Diana Uribe está en Cali para hablar sobre los derechos de las mujeres
La historiadora colombiana y analista ofrecerá una charla este miércoles a las 7:30 p.m., en el Salón Ritz del Hotel Dann Carlton, en el marco del evento Generando reflexión, de Coomeva.
La historiadora colombiana y analista ofrecerá una charla este miércoles a las 7:30 p.m., en el Salón Ritz del Hotel Dann Carlton, en el marco del evento Generando reflexión, de Coomeva.
La posibilidad de que el matrimonio no sea el único destino de una mujer, el derecho de escoger su pareja en el tiempo de su vida que lo desee, su libre decisión de tener o no hijos, y en qué momento tenerlos, forman parte de la revolución cultural que han librado las mujeres.
Así lo expone Diana Uribe, historiadora colombiana y analista internacional, quien ofrecerá una charla hoy a las 7:30 p.m., en el Salón Ritz del Hotel Dann Carlton, en el marco del evento Generando reflexión, de Coomeva.
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Para 1969 las mujeres habían marchado por los derechos civiles, contra la guerra del Vietnam, por una educación diferente, pero no estaban incluidas en las decisiones políticas de las organizaciones de las que formaban parte, a pesar de que las habían cascado lo mismo que a los hombres, explica Uribe. Entonces, se preguntan: ¿Por qué sí estamos para que nos casquen, nos arresten y nos lleven a la cárcel, pero no para estar en igualdad de condiciones que ellos y tomar decisiones?, agrega.
A partir de allí, dice la historiadora, empieza el debate por los derechos laborales de las mujeres basado en trabajo igual, salario igual, y el debate de rol, es decir, qué significa que a una mujer le determinen por su sexo qué puede hacer y qué no. Se cuestionan por qué han sido marginadas del conocimiento y de las condiciones laborales, comienzan los congresos feministas, las escuelas de género.
Ese contexto histórico en el que surgen las preguntas sobre la mujer y los avances que se logran a partir de estas, es lo que tratará Uribe en su charla. El movimiento feminista logra cambiar, en poco más de una década, dos mil años de la historia de la mujer en Occidente, concluye.
1. Los movimientos de las mujeres en la contracultura son una ampliación del concepto de libertad del otro. Comienzan por las comunidades negras, las más golpeadas y segregadas. Con actos como el de Rosa Louise McCauley quien se negó a entregar el puesto a un blanco en un autobús en el sur de EE. UU., el 1 de diciembre de 1955. Ella, La primera dama de los derechos civiles, fue encarcelada, pero sentó un precedente. Luego las mujeres participaron en los movimientos estudiantiles, que buscaban una forma democrática de abordar la educación; en el hippismo, que encontró alternativas a los modos de familia y sociedad; pidieron el cese de la Guerra en Vietnam, estuvieron en la Primavera de Praga y el Mayo Francés, entre otros. 2. Para 1969 ya las mujeres habían participado en marchas como la de Washington, por la posibilidad de decidir sobre la sexualidad en las aulas y el derecho a los dormitorios mixtos. Se habían hecho presentes en muchas movilizaciones en las cuales las habían golpeado, subido a la fuerza a las patrullas, metido a la cárcel. Y se preguntaron: ¿Por qué si corremos los mismos riesgos de los hombres, no tenemos los mismos derechos? ¿Por qué no podemos decidir, como ellos, al interior de las organizaciones? 3. Desde comienzos de siglo se dan los movimientos sufragistas, mujeres que lucharon en Estados Unidos, Inglaterra y Nueva Zelanda por el derecho al voto. Es por su intervención como enfermeras en la Primera Guerra Mundial y la solidaridad con la gran contienda, que logran poder votar, pero luego de pasar por muchísimos enfrentamientos y conflictos. 4. Una mujer pionera buscará todo el tiempo que sus congéneres tengan control sobre la natalidad. Es Margaret Sanger, enfermera estadounidense, activista, fundadora en 1921 de la Liga Americana para el Control de la Natalidad, a quien arrestan, vetan e incluso le toca armar clínicas clandestinas para hablar de la anticoncepción, en una época en la que no había aún educación sexual. En ese punto las mujeres se preguntan: ¿Si no podemos escoger el número de hijos que tendremos, si no controlamos los ciclos de fertilidad, cómo tendremos posibilidad alguna de tener libertad sobre nuestra vida? En la década del 60 surge la píldora anticonceptiva, condición a través de la cual se habla de la libre opción de la mujer con su cuerpo y con su existencia. 5. Durante la Segunda Guerra Mundial las mujeres ocuparon la vida productiva en Estados Unidos y, en Inglaterra, tomaron las fábricas, hicieron los aviones, ensamblaron las bombas, porque los hombres se fueron al frente. Entonces así empezaron a tener autonomía, a usar los pantalones de sus maridos. Pero cuando ellos volvieron, las mujeres salieron de las fábricas y las regresaron a sus casas, las llenaron de electrodomésticos para acabar de una vez por todas con las manchas rebeldes. Hacia los años 60 sale el libro The Femenine Mystique, de Betty Friedan. Allí se consigna que las mujeres están confinadas a un campo de concentración confortable donde no les falta nada, salvoel poder de decidir sobre sus vidas. Rodeadas de tantas comodidades, ellas se plantean la pelea política y la de rol. Para ese momento a la mujer le pagan la mitad del sueldo que al hombre, no tiene dónde dejar a sus hijos, le quitan el derecho a la tierra y a la propiedad. En las movilizaciones del Mayo del 68 las mujeres aún necesitaban de un acudiente masculino para reclamar un giro bancario y así pagar sus estudios. 6. La mujer busca sus derechos políticos en términos de trabajo, de oportunidades, de educación. Y se cuestiona su rol dentro de la cultura y la sociedad. Se creía en ese tiempo que para qué darle estudio a una mujer si se embarazaba o no terminaba su carrera. Surge el debate por el derecho a la interrupción del embarazo, a la libre opción de la maternidad, pero esas leyes apenas se vinieron a aprobar a finales de la década de los 70 y casi en el filo de los 80 porque, por ejemplo, en Estados Unidos, era necesaria la aprobación en 38 de los 50 estados para considerarse un derecho constitucional. 7. Las mujeres se preguntaron qué había venido pasando con ellas en Occidente, por qué no aparecían en la literatura, en la pintura, en la historia universal. En Inglaterra se vivió la era victoriana, que desarrolló valores que inhibieron toda expresión de la sexualidad y del placer en la mujer y lo incentivaron en el hombre, a manera de presión, y en Estados Unidos el Macartismo ejerció durante los años 50 unarepresión moral y política. Fue Simone de Beauvoir quien habló de una sutil dominación, un machismo que perjudicó tanto a los hombres como a las mujeres. A ellos les costó la mutilación de toda afectividad. A ellos se les inhibe desde niños de mostrarse entristecidos, de expresar ternura, porque atenta contra su virilidad. Están obligados a tener un rol dominante o, de lo contrario, son cuestionados socialmente. 8. A las mujeres se les inhibe la toma de decisiones, deben ser discretas, silenciosas, sutiles y no tomar un rol protagónico. Su desconocimiento y falta de contacto con su propio cuerpo las convierte en virtuosas. En la era victoriana una mujer decente no podía expresar sensualidad ni deseo porque era llamada de dudosa reputación. Pero llega la Revolución Sexual en Inglaterra, luego surge la minifalda y el cuerpo femenino ya no es un misterio. Se cuestiona el rol de la mujer en la sexualidad. Se plantean como derechos los que antes eran considerados tabúes: el derecho de la mujer a la sexualidad, al orgasmo, a ser sexualmente activa. Después de la censura de la sexualidad femenina en el cine, tras el código Hays, en los años 60, aparece con todo su esplendor. 9. ¿Qué hemos podido decidir como mujeres?, se preguntaron ellas, pero se dieron cuenta de que en las partes esenciales no tenían ningún papel relevante, porque sus maridos las representaban legal, económica y socialmente. Esa pregunta entró en sincronía con los movimientos de los años 68 y 69 a escala mundial. Las mujeres se toman el mundo laboral, tienen acceso al fin a altos salarios, controlan sus ingresos y eso les da capacidad de decisión. Empiezan las marchas alrededor del Día de la Mujer, que se institucionalizó por la huelga de las textileras un 8 de marzo cuando el dueño cerró la fábrica y la quemó, pese a que había mujeres al interior del sitio. 10. Las mujeres debieron preguntarse por qué una violación es el único delito en el que la víctima tiene que probar que no indujo o propició la ocasión; por qué el acoso sexual en el ámbito laboral se considera más psicosis y por qué los derechos y privilegios de las mujeres son legitimados por hombres. La nueva masculinidad y la resistenciaHay una nueva tendencia, una nueva masculinidad, hay un grupo de hombres que está intentando pensar su rol alrededor de todos los cambios que se han dado en las mujeres, que fueron rapidísimos. En poco más de una década se transforma todo esto.Asimilar esto en la sociedad no es nada fácil, porque la revolución de la mujer es lo que se llama una micro-revolución o revolución en la vida cotidiana, afecta el hogar, el ámbito laboral y muchos otros aspectos.Uno de los conceptos que se dio en los años 60 es que las revoluciones si transformaban los medios económicos estaban muy bien, pero si no transformaban la vida cotidiana y la mentalidad de la gente, seguían siendo incompletas. Es así como los movimientos feministas y los movimientos gay están ligados y van a hacer las micro-revoluciones, es decir, van a revolucionar la vida cotidiana. En esa medida hay hombres que están comenzando a pensarse desde una nueva masculinidad. Sin embargo, es un movimiento incipiente, que apenas está surgiendo, 30 años después de los debates, pero que se está dando. ResistenciaPor el otro lado, ha habido también una resistencia muy grande, que se expresa en los chistes machistas, en la ridiculización de las reivindicaciones, en el desconocimiento de la validez de esa lucha histórica y en los feminicidios. Precisamente estos últimos son la cosa más extrema de la resistencia frente al cambio del rol de la mujer en la sociedad, comenta Diana Uribe.