quieres y de lo que vales, y para entender que el miedo es simplemente eso: miedo. Todas las experiencias vividas -buenas o malas- nos ayudan a entender la dinámica de la vida, asumiendo nuestros errores y valorando nuestras cualidades. Es en esta etapa que te das cuenta de que el único y más grande reto que tienes es ser feliz, entendiendo la felicidad no como ese cuento mágico de hadas en el que todo es perfecto y maravilloso, sino aceptando la vida tal y como es, viviendo un día a la vez, revisando nuestros defectos y debilidades, asumiendo nuestros errores y culpas, pero, sobre todo, aprendiendo cada día a valorar nuestro entorno, nuestra familia, marido, hijos, trabajo, profesión, etc., para ponerlo a nuestro servicio y crecimiento.

Aconseja a las cuarentonas reinventarse. ¿Qué pistas les regala para que sepan que sí lo necesitan?

La pista más clara es no sentirte feliz con lo que está haciendo. Si hay algo dentro de ti que te inquieta o mortifica es el momento de enfrentarlo. Los humanos somos renuentes al cambio, es por ello que ese espantoso proverbio ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’ nos mantiene paralizados y sumidos en una zona de confort que finalmente nos hace daño, pues atenta de manera directa con el propósito para el que fuimos creados. Estas pistas están presentes en nuestra vida cotidiana: un trabajo que hacemos porque nos toca, no porque nos gusta; un marido al que le aguantamos todo porque provee el dinero para la casa y no porque nos ama, son algunas alarmas que nos deberían despertar. Lo importante es recordar quiénes somos, lo que nos gusta y nos hace felices, que hay que salir de la zona de comodidad y que la decisión seguramente traerá desprendimientos dolorosos, pero necesarios. Y recordar: no estás vieja, tienes por lo menos 30 años más para ser quien quieres ser.

“En los 40 nos amargamos menos y dejamos que la cordura se ponga en paz con el corazón”. ¿Qué la hace pensar de esa manera?


Cuando entiendes que la vida no la puedes ver en blanco y negro, que nada es absoluto y que no hay nada que puedas controlar fuera de ti, entonces comienzas el proceso de relajación mental, pues entiendes que tú eres la única persona capaz de cambiar lo que no te gusta, y que eso que te hace infeliz, solo tú lo puedes cambiar de color. En estos momentos de la vida decides si ves el vaso medio vacío o medio lleno y haces de los limones que te da la vida una limonada. Basta de echarle la culpa a tu crianza, a tus padres, a tu entorno, a tu pobreza, a la falta de oportunidades. ¡No! Puede que eso haya sido así en algún momento, pero ahora tú tienes el control y la habilidad que te permitirán vencer todos esos desafíos.

Regálenos por lo menos diez, de algunos de esos 40 puntos que usted destaca en su libro, que marcan la diferencia de las cuarentonas de hoy.

1. No haces de una discusión una guerra. 2. Entiendes que el qué dirán es un problema de los demás. 3. Te reprochas menos. 4. Te aceptas más. 5. ‘No’, es no. 6. Escuchas más. 6. No te comprometes sin pensar. 8. El ‘no’ no te hace culpable. 9. Las apariencias pasan a un segundo plano. 10. Desechas lo que no quieres.

En el último párrafo del capítulo donde su consigna es : ‘Que se caiga todo, menos tú’, me gustaron frases como: “si te frustra el busto caído recuerda con emoción y orgullo que sirvieron para amamantar a tus hijos”. ¿Cómo llegó a conclusiones que resultan tan emotivas?


Porque la vida te va dando la oportunidad de ver el verdadero valor de las cosas. En una sociedad donde lo efímero, lo plástico y lo perfecto se han convertido en el día a día y en el peor enemigo de tus valores, saber que tienes lo que necesitas para vivir es fundamental. Los seres humanos hemos dejado de agradecer por lo que tenemos, buscando siempre vivir la vida de alguien más que no somos nosotros mismos. Recordar nuestra esencia y lo valioso que somos es fundamental para vivir a plenitud.

¿Cómo olvidarnos del qué dirán? Cuando desde nuestra infancia nos han educado atendiendo el qué dirá la familia, los maestros, los vecinos…


Difícil, pero no imposible. Si bien es cierto que hemos sido educados pendientes del qué dirán, también lo es, que quienes te critican no van a solucionar tu vida, ni van a traer la comida a tu mesa. Respetar los principios básicos de una sociedad que debe vivir bajo el respeto a los demás, es clave, pero que nuestra vida gire en torno a la felicidad de los otros para ser socialmente aceptados, haciendo lo que no nos gusta o nos amarga, es fatal para cualquier ser humano.

Dice que las mujeres a esta edad deben sentirse liberadas. ¿Por qué tanta insistencia en esto en su obra?


Porque si no desaprendemos lo aprendido, entonces nunca vamos a alcanzar la plenitud de nuestras vidas. Tantos prejuicios, críticas y miedos aprendidos simplemente nos mutilan los sueños y la esperanza de convertirnos en el ser humano para el cual fuimos hechos y diseñados.

Escribe de liberarse incluso del peso del pasado. ¿Qué es lo que más suele afectar a las mujeres de su vida anterior?

La culpa. El si yo hubiera hecho, si yo hubiera sido, si yo hubiera tenido... como digo en el libro, el síndrome del ‘yotube’ no nos deja vivir en paz. El pasado es imposible cambiarlo, no hay nada que podamos hacer con eso, pero sí podemos tomar las riendas de nuestro presente para crear un maravilloso futuro para nosotras.

¿Cómo ve a aquellas que llegando a los 40 se creen de 20 porque se dice que los 40 son los segundos 20?

Criticar a quienes se creen de 20 ya no me corresponde, pero sí las invito a que reflexionen sobre sus carencias, las etapas que dejaron de vivir y los miedos que tienen que enfrentar, para poder vivir a plenitud sus segundos 20, pero con la madurez y experiencias ganada durante tantos años, para evitar caer en el ridículo.

Me gusta la explicación que usted da de lo que es una persona exitosa. ¿Puede compartirla con los lectores?

Después de tantos años en el ejercicio periodístico, entrevistando a tanta gente exitosa, entendí que el éxito se mide de diferentes maneras y no solo por la cantidad de dinero que tienes en el banco, las propiedades acumuladas o porque te reconocen en la calle. Si fuera así de sencillo no existirían tantos suicidios entre personajes ‘exitosos’. He llegado a la conclusión que el éxito se reduce sencillamente en lograr hacer lo que te da paz, tranquilidad y te permite en gran medida, ayudar a los demás. En resumen, para mí el éxito es ser feliz conmigo misma, así de simple.
Solamente al alcanzar la plenitud es cuando saboreamos el sabor del éxito, sin comparaciones, sin mediciones, sin referentes. Es una sensación de éxtasis que solo tú puedes experimentar. Siendo así me considero una cuarentona súper exitosa, porque hago lo que me gusta, lo que me apasiona y lo que me levanta cada mañana llena de energía y buena vibra.

Diferencias y similitudes

Las cuarentonas de hace tres décadas literalmente a los 40 ya eran ancianas, pues empezaban su vida llena de responsabilidades en el hogar a muy temprana edad. A los 20 años la mayoría de nuestras abuelas ya tenían hijos y muy pocas iban a la universidad o trabajaban de manera independiente. Los matrimonios eran en su mayoría ‘arreglados’ y las posibilidades de hacer lo que querían eran prácticamente nulas.

La globalización y la comunicación abierta, que te permite conocer y aprender de otras culturas, han influido dramáticamente en esos cambios. Sin embargo, en muchos casos, seguimos siendo las mismas cuarentonas de hace tres décadas, llenas de miedo, con temor al qué dirán, subyugadas por la presión familiar y por lo que la sociedad dice que debemos ser.

En breve

Nombre: Lizzete Díaz.
Edad: 47 años.
Nacida en: El Banco, Magdalena.
Profesión: Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe, de Barranquilla.
Esposo: Pedro Arévalo, periodista.
Hijas: Danielle
y Andrea.
Empresaria: creó junto a su esposo la empresa Penta Comunications LLC.
Otros cargos: editora de la Revista Solo Mujeres, de Houston, Texas; motivadora, oradora y creadora de programas para el empoderamiento de la mujer latina como El Club de Amas de Casa y la Fundación LatinWe.
Columnista: de ‘Garabatos’.
Reconocimientos: Empresaria Latina del Año; Líder de la Comunidad Hispana por parte de la Dynamo y Budlight.

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