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Las diferentes facetas de Ómar Murillo

Perfil del hombre que cargó mercados y cuidó carros en la galería de Santa Helena antes de ser estrella de la TV.

27 de abril de 2014 Por: Redacción de El País

Perfil del hombre que cargó mercados y cuidó carros en la galería de Santa Helena antes de ser estrella de la TV.

Ómar Murillo quiso ser un grande del balón como el ‘Tino’ Asprilla. Convencido de que solo para eso tenía talento, tocó puertas en las divisiones inferiores del Santa Fe y Millonarios. Su padre también lo creía, por eso empeñó su reloj para comprarle a su hijo menor el pasaje a Bogotá. Pero el caleño terminó fichado por una agencia de modelos. La empresaria Irma Aristizábal cuenta que cuando lo vio por las calles de la capital, le impactó su sonrisa. Eso, adicional al “cuerpo que tiene, sus rasgos, su color de piel y su sonrisa, que tiene un imán”, hicieron que ella y el formador de modelos Tony Marquez no dudaran en agendarlo para las pasarelas. “Le vimos las ganas de comerse el mundo, de progresar. Siempre tenía una buena actitud, no le ponía problema a nada, se le medía a todo”, dice Irma.Su sonrisa coqueta, pícara y natural sumada a su porte y su caminar, lo convirtieron en el modelo favorito de certámenes de moda, en el más solicitado por los diseñadores de ropa masculina, entre ellas Lina Cantillo, y en la imagen de la marca Carlos Nieto. Esa exposición mediática lo llevó a la pantalla chica. Primero al set de ‘Las noches de Luciana’, telenovela en la que nació su famoso grito ¡Undaee! “Yo era un extra, y en una ocasión la directora dijo que necesitaba una expresión de alegría en una escena en la que yo aparecía, me puse a molestar con frases africanas, hasta que surgió ¡undaeeee!. Y les encantó”, recuerda Ómar. De ahí pasó a ‘También caerás’, programa en el que a punta de gritos despertaba a quienes dormían placenteramente en los buses urbanos y bailaba en calzoncillos como parte de las bromas. Pero regresar a las telenovelas no fue fácil. Dice Cabeto Galeano, su mánager, que al principio los directores no creían en él por haber sido modelo y le decían: ‘No necesitamos negros’. Sin embargo, consiguió su primer papel en la versión que Telemundo hizo de ‘Sin senos no hay paraíso’. Allí interpretó a ‘Pelambre’, el noble escolta que se enamora de la protagonista. Después ingresó a ‘Las detectivas y el Víctor’ como Samir Porras, más conocido como ‘Bola 8’, personaje que le permitió vincularse a la comedia ‘El man es Germán’. Juan Manuel Cáceres, libretista de esa serie resalta del caleño su formación: “Se esfuerza por hacer bien las cosas. Se ha superado a sí mismo y está haciendo un buen proceso”. Su consagración en la pantalla llegó con el rol del futbolista Faustino Asprilla para ‘La Selección’, por el que alcanzó su primer reconocimiento nacional. El pasado 15 de marzo, Ómar recibió el Premio India Catalina a Mejor Actor Protagonista. El galardón despertó amores como odios. Confiesa su mánager que en las redes sociales muchas personas, incluso del medio artístico, después de la premiación “dijeron que no se lo merecía. Eso fue injusto, él luchó ese personaje y ha estado en función de su crecimiento. Esos comentarios no le bajaron el ánimo a Ómar”.Nina Caicedo, quien interpreta a la hermana del ‘Tino’ en ‘La Selección’, cuenta que cuando llegan a una locación y hay mucha gente alrededor que no los deja seguir, “simplemente Ómar sale, se lleva toda la gente y los demás pasamos fácil. A él le fascina tomarse fotos, firmar autógrafos, abrazarlos. Mantiene fotos de él listas para entregar. Es impresionante ver cómo lo quieren, siempre hay un río de gente tras Ómar”. Como actor no es nada exigente: trabaja 12 horas diarias y pide un sábado libre al mes para atender compromisos de su fundación. Por ahora, está a la espera de ser confirmado para un nuevo proyecto en TV y una película en República Dominicana.

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