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La colección que la caleña María Elena Villamil presentará en Colombiamoda

Desde su taller en el barrio Granada, la diseñadora nos da un adelanto de la colección que presentará esta semana en las pasarelas de Colombiamoda, en Medellín.

23 de julio de 2012 Por: Paola Guevara | Editora de Vé.

Desde su taller en el barrio Granada, la diseñadora nos da un adelanto de la colección que presentará esta semana en las pasarelas de Colombiamoda, en Medellín.

Lo obvio sería pensar que ser femenino es vestirse cada día de un voluptuoso estampado floral distinto, que ser sensual es ceñirse de pies a cabeza para enseñar las curvas, que ser seductor es dejar al aire tanta piel como sea posible o llevar el escote hasta límites de infarto.Sí, eso es lo obvio en moda femenina, el cliché, el uniforme de ciudad que a fuerza de repetirse termina siendo paisaje y que, en muchas ocasiones, priva a las mujeres de explorar otras facetas de su feminidad y las encierra en los mismos patrones estéticos a los 20 años, a los 30, a los 40... Y la cuenta sigue.Una amistosa revolución de lo femenino es la que propone la diseñadora María Elena Villamil desde Cali, y que presentará este jueves en las pasarelas de Colombiamoda, en Medellín. En su taller del barrio Granada, pudimos ver un anticipo de su colección ‘Geometría Sagrada’.La primera imagen que sale a nuestro encuentro es la de un vestido blanco y largo, de textura etérea. De su interior emergen delicadas cintas que invitan a jalar de ellas a nuestro antojo mientras ciñen o liberan la figura. Es tan complejo en su confección como limpio y puro en su apariencia, una de esas piezas únicas e intemporales que las amantes de una feminidad menos obvia sabrán apreciar.Se repite, como hilo conductor de la colección, la presencia de pequeñas cartucheras con cierres, a manera de curiosos e intrigantes bolsillos en la base de chaquetas cortas o en el cinto de las faldas.De repente descubrimos otro ícono. Una exquisita chaquetilla blanca, muy corta y drapeada, tipo torero pero con un factor sorpresa: la capucha, concebida como complemento para vestidos de noche y que se convertirá en el más seguro ‘must have’ de la colección. Esa mezcla entre el lujo de la impecable manufactura y la aparente informalidad de la capucha la hacen perfectamente versátil, como para llevarla también sobre una camiseta y combinada con unos jeans.Los bodies merecen capítulo aparte, también drapeados, es decir, con un ligero volumen que los hace favorecedores de la figura y exquisitos al tacto; sin hablar de las chaquetas tipo capa y las camisas de silueta ancha con hombreras exteriores y mangas que brotan desde dentro como si se tratara de un ‘pieza sobre pieza’. Y los trajes de noche intentarán convencernos de que la elegancia se viste de verde. Todas las piezas surgen de un concepto rector, la ‘Geometría Sagrada’, según la cual todo lo que existe en el universo proviene de los mismos patrones geométricos y, desde el punto de vista espiritual, son un llamado a estar en sintonía con la naturaleza.María Elena explica que se trata de un concepto complejo que tradujo en una colección donde están muy presentes las líneas, los ángulos, lo curvo que representa lo femenino y las rectas que hablan de lo masculino. La unión hace el equilibrio.“Veremos cartucheras con cierres a manera de bolsillos, prenda sobre prenda, capas, abrigos, mezcla de lo formal y lo informal. También me inspiré en el construccionismo, donde hay ausencia de ornamentación y la fuerza recae sobre los cortes geométricos que llegan casi a lo arquitectónico”, explica la diseñadora.En cuanto a los materiales, hizo énfasis en lo industrial. Eso se aprecia en materiales poco convencionales como vinilos sintéticos en capas y faldas, sedas con hilos metálicos dorados, telas con lurex presentes en toda la colección y que aportan ricos destellos. Hay telas craqueladas a mano y otras moldeadas como origami que dan como resultado una colección muy creativa, perfeccionista, pensada hasta el más mínimo detalle.En materia de colores, María Elena se ha caracterizado por la sobriedad y por el culto al negro y al blanco; pero en esta colección trae colores como verde selva y verde malva. “Es la primera vez que trabajo el verde, que representa la fuerza de la naturaleza; incluyo blancos y tonos asfalto por inspiración urbana, negros ahumados y ultravioletas. No he sido de coloridos, y estos que propongo son serenos”, explica. Poco amiga de ceñir demasiado el cuerpo, prefiere las siluetas amplias que le den libertad de movimiento y comodidad a las mujeres. “Quiero que la ropa que lleven acompañe un estado mental de equilibio interior y bienestar”, concluye esta caleña por vocación, por elección y, sobre todo, por buen gusto.

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