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Diez reglas de oro en la cama, tome nota

Está prohibido tener discusiones en la cama, invitar a terceros y dejar entrar el desorden. Bienvenidos los buenos aromas, las sábanas limpias, los juguetes sexuales y las fantasías.

27 de noviembre de 2016 Por: Redacción de El País

Está prohibido tener discusiones en la cama, invitar a terceros y dejar entrar el desorden. Bienvenidos los buenos aromas, las sábanas limpias, los juguetes sexuales y las fantasías.

Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía. Ya lo dijo Gabriel García Marquéz y muchos lo comprueban cada noche. Lea también: Le contamos cuáles son los pecados de la pareja en la cama

Sin embargo, a ‘Gabo’ también le faltó decir que ningún lugar puede ser tan apasionado cuando hay dos con ganas, o tan frío cuando un matrimonio compuesto por dos extraños se acuesta sobre el mismo colchón. 

Al Nobel también le faltó mencionar que la cama puede ser el mismísimo infierno cuando se encuentran en el mismo lugar dos esposos, sus hijos llorando y saltando, el perro y todas las migajas y regueros que deja una familia promedio.

La cama es y se debe mantener como  el templo donde la pareja vive su intimidad a plenitud, el escenario del amor, la pasión y también el descanso, ya que aunque muchas veces se puede volver monótona, siempre será este espacio donde al final del día la pareja pueda practicar su propio idioma. 

  Aquel dicho de “o todos en la cama o todos en el suelo” no debe ser aplicado en la cama matrimonial, tampoco en la cama de una pareja de novios, ni siquiera en la de un soltero codiciado, así que los invitados como los hijos, los vecinos, la familia y los amantes deben quedar excluidos. 

Aunque la regla de oro es jamás acostarse enojados, hay algunos factores que se deben tener en cuenta para garantizar que la cama se mantenga como un espacio sagrado ideal para dejar correr la pasión y cumplir hasta las más ocultas fantasías. Así que, a tomar nota.

1. Trabajo fuera. Nada arruina el momento como combinar  la vida laborar con el sexo. Si usted es  de aquellas que comienza hablar sobre las cuentas, el jefe y los problemas de la oficina, es mejor que se pare y se vaya a la oficina. En la cama apague el celular, el televisor y el computador. Enfóquese  en el momento con su pareja y busquen relajarse mutuamente.  2. El templo del amor. No escatime esfuerzos en mantener su cama como un perfecto templo en el que el olor y las texturas son clave. No tema romper el marranito y comprar esas sábanas de algodón egipcio con las que lleva meses soñando. Su piel y la de su pareja se lo agradecerán.   3. Diga no a los invitados. El perro, el gato y los niños deben tener su espacio. La cama es para la pareja, para compartir la intimidad y experimentar cosas nuevas.   4. Bienvenidas  las fantasías. El que dijo que la cama era aburrida es porque solo la usaba para dormir. Utilice el testero de  para colgar unas esposas o un pañuelo y amarre a su pareja.    5. Cuidado con la lencería. El que su destino final sea debajo de la cobija no quiere decir que deba lucir la última colección de pijamas para abuelas. No importa si es la cama en la que lleva durmiendo 15 años, usted y su pareja merecen darle gusto a los sentidos. Así que bienvenidos sean  la seda y el encaje.  6. Cuidado con lo que habla. La cama se hizo para resolver los conflictos en forma horizontal, no para crearlos. Si usted y su pareja tienen algo que discutir, busquen otro lugar para hablar, de lo contrario la cama será asociada con una zona de guerra y así nunca querrá acostarse.  7. Fresas con chocolate, crema chantilly, champaña y frutas, si. Pollo frito, arroz y verduras, no. Evite al máximo comer en la cama. Lleve los alimentos solo cuando sea para jugar o deleitarse con su amado, de lo contrario solo encontrara migajas y sobras en su espalda de comidas pasadas. ¡Pausa para espanto! 8. Decir lo que le gusta y tomar iniciativa no es pecado. La cama es el lugar para hablar sin tapujos. El dolor de cabeza es normal, sobre todo en estos tiempos de estrés, pero mucho cuidado de cogerlo de excusa. Tome la iniciativa y busque divertirse en sobre el colchón.  9. Saque su decorador interior.  Si su cama en lugar de darle ganas le da angustia, hacer algunos detalles decorativos le ayudará. Nadie dice que debe tener el cuarto rojo de Christian Grey en su casa, pero si puede poner algunas pinturas que le irradien tranquilidad, recoger el desorden, poner algunas flores y prender algunas velas. Las lámparas a media luz son bastante sugestivas.   10. Nunca deje de intentar. Martha Carrillo y Raúl Araiza aconsejan en su libro: “La vida en pareja es un trabajo diario en el que a veces hay que remar contra la corriente, ceder  y resignarse, y no hay diferencia si tienes anillo o no. La convivencia, los hijos, el trabajo, los amigos, la familia, el dinero, el sexo y todo lo que abarca una vida en común pueden ser obstáculos para que la maquinaria funcione. La clave está en no soltar la toalla”. 
Etiqueta entre sábanas  Cuántas veces escuchó hablar sobre las reglas de etiqueta para comer, entrevistas de trabajo o eventos sociales. Pero, ¿sabía que hay ciertas pautas a seguir en tus relaciones sexuales? De hecho muchas de ellas forman parte de lo que llamamos la “ética sexual”. El sexólogo argentino Ezequiel López Peralta da las pautas:   Protección.  Es una regla básica, y tiene que ver con los cuidados que debes tener para evitar las consecuencias no deseadas de una relación sexual. Anticoncepción con el método que elijas, y uso de condón para prevenir ITS. Acuerdo.  Cuando dos personas tienen un encuentro sexual lo eligen de común acuerdo. Nadie debe hacer algo que no desee, mucho menos si es bajo presión o amenaza o por temor a perder al otro. Claridad.  Si sólo quieres sexo con alguien, no prometas amor o una relación a futuro. Es preferible tener una aventura menos, antes que dañar emocionalmente a otra persona. Higiene.  El aseo corporal es imprescindible, ya que nada es más “repelente” sexual que el mal olor. Orden.  Es verdad que no siempre podemos preparar un escenario cinco estrellas, pero al menos que el lugar no sea caótico y desagradable.  Buen trato.  La cordialidad y el respeto forman parte de estas reglas fundamentales. No hagas comentarios que puedan caer mal, y si alguna cosa no te gusta o te incomoda, es mejor comunicarte con claridad y evitar los reproches o palabras degradantes. Entrega.  No importa si la relación es de pareja estable o una aventura. En ese momento debes dar lo mejor de ti, para tu disfrute y el de la persona con la que compartes la escena sexual. Discreción.  Las cosas que se hacen en privado deben quedar guardadas entre ustedes, a menos que acuerden dar a conocer a terceros su encuentro y algunos detalles del mismo. El “después”. Es ciertamente chocante que alguien, apenas tiene su orgasmo, se levante a bañarse, a vestirse, o a hacer algo que no tiene nada que ver con lo compartido hasta hace unos instantes. El abrazo, las caricias, el diálogo, bañarse juntos, son maneras de seguir compartiendo momentos placenteros más allá de la “pequeña muerte”.

 

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