El éxito de Andrés López no para de rodar
En 25 años de carrera, diez bajo el lente de la fama, ha hecho más de lo que hace una persona promedio en una vida. Se le adjudica que la juventud volviera al teatro, es el artífice del DVD más vendido de Colombia, La pelota de letras
En 25 años de carrera, diez bajo el lente de la fama, ha hecho más de lo que hace una persona promedio en una vida. Se le adjudica que la juventud volviera al teatro, es el artífice del DVD más vendido de Colombia, La pelota de letras
Casi nadie se compromete a revelar la clave del éxito. Pero Andrés López, el comediante, la tiene. Puso sobre las tablas con su chaqueta roja y un mínimo de accesorios, lo que la gran parte de la población colombiana había vivido en la niñez y fue como una revelación para su generación y las siguientes, que trataban de entender a sus progenitores.
Luego de tres horas de monólogo es imposible no sentir que ese hombre orquesta, que habla hasta por los codos, baila, canta e imita todo tipo de sonidos, hasta los indecifrables con los que se comunican las mamás, cuenta no solo su vida, sino la de cada uno de sus espectadores.
A uno nunca le decían que lo amaban, no hubo besito de buena noche ni de buenos días. Era una crianza a la brava, revela Andrés, de la Generación de la Guayaba, nacido el 25 de junio de 1971, quien confiesa que su infancia transcurrió en la calle y en el patio de su casa.
Cultivaba perejil, criaba pollos, sembraba maíz, experimentaba con mi hermana qué cosas eran inflamables y qué cosas no, teníamos tortugas y conejos. añadió.
En ese entonces no tenía tiempo libre y ya no se lo permite, trabaja 24 horas, los siete días de la semana y le gustaría trabajar más, aunque admite que su pecado es la pereza.
Eso sí, en 25 años de carrera, diez bajo el lente de la fama, ha hecho más de lo que hace una persona promedio en una vida. Se le adjudica que la juventud volviera al teatro, es el artífice del DVD más vendido de Colombia, La pelota de letras, ha pasado por el cine, dicta conferencias de emprendimiento y tiene un programa de entrevistas.
El éxito no para de rodarEn diciembre de 2004, en el Hard Rock Café de Bogotá, lanzó al mercado La Pelota de Letras en formato DVD con la producción de Universal Music Colombia, para difundirlo entre los colombianos que viven fuera y motivar a comprar la versión original en una batalla contra la piratería.
Desde entonces La pelota de letras, nombre del juguete estándar de todo niño del siglo pasado, ha rodado por más de 11 países. En el 2012 más de 2,5 millones de personas asistieron a la obra en el exterior y en Colombia. Y más de 20 millones lo vieron en DVD.
Le siguieron Me pido la Ventana y Frutica Picada.En 2013 habló del amor en Llegar a Marte, y en la Feria del Libro de Bogotá de 2010 lanzó el libro La Pelota de Letras, manuscrito original.
Pareciera que todo lo que toca este hombre de 43 años se convierte en oro. Desde el 2012 conduce en Directv el talk show Andrés López de noche. Más que entrevistar entretiene a sus invitados. La presentadora venezolana Maite Delgado admitió que cuando decía quién la entrevistaría, le advertían que no iba a parar de reír. Y así fue.
Ha actuado en las películas, De Rolling por Colombia y De Rolling 2 por el sueño mundialista (2013 y 2014), dirigidas por Harold Trompetero.
Hizo Hotel Mama, serie para redes sociales en la que promete que hasta un inútil, que parecía que jamás saldría de la comodidad de su casa materna, podrá hacerlo sin morir en el intento, promocionando un detergente.
Él dice: En mis obras no hay nada al azar, todo es con compromiso y con parámetros éticos, eso no es meterse al Youtube y traducir. La comedia parte del máximo de talento con el menor número de recursos, se debe ser honesto, más en un ambiente donde por las redes uno puede darse cuenta de lo que es o no original. Quienes le dejan todo al carisma ahí se quedan, la vida de un artista no es sólo el éxito.
El comediante Diego Camargo reconoce en Andrés López al maestro que inspiró su carrera: Lo admiro y respeto profundamente. Tuvo una visión muy importante de la comedia. Si él no hubiera montado La Pelota de letras ningún comediante en Colombia haría stand up comedy. En 1992, cuando entré a estudiar Ingeniería de Sistemas en la Universidad de los Andes, él estaba en quinto semestre (Antropología e Ingeniería de Sistemas). Era cuentero. Él hacía la inducción de los primíparos. Una vez cancelaron la clase y el montó su show, cuenta Diego. Camargo inició un taller con él y formó parte del grupo de Satán y sus Secuaces. Él era Satán y los que lo acompañábamos, sus secuaces. Durante tres años fue monitor en los talleres de cuentería de López, quien en 1995 se metió en la radio. Cuando fundaron en Bogotá el Parque Central Bavaria, Andrés invitó a Diego a hacer poesía mientras él hacía cuentería. Se distanciaron cuando Camargo se fue para Cuba a estudiar cine y luego a España y Andrés, para Canadá (a estudiar Motivación Organizacional con énfasis en Educación en el Delta Synergy Group of Experiential Education). Al regresar Camargo a Bogotá se encontró a su amigo presentando su espectáculo en Gótica, uno de los primeros bares de stand up comedy en el país, donde hacían su show Antonio Sanint y Julián Arango. En el Teatro Nacional se presentaba Andrés con Julio Escallón, Gonzalo Valderrama y Mauricio Vélez. Andrés es como una ex con la que nunca peleamos. Cada que me entero de un proyecto suyo me alegro en el alma, dice Diego, quien relata que sus padres y los de Andrés eran amigos. Doña Olga (mamá de López) conmigo es un amor. Y mis papás adoraban a Andrés. Cuando los llevé a ver La pelota de letras me dieron el aval para ser comediante. Diego, que lo conoció cuando Andrés aún no era famoso, dice que a cualquier sitio donde entrara con él todo el mundo quería saber quién era. Es dueño de un carisma impresionante. Tiene un magnetismo que no he visto en nadie más. Y a eso le suma que es muy disciplinado, todo el tiempo produce montajes, perfecciona su técnica y se preocupa por conectar lo que dice y lo que piensa. La suerte con las mujeres Camargo se la envidiaba: Era muy de buenas el maldito. Se levantaba unos churronones. Era muy gracioso. Y a mis novias les parecía encantador con sus pestañas de ensueño. Cuenta que Andrés es dueño de una habilidad increíble para imitar sonidos. Cuando se subían a un bus, él imitaba la frenada y todo el mundo se asomaba por la ventanilla a ver a quién había atropellado el conductor. Hablaba en inglés y en francés, sin dominarlos, y me convencía a mí que hablo francés, dice Diego, quien se iba con Andrés a los restaurantes a completar guiones espontáneos. Para Camargo, el acercamiento de Andrés con la cienciología no es de extrañar, Siempre le interesó la filosofía y lo que lo conectara consigo mismo. Según él su primer contacto fue en Magitinto, donde el cienciólogo argentino Santiago Nemirovsky tenía un show de magia. Camargo cree que Andrés, cercado por su fama, se sintió perdido entre la farándula, y la cienciología le permitió recuperar su columna vertebral. Quedó con una visión del mundo clara, se focalizó y eso lo llevó al éxito de La pelota de Letras. La clave de su éxito, según Gonzalo Valderrama, es su lenguaje urbano, contemporáneo y autobiográfico con el cual se identifican su generación y las de ahora. Destaca su intuición, el manejo audiovisual y su capacidad de improvisación. No usa máscara, nunca se apaga, es explosivo, una maquina inagotable de ideas, imágenes y sonidos, dice el comediante que lo conoce desde 1991. Como lo de Andrés fue tan notorio, se cree que él se lo inventó y que los 50 o 60 que hacemos stand en el país lo imitamos. Hay que reconocer que su obra ha tenido tal difusión nacional e internacional que es un símbolo patrio, agrega. La gran cualidad de Andrés es su talón de aquiles, según el actor Julián Arango: Es tan genial, que por su inteligencia no es fácil comunicarse con él o entablar una amistad. Es un trabajador incansable, lo que tiene se lo ha ganado a pulso, dice Julián, quien invitó a Andrés -que hacía cuentería en las universidades Javeriana y Los Andes- a abrir su show con Antonio Sanint en Gótica. Así empezó a presentarse en teatro. Todo lo que decíamos, lo que sentía, lo que pensaba, lo que le pasaba, lo anotaba. Anotaba la vida.