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La vallecaucana que se quedó con el papel de la hermana de Diomedes Díaz

Se trata de Emilia Ceballos, quien personifica a 'Ocha'. Su acento guajiro superó al de actrices costeñas.

9 de junio de 2015 Por: Camilo Osorio Sánchez | Reportero de El País

Se trata de Emilia Ceballos, quien personifica a 'Ocha'. Su acento guajiro superó al de actrices costeñas.

El día en que presentó el casting para el papel de 'Ocha', la hermana de Diomedes Díaz, el director no podía creer que fuera del Valle, pues hablaba con un excelente acento guajiro. “Si me das una semana más puedo lograr un resultado mejor”, le dijo Emilia Ceballos, y así fue como se quedó con el papel en una de las telenovelas más vista de este semestre del año.

Suelen citarla como una actriz de Cali, pero realmente  nació en Guacarí, Valle del Cauca, y ha vivido en Buga, Yotoco, El Cerrito y Palmira; por lo que siempre aclara, “soy guacariceña y muy vallecaucana”.

Esta egresada de la Universidad del Valle y mujer apasionada por su trabajo, ha logrado posicionar su talento en las producciones más sonadas de los últimos tres años con personajes en ‘La Ronca de Oro’, ‘La Selección’ y ‘Tres Caínes’, entre otras, logros que le debe al sacrificio y dedicación con los que ha pulido su talento, ese mismo que desde muy niña la empujaba a realizar fonomímicas en el colegio, aprenderse poesías de  50 versos, y hasta “bailar el Himno Nacional”.

¿Qué significa para usted participar en estas novelas del 'Prime Time'?

Me hace sentir que mi trabajo tiene sentido y  valor. Las oportunidades son difíciles y más en un medio como este,  donde todo el mundo se cree actor. Nunca he apelado a mi belleza, sabiendo que soy bellísima, modestia aparte,  y antes no lo creía, porque tuve un proceso muy duro en donde a mis maestros de la Universidad lo último que les importaba era que fuera linda, y eso me ayudó a entender que mis capacidades   debían estar en otro lugar. Por eso, esos personajes me hacen sentir orgullosa de mi trabajo.

En ‘La Ronca de Oro’ tenía un marcado acento valluno, y ahora en Diomedes es toda una costeña, ¿cómo cambia tan fácil de acento?

Fue gracias a la ayuda de mucha gente. Estuve dos semanas en Valledupar escuchando, moviéndome en taxi, visitando el Centro Comercial, arreglándome las uñas con una muchacha, escuchando a las mujeres hablar. Y eso inmediatamente se le pega a uno.  Pero el medio te obliga a preparar un casting de un día para otro y hay que tener todo el 'perrenque' para preparar un personaje. Para eso estudiamos. Así que me vi todas las entrevistas de Diomedes en YouTube, busqué videos con acento guajiro y luego tuve la oportunidad de hablar con Orlando Liñán (intérprete de Diomedes), quien me recomendó algunos acentos y me describió el temperamento de las mujeres guajiras, que son muy fuertes, pero a la vez sumisas. Fue un trabajo de investigación.

¿Cómo es el casting de una producción como Diomedes?

Siempre son complicados. En este momento hay cerca de 2.600 actores trabajando, entonces ya te imaginarás el nivel de competencia. Para mi personaje competía con Aída Bossa y otras dos actrices más.  A mi me parece honorable que sin ser guajira haya ganado.

¿Cree que sus logros son un golpe de suerte?

Ganar el casting frente actrices costeñas y otras  que tienen muy buenas relaciones con los directores y canales, no es un golpe de suerte. Para la persona que ha estudiado, se ha sacrificado y ama lo que hace, nada es un golpe de suerte. Me conseguí este trabajo en Bogotá, pero en pro de entender que mi trabajo tenía que ser reconocido, y no solo el mío, sino el de muy buenos actores de la Universidad del Valle.  Golpe de suerte si el papel fuera sólo por la belleza.

¿Qué tan difícil es ser actriz en un país como este?

Los actores en Colombia somos unos guerreros. En comparación con otros países, aquí la cultura no es apoyada, se roban los presupuestos. No se reconoce la importantísima labor del artista, no hay un Estado que nos cobije. Por eso nos toca dedicarnos a muchas cosas al tiempo, pues un trabajo puede durar seis o nueve meses, nunca hay nada seguro. Por ejemplo María Eugenia Dávila, una diva de divas, sólo es  recordada después de su muerte.

[[nid:430053;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/06/diomedes-diaz.jpg;full;{Tras la acogida que la novela ‘Diomedes El Cacique de la Junta’ ha tenido en los televidentes, la producción programó más rodajes en Valledupar desde este mes de junio.Foto: Especial para El País}]]

¿Qué opina de esos que creen que no es necesario ir a la universidad para ser actor?

Cada ser humano tiene sus búsquedas y son respetables, pero para mí era necesario hacer la búsqueda como actriz. Yo aún creo que no soy la actriz que quiero ser, porque el actor es una suma de experiencias de vida. Yo pude llegar a Bogotá a los 18 años, pero no lo hice, hice mi proceso de otra manera. Mi proyección en 20 años es ser una de las mejores actrices de esta generación, a mi no importa nada más, la fama y eso llega por añadidura. Quiero que siempre digan qué buena actriz es Emilia.

Las recientes producciones de televisión se han destacado por esas nuevas miradas, con mejor fotografía y calidad narrativa, ¿qué se puede destacar de estos formatos?

Con Diomedes la gente se reconoce en los paisajes, los atardeceres, las canciones, es una fortuna que una producción tenga los recursos para ir a los lugares de donde sale la historia.

La Ronca de Oro o Esmeraldas,  son historias bien constituidas desde el arte, la dirección de actores. Una buena producción cuenta con todo lo bueno, locaciones,  directores, buen diseño de arte y buenos actores.

¿Y cómo está cambiando el panorama actual de la televisión?

La tecnología se está apoderando del trabajo, lo de Margarita Rosa de Francisco con La Ranga es un camino que empieza a visualizarse. La tecnología hay que aprovecharla, tiene sus ventajas y desventajas, pero para que la gente siga viendo televisión tenemos que reconocernos en lo nuestro, contar historias que nos convoquen, el Llano, la música costeña, el Pacífico, ¿dónde están nuestras historias?, por qué en una hora prime están novelas como Avenida Brasil, qué es muy buena, pero no nos pertenece, ¿dónde están nuestras historias?

¿Qué es lo más duro de los rodajes?

 A veces es estresante estar lejos de tu familia, los amigos y el amor, y soportar temperaturas que no aguanta ni la gente de la tierra, pero los resultados son gratificantes.

¿Influyen su familia y su natal Guacarí?

Me han tocado personajes con mucho carácter, y la gente de Guacarí tiene mucho de eso. Me parece gente pujante, sincera,  que no le da pereza la vida. Por eso resalto el valor de ser de un pueblo, porque no me interesa ser una chica citadina. 

Me interesa que la gente sepa que los de pueblo, esos que viven por allá lejos, pueden estar arriba de más de uno.

Dicen que es muy familiar. ¿viaja mucho al Valle?

A veces pasan hasta seis meses sin poder ver a mi familia, y para mí la familia es muy importante, me duele mucho. Cuando vuelvo a Cali o a El Cerrito (donde viven sus padres ahora), voy a buscar a mis amigos, a mis primos.

¿Qué más extraña, algún sabor?

Todo el mundo suele decir que nadie hace tamales como los de su casa. Mucha gente ni siquiera sabe lo que es un tamal. Y yo puedo ir a China, Nueva York, Italia, donde sea y nunca voy a encontrar el sabor del  tamal que hace mi mamá. Ese es el sabor que más extraño.

¿Y ahora qué viene?

Cosas buenas, no se qué cosas, pero deben ser cosas buenas. He hecho mi carrera de la mejor manera.

 

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