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El viaje de Camilo Zamora, del Salsódromo al Sambódromo

La historia del bailarín caleño Camilo Zamora, quien fue invitado a lucir sus pasos en el Carnaval de Río de Janeiro y regresará premiado.

10 de febrero de 2016 Por: Isabel Peláez, reportera de El País

La historia del bailarín caleño Camilo Zamora, quien fue invitado a lucir sus pasos en el Carnaval de Río de Janeiro y regresará premiado.

Al abrirse el lunes la puerta del Sambódromo da Marquês de Sapucaí, en Río de Janeiro, la gran sonrisa del caleño Camilo Zamora se transformó en lágrimas de felicidad al ver una masa humana, en la que no alcanzaba a vislumbrar las cerca de  100.000 personas que lo esperaban.  

Él, bailarín y diseñador de vestuario, ícono del Salsódromo de la Feria de Cali, donde hace ocho años participa, fue escogido para representar a Colombia en  Estación Primera de Mangueira, una  de las 12 mejores escuelas de samba de Río, y  disputar el título de Campeona del Carnaval.

Este hombre de casi dos metros de alto, fastuosamente vestido y escogido entre los ocho primeros de su comparsa, siendo miles los participantes, sentía que la emoción no le cabía en el pecho. Ni sospechaba  que Roberto Francisco Manohel de Caravalho, director de la escuela a la que representó, lo reconocería entre sus bailarines y le gritaría: “¡Colombia!”.

Aún este martes, cuando lo contactamos por vía telefónica, confesó que seguía temblando y le faltaba la voz para describir esa experiencia que, dice, Dios puso en su vida. 

[[nid:501515;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/01/traje-de-camilo-zamora.jpg;left;{Este es el traje que llevará Camilo Zamora en el Carnaval de Río de Janeiro. Se llama Menino Indígena.Tomada de la página: www.mangueira.com.br}]]

El Carnaval que atrae a cinco millones de personas, incluido un millón de turistas, que  no parecen estar preocupados  por el virus del zika, tiene en el Sambódromo su clímax. “Desfilan  por escuela  unas 3.500 personas, mientras en el Salsódromo somos 1.250. En Cali los bailarines hacen más  trabajo de pareja y a nivel individual resaltan, acá todos estamos en función  de la escuela”.

 

Lea también: ¿Quién es Camilo Zamora, ícono del Salsódromo?

Su desfile duró una hora y media y tuvo que bailar a lo largo de   750 metros. Él iba en el ala llamada La Voz Do Brasil, y su fantasía era ‘Menino Indígena’, alegoría de la ciudad donde nació  la reina del bossanova, María Bethânia. Aún resuenan en su cabeza los aplausos, los gritos, los cantos y siente mil manos tocando las suyas y los flashes de las cámaras.   

Por cierto, visitó  la Estación Primera de Mangueira, en el barrio de ese nombre. “Su tamaño es monumental, ocupa una cuadra. Tienen  un lugar de ensayo estilo coliseo con tarima y  balcones. Cuando le contaba a la gente que bailaría con ellos demostraban un amor y un respeto muy grande por esta, gente de otros lugares llegaban con su camiseta  verde y rosa”. 

Estar en el Sambódromo no  alimenta  mi ego, es un sueño  en conjunto de  todos los artistas  de Cali, de  llegar al mejor carnaval del mundo”, Camilo Zamora, bailarín y diseñador de vestuario.

Pero lo más emocionante para él es que el Canal Globo les otorgó la bandera dorada a Mejor Escuela de Samba  2016, ganaron premios a la Reina de la Batería y al mejor  creativo o  Carnavalero. 

Dice Zamora, quien baila desde los 8 años y ya lleva 21 años en esas, que los brasileños no conocen el Salsódromo, pero   reconocen a Cali como ‘La Capital Mundial de la Salsa’.

No fue difícil adaptarse a su música, toda a base de percusión, “pues a los caleños también nos mueve mucho el tambor”. La samba tampoco fue problema. “Cada escuela participa con una samba enredo o  inédita que habla de lo que pasará desfile. Yo no hablo portugués, pero me la aprendí”.

Reconoce que moverse al ritmo de la samba es  difícil, porque se baila con el metatarso y se requiere  un estado físico envidiable y  gran soltura de cadera.

“Destacarse no es fácil, por eso estoy que no quepo de la dicha. El lunes lloré cuando empezó el desfile y  el domingo, la primera vez que lo vi como espectador, también. Es algo que  no se ve igual en televisión”.

Lo que hace falta en el Salsódromo de Cali

Camilo Zamora considera que el Salsódromo tiene el potencial para convertirse en Sambódromo: “Tenemos un talento gigantesco, de artistas maravillosos con  un estilo particular y una cadencia al bailar única en el mundo. Pero se necesita de una inversión económica gigante, pues es mucho el dinero que  invierte cada escuela en su preparación.  No solamente en las carrozas que pueden medir hasta 14 metros de altura,  en fantasías,  y vestuarios; sino en   tecnología, aquí las   carrozas   interactúan con el público, y participan niños, ancianos y   discapacitados. Y al igual que en Cali hay espacio para los bailadores”.  

Dice que el avance de los brasileños en producción, vestuario y   creación, es gigante. “Son milimétricos, todo imprevisto que se da en el Sambódromo tiene  una solución, uno sabe dónde llegar y qué hacer. La producción organiza todo para que funcione como un  relojito suizo”. 

“Llevo la cabeza llena de ideas, porque se oxigena demasiado el cerebro al ver tanto color, combinación, innovación, nos llevan muchos años de avance y los carnavaleros acá son muy creativos y hacen cosas impresionantes”. 

El diseño del vestuario de ‘Menino Indígena’ de Zamora estuvo a cargo de Percy y fue confeccionado por una fundación de madres cabeza de hogar de una favela de Brasil. 

Contrario a lo que se creería,  los bailarines hasta ayer no habían tenido tiempo de  celebrar. “Después del desfile solo nos alcanzaron las fuerzas para hidratarnos, saltar y abrazarnos con  los amigos que hicimos, pero  estábamos  exhaustos, porque sambar durante tanto tiempo es complicado, y los ensayos y el calor lo dejan a uno agotado. Tal vez mañana (miércoles) celebremos”.

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