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Los amores de Jaime Bayly

La relación del periodista peruano con su actual esposa lo ha distanciado de sus hijas y exmujer.

27 de agosto de 2012 Por: Redacción de El País y Colprensa

La relación del periodista peruano con su actual esposa lo ha distanciado de sus hijas y exmujer.

Jaime Bayly cumplió 47 años en febrero. Y su actual esposa, Silvia Núñez del Arco, tiene 23 años. “Es sólo un poco mayor que sus otras dos hijas, Camila y Paola, y 24 años menor que él”, dice Jaime Cabrera Cordero, periodista del diario peruano El Comercio. Precisamente, dice Cabrera, esa nueva relación lo ha distanciado de sus hijas y su exmujer, Sandra Masías. “Él dijo durante mucho tiempo que mantenía una relación cordial con su ex esposa, pero desde que se conoció su noviazgo con Silvia, se malogró. Él mismo dio a entender que se había roto la relación”.Ya separado de Sandra, Bayly habló sobre ella con El País: “Me casé por una suma de razones que están insinuadas en mi novela ‘El huracán lleva tu nombre’. Tomé esa decisión porque vivía en Washington con una mujer y estaba escribiendo mi primera novela y en aquel momento estaba enamorado de esa mujer. Ella quedó embarazada y tuve mucho miedo de ser padre, porque ella no ignoraba que yo era bisexual. Pensaba que nadie merecía ser mi hijo. Pero ella, una mujer admirable, me hizo padre”.Sobre Silvia, actual esposa de Bayly, Cabrera considera que: “Ella aspira a ser escritora y ha contado con el padrinazgo de Jaime. Proviene de una familia tradicional como la de Bayly, aunque no sé si acaudalada. Tuvo mucha exposición en la prensa cuando se desnudó su noviazgo con Jaime y cuando estuvo embarazada, pero tras la maternidad ha desaparecido un poco”. Silvia tenía 18 años cuando conoció a Bayly en el set de ‘El francotirador’. Ella cuenta que luego de leer casi todos sus libros sintió gran admiración por el escritor, “no tanto por el showman”. Bayly notó que ella no le iba a pedir un autógrafo y la conversación fluyó. Ella acababa de terminar una relación de cuatro años, y Jaime mantenía una relación con Luis Corbacho, periodista argentino (duraron ocho años).Cabrera Cordero asegura que “la de Corbacho fue la relación homosexual más pública y más difundida, más por Corbacho que por el propio Bayly”. Éste se refirió a Corbacho en una entrevista con El País, hace seis años: “Tengo un amante que es un joven escritor que vive en Buenos Aires. La relación es libre, abierta, porque no me gustan la posesión ni las relaciones asfixiantes. Él entiende y es una relación sosegada, ya no estoy para grandes pasiones, suelen ser destructivas”.Para desgracia de Corbacho, la relación entre Silvia y Jaime se hizo pública en enero de 2010. Los ataques del exnovio de Bayly se hicieron sistemáticos y lo atacó ante los medios peruanos. Dijo que era un tipo mentiroso, paranoico y traumatizado. Además ventiló la intimidad de Jaime: “Era pasivo, jugaba a ser la mujercita en la relación”. A la emisora La W, en 2011, Corbacho le aseguró que Jaime fue adicto a la cocaína en su juventud y que en ese momento era adicto a los antidepresivos (tomaba 15 pastillas diarias). Además lo tildó de maniático, estafador y loco. Afirmó que su relación con Silvia era una fachada para alimentar sus anhelos de ser presidente. “Yo no me vería bien con un primer damo”, le habría dicho Bayly. Sobre Sandra Masías, Corbacho dijo que “en este juego perverso de heteros y gays, cumplía su rol de señora y que por eso recibía buen dinero”. Mientras que a Silvia Núñez la llamó “enana arribista incestuosa”, porque según él, el propio Bayly le había dicho que “ella mantenía relaciones sexuales con su hermano”.A los insultos de Corbacho se sumaron los de las hijas de Bayly cuando supieron que Silvia estaba embarazada de su padre. Pese a tener el mundo en contra, en abril de 2011, Silvia y Jaime se casaron y a los meses nació Zoé: “Este año aprendí a no responder los ataques de los indignos. Quien ataca por despecho no queda bien. Si uno trata de defenderse, se rebaja”, escribió Silvia en su blog.Su romance con Bayly inspiró su primera novela, en 2010, ‘Lo que otros no ven’. Al año siguiente publicó ‘Hay una chica en mi sopa’, protagonizada por Lucía, su álter ego, que en la obra se siente atraída eróticamente hacia su profesora de alemán. Bayly, a su modo, le expresa su amor: “No entiendo cómo Silvia insiste en quererme, cuando se merece algo mejor”.

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