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Estas son las aplicaciones de moda que usan los jóvenes para buscar pareja

Encontrar pareja a un clic es común entre los jóvenes en los días del amor líquido, donde no se habla de vínculos ni de compromisos. Tendencia.

8 de noviembre de 2015 Por: Lorena Dumacelly Salazar y Lina Hernández Caicedo, especial para El País

Encontrar pareja a un clic es común entre los jóvenes en los días del amor líquido, donde no se habla de vínculos ni de compromisos. Tendencia.

Eran las 2:00 a.m. y estaba dando ‘swipe’ a ver qué encontraba. Grindr me ubicó una posible opción a 600 metros de mi casa, nos gustamos, e intercambiamos fotos. 

El personaje me pidió apagar todas las luces para subir a mi casa, acepté pero escondí cuchillos por todas partes. Nunca se dejó ver la cara y decía ser un vampiro, llevaba cuatro meses sin contacto humano, no le podía dar la luz; tuvimos sexo, olió mis muñecas y mi cuello pues quería percibir mi sangre. Cuando él decía que era inmortal me sentía como Bella, de ‘Crepúsculo’, me causaba cierta fascinación; pero al final el juego se tornó más raro y dejó de gustarme, por lo cual decidí terminar esa aventura de una noche y lo eché de mi casa”.

Este es el crudo relato de Jumbo*, un joven actor de 21 años y asiduo visitante de Grindr. 

Muchas  historias se escuchan alrededor de las redes sociales o aplicaciones de moda usadas por los jóvenes para conseguir pareja (amorosa o sexual) tales como Tinder, Grindr, Big Bang with Friends, Badoo, entre otras. Estas  dan la opción de escoger de acuerdo a una foto y a la distancia que se encuentra la persona, sean millas, kilómetros o  metros. 

Una de las más populares es Tinder, aplicación creada para conectar a hombres y mujeres. La aplicación está en 196 países y crea más de 26 millones de compatibilidades al día, según su página en internet: www.gotinder.com. “Un amigo, una cita, un romance, o  un encuentro casual puede cambiar la vida de alguien para siempre. Tinder crea conexiones que de lo contrario nunca hubieran sido posible.”

Tinder y todas las aplicaciones que propician encuentros entre desconocidos, son reconocidas por relaciones casuales o netamente sexuales, pero la historia de Any* es una de varias que desmienten ese patrón. 

Any, estudiante de una prestigiosa universidad caleña, quien por curiosidad abrió Tinder, contaba con poca esperanza de encontrar a alguien interesante, pues le habían dicho que era para tener sexo casual y relaciones pasajeras. 

Pero entre tantos hombres a los que dio ‘swipe’ y ‘like’, reconoció a un compañero de clase quien siempre le había parecido interesante, decidió oprimir el botón verde y ver la posibilidad de un ‘match’, efectivamente el gusto era mutuo y de lo que le habían pintado como un mundo de lujuria, surgió un amor que un año después sigue vigente.

Gemi* hizo uso de esta plataforma cuando realizó un intercambio fuera de su país: “Conocí Tinder por unas amigas, una de ellas había salido con el que era su actual novio desde hace mucho tiempo, así que decidí entrar por curiosidad, para conocer gente y ver si había alguien interesante.” 

Ella afirma que no entraba buscando sexo sin compromiso, pero que había ocasiones en las que ameritaba tener un contacto casual dependiendo la condición en la que se diera el encuentro. “Salí con varios chicos solo a cenar y a bailar. Pero un mes antes de regresar a mi país conocí a José, yo ya estaba cansada de ir buscando el amor en Tinder, estaba harta de tanto sapo y nada de príncipes, quedé con este chico y decidí entregarme a la locura, pasármelo bien ¡lo disfruté un montón!”.  

Casos como estos demuestran según Elizabeth Gómez, socióloga e investigadora de la facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Occidente, que el internet ha cambiado la forma de relacionarnos desde los últimos 20 años y esas relaciones corresponden a algo que el sociólogo polaco Zaymung Bauman llama el amor líquido. 

“Bauman considera que una de las características de la sociedad contemporánea es la liquidez, haciendo la metáfora de que todo fluye, todo es efímero, nada se asienta, no se quieren compromisos, nexos o vínculos. Los jóvenes no están buscando entregarse el uno a otro como pasaba hace 50 años, ellos están buscando el presente”.

Alegu* cuenta que descargó la aplicación porque se mudó de Cartagena a Cali y desde el momento de su uso siempre ha tenido algún plan para hacer en la ciudad. 

“Yo uso Tinder hace dos meses y medio, conocí la app por amigos que me recomendaron bajarla para conocer personas tranquilas que les gusta salir y no se complican con tanta cosa para llegar a un encuentro fácil. He salido con cuatro niñas, todas bien; una de ellas muy querida, pero se estaba enamorando, así que me tocó conservar distancias ya que ahora  no quiero estar con nadie formalmente”. 

La BBC Mundo en el 2013 publicó un artículo sobre  Tinder y lo llamó  “la aplicación de moda para encontrar el amor o al menos algo que se le parezca”. Su cofundador, Sean Rad, afirma que ellos están resolviendo el problema de conocer gente nueva, pues la forma de relacionarse está cambiando. 

“Una de las cosas que oímos todo el tiempo -especialmente de las mujeres- es que en el mundo real, cuando alguien se acerca a ellas -aunque fuera la persona más interesante de la sala- sienten que su espacio personal está siendo invadido y se sienten abrumadas”. 

Las ventajas: atemporalidad y fácil acceso

Javier Escobar,  jefe de medios sociales del diario El País, afirma que los jóvenes usan esta forma de relacionarse por la facilidad, el alcance geográfico y la atemporalidad que dan las redes sociales.

“Tumbaron las barreras en término de distancia, yo puedo tener al alcance a personas de cualquier latitud, sostener conversaciones con ellas en intervalos de tiempo, no necesito un contacto directo y ocasional y eso permite construir cierto tipo de relaciones mucho más flexibles.

Y puedo hacer uso del anonimato, por eso muchas personas han perdido la habilidad de la seducción, de romper el hielo como se hace tradicionalmente, mientras que a través de la plataforma virtual hay formatos de textos, video y audio, además existe tiempo para pensar, para engañar -en el buen sentido de la palabra- una primera impresión; puedo estudiar mi objetivo,  saber a quién me voy a dirigir con anterioridad y prever cosas que no se pueden controlar en un encuentro personal”.

La BBC también añade que Sean Rad era uno de esos introvertidos y que gracias a su propia creación conoció a la que actualmente es su novia.

“Conocí un man en Tinder súper intenso, esta es la hora en que no nos hemos visto pero me habla todo el tiempo, no me quiero ver con él porque es estudiante de mi papá y le está revisando su tesis, obviamente sabe que es mi papá, entonces no sé si su interés de verse conmigo tenga dobles intenciones”, comenta Jazma*, quien añade que conocer gente fuera de su círculo social le ha generado mucha curiosidad, pero también temor, por lo que afirma que antes de dar ‘like’ analiza semióticamente las fotos para saber si son falsas.

Jazma solo ha tenido una cita arriesgada y loca, “fue con un ‘man’ que, apenas nos dimos like, me dijo que nos viéramos y yo de una  salí a verme con él. Resultó ser muy sensual y adorable, con él sí tuve cuentico porque fue algo inmediato, la primera y última vez que hice algo así de loco con Tinder, pues luego pensé que me pudo haber hecho algo malo”. 

Lui*, otra estudiante de una universidad privada de Cali, hizo ‘Match’ con un hombre que se veía atractivo, por lo que concretaron un encuentro en su apartamento, que para su pesar resultó siendo una pesadilla. “Él me había mandado fotos donde se veía bien; cuando va llegando ‘Peter la Anguila’, un ‘man’ de casi dos metros, raquítico y hasta con barritos.” 

La sorpresa y el disgusto de Lui le hicieron cuestionar al impostor. “Nos sentamos a comer y le dije: ¿Cuál es la necesidad de hacerte pasar por otras personas, así de mal estás de autoestima? El tipo se quedó mudo y después me dijo: ‘Ay qué pena, ¿te incomoda mucho?’”. La cena llegó a su fin y con ella la ‘cita’, pues más se demoro Lui en recoger la mesa que el suplente de ‘Peter la Anguila’ en estar de regreso a su casa. 

Para evitar historias como la de Lui, es preferible no entrar en aplicaciones  donde la única garantía es una fotografía. Por su parte, Tinder permite que las demás personas vean fotos de Facebook o de Instagram, además de gustos específicos y amigos en común, características que para muchos jóvenes son  sinónimo de mayor seguridad; pero la realidad es otra, crear un perfil falso en cualquier red social es tan sencillo como hacer clic.  

Lea también: Relaciones virtuales: ¿cómo saber si se enamora de alguien real?

Sin embargo, no siempre las decepciones son fruto de suplantación de identidad o perfiles falsos. Existen otros factores, como el Photoshop. 

“Yo miré las fotos en Tinder y se veían distintas a lo que vi cuando la conocí en persona”,  confiesa  Juanpa*, estudiante universitario que al ver a su cita se dio cuenta que ese dicho, “una imagen vale más que mil palabras”, en su caso no aplicaba. 

Pero más allá de la imagen, hoy muchos se preguntan: ¿Vale la pena correr tanto riesgo, para la vida, la salud y la integridad física,  en encuentros con desconocidos?

*Nombres cambiados por petición de los jóvenes que contaron sus historias personales.

Habla un experto 

Roger Collazos, psicólogo de la Universidad Javeriana, afirma que la autoestima es uno de los aspectos que se vuelve bastante vulnerable en este tipo de aplicaciones. El que alguien sea rechazado en una cita porque no era lo esperado o el no tener ningún ‘match’  en semanas, son cosas que a muchos jóvenes por la edad y poca confianza en sí mismos los termina afectando.

“Alguien que tiene ciertas dificultades emocionales y una expectativa muy alta de la aplicación, cuando Tinder no le corresponde sufre un brote de tristeza o ansiedad. En cambio si una persona está tranquila consigo misma y se siente aceptada por su círculo social, al entrar a la aplicación y no recibir ‘match’, no le da tan duro. En términos generales,  quien le pone tanto valor a lo virtual es una persona que tiene un conflicto, el cual consiste en hallar su valor  a través del deseo y la expectativa del otro”, añade el experto.

Al ser una aplicación de tanto éxito, en especial en los jóvenes, se debe tener especial cuidado en cómo se utiliza y cómo se interpreta cada cosa que suceda dentro de la pantalla. “Yo creo que estamos en un era donde casi todo tiene que ver con la globalización y la tecnología, donde los seres humanos hemos sentido que la vida real sucede con la virtualidad y no con la vida tangible”, dice  Roger. 

Si bien Tinder ha tenido un éxito nunca antes visto en redes sociales para conocer gente,  es una aplicación que poco tiempo permanece en el  celular de los jóvenes. “Es una aplicación que existe por un motivo muy específico, el cual es relacionarse con alguien, entonces si esto no pasa o no se recibe la respuesta esperada, hace que fácilmente se salgan de la aplicación”,  ratifica  Collazos. 

“Tengan claro que jamás la virtualidad va a reemplazar la presencialidad, porque la comunicación humana no solo esta hecha de imágenes, también  de palabra, afecto, pacto, horas de conversación, de escuchar al otro”.

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