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Los cinco lugares claves de Buenos Aires para los amantes del tango

Si usted es un amante del tango, o un aficionado con deseos de aprender más, visite los lugares emblemáticos en la capital argentina.

20 de agosto de 2014 Por: Patricia Lee | Corresponsal de El País en Buenos Aires

Si usted es un amante del tango, o un aficionado con deseos de aprender más, visite los lugares emblemáticos en la capital argentina.

Así como Gardel canta cada día mejor, en Buenos Aires, el tango se baila y se canta cada vez mejor. En un momento arrojado al cajón de los recuerdos como música no apta para jóvenes, hoy la música del arrabal vive un renacer y atrae cada vez más público argentino e internacional, y dentro de ellos, cada vez más jóvenes. Las canciones del zorzal criollo, Aníbal Pichuco Troilo, de cuyo nacimiento se cumplen cien años, o las de Astor Piazzolla, sirven como tema para infinidad de espectáculos. En la peatonal calle Florida, una pareja baila en la calzada rodeada de turistas; en Caminito, en el barrio de la Boca, siempre hay distintos espectáculos de tango al aire libre para disfrutar, y en las calles del tradicional mercado de antigüedades de San Telmo se pueden encontrar orquestas jóvenes que han hecho renacer este género musical renovando esta música urbana, nacida entre los inmigrantes del mercado y del puerto.En los últimos años, crecen cada vez más las milongas, desde las de barrio hasta las muy establecidas del centro porteño, donde se pueden tomar clases y después bailar toda la noche. Por último, están los teatros y restaurantes que ofrecen cena y show, con elegantes platos y un espectáculo con orquestas en vivo, cantantes y bailarines. Aquí, algunos imperdibles.1. Piazzolla TangoLa Galería Güemes es uno de los edificios más tradicionales de Buenos Aires, ubicado sobre la peatonal calle Florida. Allí vivió Antoine de Saint Exupery, el autor de El Principito. En su subsuelo funciona desde hace un año Piazzolla Tango. El lugar es una verdadera sorpresa, porque al descender las escaleras, se encuentra un viejo teatro con palcos y platea, totalmente refaccionado y brillante, con capacidad para 250 personas. El show está dedicado en buena parte a Piazzolla. En el escenario, un sexteto de dos violines, un contrabajo, un piano y dos bandoneones, ejecuta ‘Libertango’, o el infaltable ‘Adiós Nonino’. Dos cantantes interpretan piezas de Piazzolla como los ‘Pájaros Perdidos’ y la ‘Balada para un Loco’, y las parejas de bailarines ejecutan elaboradas coreografías que combinan tango, danza contemporánea y ballet.2. Tango PorteñoEl viejo teatro de la Metro Goldwin Mayer, al frente del Obelisco, en la Avenida Nueve de Julio, ha sido refaccionado para recrear la imagen de los años 40, época de oro del tango, con un imponente escenario entre las adornadas columnas estilo art decó del viejo teatro. Hoy es un establecimiento con capacidad para 800 personas, que entre champaña y malbec, lomo y salmón, pueden presenciar el espectáculo ‘Glorias Argentinas’, con más de 32 artistas, la Orquesta Típica di Salvo y deleitarse con el baile del maestro Juan Carlos Copes, una de las estrellas más importantes del tango argentino. Este show está pensado no solo para turistas sino para que los argentinos disfruten el revivir del tango. Al comenzar, el fueye de Troilo se proyecta en la pantalla gigante, y durante hora y media se despliegan postales de las épocas más gloriosas de esta música nacional. La fresa del postre son dos exquisitas artistas: Nacha Guevara, que recupera los tangos de Tita Merello, desata los aplausos con su interpretación de ‘Se dice de mí’, el mismo tema de la telenovela ‘Betty la fea’, y termina su presentación con ‘No llores por mí Argentina’ vestida como Evita Perón frente a un enorme espejo.Otros días se puede escuchar a la célebre Amelita Baltar, que cantaba con Piazzolla, y que termina su presentación con la famosa frase “loca ella, loco yo”, de la ‘Balada para un loco’, de Piazzolla.3. La Esquina Homero ManziNo se puede hablar de tango sin recordar los versos de Sur de Homero Manzi: “San Juan y Boedo antigua y todo el cielo, Pompeya y más allá la inundación, tu melena de novia en el recuerdo y tu nombre florando en el adiós”.En esa esquina de San Juan y Boedo está el bar Homero Manzi, de 1927, donde tomaban café Jorge Luis Borges, Enrique Santos Discépolo, Aníbal Troilo y Manzi. El salón ha sido refaccionado en su totalidad y hoy es uno de los destinos de los turistas, con capacidad para 350 personas.4. La Esquina Carlos Gardel, donde todo nacióEsencial es la Esquina Carlos Gardel, donde antes cantaba quien inmortalizó el tango, ubicada al lado del mercado del Abasto, junto a la estatua del zorzal criollo. Allí había un restaurante que se llamaba el Chanta Cuatro, donde Gardel se reunía con sus amigos a cenar y cantar. Hoy la casona ha sido reconstruida como un lujoso restaurante de dos pisos, con capacidad para 500 personas, con un escenario en el centro, que ofrece un espectáculo de baile, música y canto con orquesta. Durante la cena de tres platos, con vino y champaña, se puede observar una película que relata la historia del tango desde sus orígenes, que luego los bailarines replicarán, en distintas piezas y canciones que recorrerán el tango desde sus comienzos, para terminar con una pieza del infaltable Astor Piazzolla. Christian Fabbri, productor del evento, explica a El País que, en su actual forma, la Esquina Carlos Gardel empezó a funcionar en el año 2000. Junto con su padre, Juan Fabbri, han hecho una larga trayectoria en el tango, que se inició con una academia de baile y que siguió con una famosa milonga en el Club Almagro y en la confitería El Molino. Hoy, manejan tres destacados establecimientos dedicados al tango, con un conjunto de bailarines que eligen entre los campeones de los Mundiales de Tango.

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