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El talento vallecaucano se robó el show en diferentes escenarios del mundo

El nombre de diferentes artistas vallecaucanos retumbó en el mundo del arte, la música y la literatura. Entre ellos está Catalina García, líder de Monsieur Periné, banda ganadora del Grammy Latino, quien habló de su Cali.

26 de diciembre de 2015 Por: Redacción de El País

El nombre de diferentes artistas vallecaucanos retumbó en el mundo del arte, la música y la literatura. Entre ellos está Catalina García, líder de Monsieur Periné, banda ganadora del Grammy Latino, quien habló de su Cali.

El nombre de diferentes artistas vallecaucanos retumbó en el mundo del arte, la música y la literatura en este 2015. Grupos como Herencia de Timbiquí, el director musical José Aguirre, además de  la escritora Adelaida Fernández y la Agencia Cactus, lograron grandes reconocimientos en sus campos de acción.

También se destacó Catalina García con su banda Monsieur Periné, banda ganadora del Grammy Latino a Artista Revelación y Álbum del Año, y nominada al anglo. Quien habló con El País de Cali y de todo lo que añora de su ciudad.

Madame Catalina

“Dentro de los recuerdos que hemos desempolvando, por la nominación al Grammy anglo, me encontré las fotos de un paseo que hicimos con los muchachos a Cali  en diciembre de 2008. Yo quería que ellos vinieran acá, uno quiere que entiendan de dónde viene y porqué es así y nos vinimos los cuatro (Nicolás Junca,  Raúl y Santiago Prieto) y nadie nos conocía. Tocamos en Dukes, fuimos a Pizza al Paso, los llevé a la reserva de Pance”, cuenta Catalina García, líder de Monsieur Periné.  

“Conocieron esa Cali que yo viví”, dice la artífice de Suin Romanticón y de Caja de Música,  refiriéndose a sus compañeros, la mayoría bogotanos, “la de caminarse  la (Avenida)   Sexta, irse al teatrino del  Museo La Tertulia (Sueño con tocar allí algún día) Esta ciudad es muy cultural, hay nichos de teatro, escuelas de danza, la música atraviesa todo, está la de la calle con la que uno se topa a diario, estridente, fuerte, así la viví con mis tíos, con mi familia paterna, que se levantaban y se acostaban oyendo   salsa. Eso hace que el caleño sea extrovertido, bulloso, que hable duro, que le guste mover su  cuerpo.  No es como en otras ciudades donde el clima es distinto y no está esa algarabía, sino que  la gente es más reservada, quieta, distante. Acá somos muy  cercanos porque interactuamos todo el tiempo con  la música”.

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Ella, que estaba en la liga de baloncesto, dice que haber crecido en Cali fue “muy bacano. Hacíamos intercolegiados, cada ocho días me la pasaba en torneos. En la cuadra jugábamos  guerra con bombas de agua,  mi vida era  irme caminando al colegio (Liceo Francés), eso me hacía  feliz. En Bogotá los pelados casi no pueden salir, mantienen encerrados porque el clima es patético”. 

 A Catalina le gustaría que sus hijos nacieran y crecieran  en Cali. Después de ensimismarse en los recuerdos, prosigue: “Uno aquí crece en la calle,  nos gusta la vida de la panadería, de encontrarse con los amigos en el parque, sin un plan”.  Rememora  la fuente soda que tuvieron sus padres en La Merced. “Recuerdo haber oído muy chiquita en mi casa mucha música tropical, de Niche, de El Gran Combo, de esa salsa de los años ochentas. Una mezcla de la salsa vieja y la onda romántica. De chiquita me encantaba Jerry Rivera, era mi ídolo”. Ese sonido caleño, de trópico, de salsa,  se advierte, según  ella,   en la canción   No Hace Falta, de Caja de Música.

Cuenta que en su colegio había orquesta, “era chistosa porque eran  profesores franceses tocando salsa. Me metía en cuanto coro había y el primer concurso que gané  fue el de canción femenina en el  Teatro Jorge Isaacs. Creció a la par con bandas de rock como Superlitio, tuvo muchos amigos rockeros, y hoy en día valora el esfuerzo de mucha gente en Cali por promover otras músicas, como el festival Ajazzgo”. 

 Bailando salsa, de uno a diez,   se califica con siete. Cuando viene a Cali procura ir a  Tintindeo. “ Va mucho bailarín, es brutal, lo mismo que en Juanchito, una cosa impresi0nante, uno dice: ‘No, yo  paso’”.  

Se considera “un tronco para la bachata”.  “Como la bailan en República Dominicana esa vaina es muy distinta a como uno cree que se baila”, lo dice porque tiene un novio dominicano, Antonio García. Confiesa que a él lo ha deleitado preparándole un antojito vallecaucano, la lulada. Aunque ella moriría por saber hacer empanadas o que pusieran las del Obelisco al lado de su casa.

Aunque admite que cuando dice que es caleña le dicen: “¿En serio? No parece”,  “a lo bien”, les responde con su expresión más caleña.  “Creen que como uno  es pálido no es de aquí”.

La última visita que hizo a Cali, el pasado 18 de diciembre,  se presentó en el Teatro Jorge Isaacs, y después de un concierto apoteósico escribió en su cuenta de Instagram: “Siento un agradecimiento profundo con mi ciudad natal, mi Cali del alma. Tantos recuerdos están intactos  en sus calles, sus paisajes y su gente. Qué suerte tengo de haber crecido allá y poder decir que me siento orgullosa de ser caleña, que lo expreso con alegría y algarabía”.

La buena letra de Adelaida Fernández

Adelaida Fernández, escritora, graduada en Español y Literatura de la Universidad del Valle, con una producción literaria tanto en cuento como en novela, fue la ganadora del Premio Casa de las Américas de Novela 2015 con su obra ‘La hoguera lame mi piel con cariño de perro’. Tiene como protagonista a Nay, esclava que emerge de la obra ‘María’ de Jorge Isaacs. El Premio Casa de las Américas se le entregará en La Habana (Cuba),  el próximo mes de enero.

De  Grammy

El 19 de noviembre en los Premios Grammy Latinos, en Las Vegas, la cantautora Marta Gómez, quien nació en Ibagué pero vivió en Cali, ganó el premio a  ‘Mejor diseño de empaque’ por el álbum ‘Ese Instante’. Detrás estuvo la empresa caleña Cactus, conformada por Juliana Jaramillo Buenaventura, diseñadora gráfica; Carlos Dussán Gómez, ilustrador y fotógrafo, Natalia Amaya Pacini, maestra en Artes Plásticas, y  la caleña Mariana Valencia Sayín, en el arte final del cuadernillo.

El hombre orquesta

Este fue el año de José Aguirre. Él, que  acompañó en los gloriosos y dolorosos al maestro Jairo Varela, pasó  a dirigir, desde agosto,  la agrupación que durante tres años estuvo a cargo de Richie Valdés. Hoy en día, el músico que ha grabado con Marc Anthony, Luis Enrique y Yuri Buenaventura, lidera a los diez músicos y a los tres vocalistas del Grupo Niche. A los 10 años tocaba  la trompeta y se enamoró de la música  escuchando  las bandas caldenses y el tiple de su padre,  es el responsable de  la reciente producción  ‘Niche: 35 aniversario’ y de su sencillo, lanzado el 5 de septiembre, ‘Niche como yo’, que sonó para disco de la Feria. Mecenas  de artistas locales,  creador de la Cali Salsa Big Band,  adaptó además  la nueva versión del Himno de Cali.

La mejor Herencia, la música del Pacífico 

Aunque Herencia de Timbiquí es caucano, su sede es Cali. Este año celebró   15 años de actividad artística. Ganadores en 2013 del  Festival Viña del Mar de Chile, como mejor intérprete de música folclórica con Amanecé,  en 2015 estuvieron de gira por Latinoamérica. Y junto  a la cantautora peruana Susana Baca y sus músicos y  los 11 integrantes de Herencia grabaron en vivo a comienzos de este mes ‘Desahogos’,  composición de Begner Vásquez, con aires de currulao y landó, como homenaje a los ritmos afrolatinoamericanos, cuyo coro clama: “Provoca la paz, celebra la vida”.  

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