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Glenn Close, una belleza peligrosa del cine de Hollywood

Seis nominaciones al Óscar, diez nominaciones al Globo de Oro, trece nominaciones al Emmy y un Premio Donostia del Festival de San Sebastián, a toda su vida artística, la convierten en una de las más importantes artistas de su generación.

3 de septiembre de 2012 Por: Alberto Posso Gómez | Especial para El País

Seis nominaciones al Óscar, diez nominaciones al Globo de Oro, trece nominaciones al Emmy y un Premio Donostia del Festival de San Sebastián, a toda su vida artística, la convierten en una de las más importantes artistas de su generación.

Cuando tuvo uso de razón, decidió que sería cantante. Había crecido en el ambiente aristocrático de una adinerada familia británica, pero al entrar a la adolescencia vivió los horrores de África, debido al trabajo de su padre como médico misionero en Zaire.Posteriormente, radicada en Connecticut con su familia materna, formó parte del grupo musical ‘Viva la gente’. Los siguientes cinco años viajó por el mundo y estuvo casada durante dos años con el guitarrista de rock Cabot Wade.Tras su divorcio, se dedicó a estudiar teatro y antropología en Virginia. Pero fue el 11 de noviembre de 1974 cuando obtuvo su primer rol importante en las tablas, tras enfermarse la protagonista de la obra ‘Love for love’, de William Congreve. Ese fue el comienzo de una carrera estable y exitosa.Justamente, en Broadway la descubrió George Roy Hill, quien le dio su primer papel en el cine, alcanzando con ‘El mundo según Garp’, su primera nominación al Óscar en 1982. Dos años después volvió a casarse, esta vez con el empresario James Marlas. Sólo tres años duró el matrimonio.“Glenn Close es una actriz de talento espontáneo. Apenas el cine la vio, supo que iba a ser una gran figura”, dice Adrian Lyne, quien le dio su primer rol de renombre internacional: la psicópata obsesionada con Michael Douglas en ‘Atracción fatal’.Para Sergio Ramírez, editor cultural de la revista Gente, Glenn le entregó una gran carga de angustia, de dolor y de emociones a la obsesionada Alex Forrest en esa película, “que a pesar de que ningún hombre quisiera encontrarse bajo su mira, nos sentíamos fascinados con ella”, recuerda.Tan real fue su interpretación que hasta intimidó a su coprotagonista. “Glenn me dejaba helado en la filmación, a veces, cuando me miraba con esos ojos extraviados, realmente llegué a sentir miedo”, confesó alguna vez Michael Douglas, su asediada pareja en ‘Atracción fatal’.Una curiosa mezcla de duras facciones y su poderosa sensualidad, sumado a la fuerza de su histrionismo, convirtieron en adelante a Glenn Close en una garantía de calidad y taquilla en diversos filmes: ‘Las relaciones peligrosas’, ‘El misterio Von Bulow’ y ‘Nueve vidas’, entre otros.Seis nominaciones al Óscar, diez nominaciones al Globo de Oro, trece nominaciones al Emmy y un Premio Donostia del Festival de San Sebastián, a toda su vida artística, la convierten en una de las más importantes artistas de su generación. Paradójicamente, la Academia le negó el premio que según un inmenso sector de la prensa, merecía por su papel en ‘Albert Nobbs’.Ahora, a sus 65 años, Glenn cree que su trabajo en el cine no contempla mayores expectativas a futuro. “Me siento realizada, he tenido una vida espléndida y un trabajo fantástico. No pido más”.Madre de Annie y abuela de Lucy, la rubia parece también haber encontrado estabilidad en su vida personal. Luego de sus relaciones con Kevin Kline, Woody Harrelson, Robert Pastorelli y el productor John Starke -este último es el padre de su hija-, vive feliz con su actual marido, David Shaw. “Sólo aspiramos a terminar la vida juntos, y sentarnos a la ventana a mirar el horizonte”, puntualiza Close.

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